martes, 10 de junio de 2008

el gran tinglado

Debe ser éste el país que posee el mayor porcentaje de miserables en la tele por metro cuadrado de pantalla. Por lo menos, a mí no me extrañaría ese dato si alguien hiciera un documentado estudio estadístico al respecto. Tampoco arrojaríamos malos resultados porcentuales en famosos, famosillos y famosetes que viven del cuento. Pero de lo que estoy absolutamente seguro es que, caso de que la predicha encuesta se realizara, España daría una paliza a cualquier otro lugar del mundo en cuanto a consumidores del corazón, marujas y marujos que dependen de sus dosis diarias de carroña para subsistir, más al corriente de las chorradas iluminadas de Belén Esteban que del excesivo consumo de alcohol de su hija de trece años, de las bien pagadas declaraciones escandalosas de la chacha de la hermana de la primera mujer de Pajares que del bajo rendimiento en clase de sus vástagos, de sus devaneos con lo que se fuma y no es tabaco, del preservativo que la nena llevaba ayer en el macuto o de sus frecuentes visitas al baño después de comer, hija, qué prisas. Ya podría jugar la selección de fútbol con ese poderío.

En resumen, la tesis se expresa de la manera siguiente: en el país de la envidia, la baja catadura moral de la población es proporcional al beneficio que extraen de ella los vividores. Cualquier vida es negocio, la vergüenza, espectáculo, la estridencia, virtud, la calumnia, arte, la ignorancia, un valor en alza y su exhibición, una ventaja. Si hay dos Españas no son las de derechas y de izquierdas, ni las de los nacionalismos radicales centralista y periférico, ni siquiera las de los seguidores de Madrid y los del Barça. ¡Qué más quisiéramos!

Las dos Españas reales son la de los drogodependientes de la televisión basura y la de los que ven la 2, los debates esos que duran un minuto,a Arguiñano, los documentales de National Geographic o algunas series y hasta los concursos.

Voten a quien voten, se crean de la ideología que manifiesten, están en esa primera España los que leen del Hola al Qué me dices, los que ven corazón desde Anne Igartiburu al tomate, la Noria o Está pasando, los que no se pierden una de triunfitos, islas maléficas, bailones, supermodelos o hermanos grandes como el ojo que todo lo ve, los que hablan de ello en el super o en la pelu, en la sala de espera del dentista o en la cola a la puerta de la guardería. A menudo coinciden con los que no leen un libro, pero compran uno al año el día de San Jordi o para la Feria, los que envidian el coche al vecino, él sabrá de dónde lo ha sacado, los rayos UVA de la vecina, claro, tiene que enseñar la mercancía en buen estado, así, tan morenita, los hijos del hermano, con esa cara, ¡cómo no va a estudiar la niña!, el éxito de Fernando Alonso, mira que es soso y chuleta el tipo, y conduce como el culo, la pertinaz entrega de Raúl, ese tío está acabado, los que callaron y otorgaron en Coslada y ahora se deshacen en lenguas contra el sheriff, se creía un dictador, el andoba, los detractores de Gasol, no defiende una mierda, los que torean a toro pasado, José Tomás es que está loco y así, cualquiera...,

...y en la otra España, me temo, permanecemos los que cedemos el paso, hablamos sin gritos y seguimos administrando con la escasa dignidad posible los recursos que hayamos podido obtener de esta perra vida. La callada legión. La silenciosa minoría mayoritaria.

Jesús, ¡qué cruz!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Abusando de su amabilidad, D. Antonio, voy a hacer algo que ya he hecho en otras ocasiones. Le enlazo con un artículo que escribí hace un tiempo para que eche un vistazo. Ojo a la fecha. Febrero del 2004

Aquí

A veces parecemos almas gemelas, coño.

Abrazos a tutiplén,
Pedro de Paz

Más claro, agua dijo...

No por mucho trasnochar amanece más temprano.

Tenemos oscuridad para rato, sospecho...

;-)

Anónimo dijo...

Me da la impresión de que estás viendo demasiada televisión. Yo, desde que la veo poco, soy feliz que te cagas. No es cuestión de creerse alguien mejor por no ver tv o ver determinada tv, sino por salud mental.

Anónimo dijo...

POr cierto, y "abusando" también como Pedro de Paz, te convido a leer algo similar que escribí hace poco tiempo:
http://www.blogoteca.com/alvitogodino/index.php?cod=31743

Antonio Piera dijo...

No sé quien dijo una vez que Dios los cría y ellos se juntan, así que no se me ha hecho raro leeros, ni sabes que hace tiempo que pensabais algo similar. Yo también, pero me aguantaba. Lo que me preocupa ahora, sin embargo, es que el estilo indigno de vida y obra ha ido impregnando todas y cada una de las capas, estratos o clases de nuestra sociedad, hasta el punto que cada vez seamos menos los que podamos distinguir, simplemente eso, distinguir los groseros razos en que nuestro entorno escribe cada día.

Gracias por tu visita, María. ¿Qué tal por tu costa?