sábado, 3 de septiembre de 2011

alternativa por la Democracia

Ante el evidente descalabro electoral que acecha a un PSOE desnortado, adalid a contracorriente en España del neoliberalismo rampante gracias a Solbes y Salgado -a todo el equipo económico del Gobierno, para qué señalar con el dedo- nombrados directamente (imagino que conociendo bien las consecuencias previsibles al depositar en ellos y su tendencia las llaves de la economía española) por Zapatero, cuestión ésta que va a salpicar inexorablemente la opción supuestamente regeneradora de Rubalcaba, la pregunta es a dónde han de ir a parar esos votos que abandonarán la bandería socialista.

Más cercano de lo que desearíamos el 20N, sin tiempo apenas para templar gaitas, parece que haya llegado el momento de una reflexión urgente que contribuya a clarificar las opciones que nos quedan a los ciudadanos de a pie ante esta cita electoral que circunvuela como ave de mal agüero nuestras cabezas. Las consecuencias de un vacío opcional en unas elecciones generales, pero especialmente en éstas por sus particulares circunstancias que las dotan de una trascendencia innegable, podrían abocarnos a una brutal travesía del desierto si el PP se hiciera con la mayoría absoluta -léase manos libres- para aplicar en todo el Estado (con la brutalidad, la arrogancia y la desvergonzada incontinencia que ya demuestran Aguirre, Cospedal y compañía) sus políticas de destrucción de lo público en beneficio del sector privado (léase capitalismo salvaje).

Con la excusa de anteriores despilfarros, en parte ciertos gracias a la manirrota administración de los socialistas en el Estado y las Autonomías a su cargo, pero en nada comparables, pese a ello, al aterrador volumen de la deuda privada de Bancos, Cajas, grandes empresas y corporaciones financieras -que son la auténtica carga de la deuda española-, veremos cómo aplican medidas económicas de restricción sin precedentes que afectarán a los parados y a los pensionistas en sus escasos ingresos, habrá que pagar dos veces la sanidad, cerrarán colegios y hospitales públicos, se acabará la financiación de libros u ordenadores para los estudiantes, de becas públicas para universitarios... Cualquier sector popular será pasto de esos "mercados internos" que no son otra cosa que la Banca bajo cualquier acepción. Con las manos libres, queridos, Rajoy va a ser (sin olvidar a sus aventajados discípulos de CiU), el rayo que no cesa, la tormenta perfecta, el huracán Irene y los cuatro jinetes del apocalipsis todo en uno. Y nosotros, el pueblo, cada vez más pobres, nuestra vida mucho peor y en la tele todas de romanos.

Esta es la que nos espera si no reaccionamos. Por eso mi opinión alarmada y urgente de hoy. Porque ante una situación de riesgo evidente de esta enorme envergadura, ni el pasotismo electoral de amplios sectores quincemayistas (justificado quizá, pero inútil a estos efectos y frente a tamaña amenaza), ni el doctrinarismo de IU, ni la curiosidad emergente de Equo, ni purismos nacionalistas de ningún género, tienen cabida en esta hora histórica ni la dispersión evidente de estas izquierdas servirá para nada. Bueno, sí que servirá para algo, como cualquiera que conozca el proceso electoral en España sabe de sobra: para entregar más escaños a los dos grandes partidos.

Ante el riego evidente que nos acecha, ante su trascendencia realmente histórica, ante el previsible descalabro de una Constitución que habrá precedido la nueva Legislatura con la rendición de la soberanía popular a las exigencias del BCE, FMI y de algunos estados europeos adalides de su Banca nacional, ante el peligro en que se encuentra, por todo ello, nuestro sistema democrático, es la hora de las decisiones generosas. La hora de olvidarse de las tácticas propias y sublimarlas en una sola, la hora de que todos los partidos de izquierda real se reúnan, sin excepción, para preguntarse a dónde van y a dónde envían al pueblo si se presentan separados. La hora, pero ya, de encontrar un programa mínimo conjunto que evite sectarismos y personalismos, que se apoye en las reivindicaciones del sector más profundamente movilizado de nuestra sociedad española -el movimiento del 15M y Democracia Real Ya, básicamente- con el fin de articular UNA SOLA Y ÚNICA ALTERNATIVA POR LA DEMOCRACIA que sea capaz de unificar el voto de todos los descontentos, que somos legión, con el sistema que nos ha conducido a esta situación.

Si no lo hacen yo, al menos, no se lo perdonaré nunca.