después de semanasanta
En cuanto pase semanasanta,
seguro que vuelve a brillar el sol y puedo recuperar aquellos largos y sanos
paseos por las pasarelas de los pinos que tan bien me sentaban en mi campaña
por recuperar esa cintura de avispa olvidada entre las fotos antiguas del
cajón. Saludaré de nuevo a los que me cruce con amabilidad, solidarios, al fin y
al cabo, ellos con mis inútiles esfuerzos y yo con los suyos. Visitaré los bares al aire libre de los amigos y brindaré por el retorno de su negocio con ellos.
En cuanto pase semanasanta
llevaré ya tres meses completos sin llevarme un cigarro a los pulmones y será
el momento de cobrarme una tras otra las cenas que varios amigos descreídos
apostaron a favor de mi vicio y en contra de mi voluntad. Elegiré con cuidado
los restaurantes, que tengo que recuperar las fuerzas perdidas en estas dos
pasadas semanas de tanto sufrir y, de paso, hacerles pagar cara su
desconfianza.
En cuanto pase semanasanta,
espero que retomaré con ganas los hilos de mis proyectos abandonados tanto
tiempo a su suerte entre las sábanas de la fiebre y la flojera del ánimo.
Volverán a mí la actividad extrema, la coordinación y la iniciativa que ya estoy
echando en falta. Me costará encontrar tiempo para leer un libro o para
mantener con un amigo una larga charleta que no lleve a ningún sitio pero que arregle
el mundo de un plumazo.
No sé a qué extraño bucle temporal se debe, pero esta semanasanta se está comportando, en mi
biografía personal, diminuta y diaria, como una nochevieja cualquiera, aunque desfasada y sin pizca de glamour.
Como si, congeladas las buenas intenciones por este “invierno de los de Franco”
durante los tres meses pasados, fuera ya el momento de salir del letargo y de
las oseras, de mirar al sol y sonreír de nuevo.
3 comentarios:
Me alegro de tu decisión de volver a ver el sol, pasada la Semana Santa. Estoy seguro, amigo Antonio, que lo conseguirás porque, pese a tus sufrimientos físicos de estos días, necesitas volver a comunicarnos tus ideas y demostrar que sigues enganchado a todos.
Tu amigo
Santiago Miró
Mis respetuosos saludos y adelante Antonio :)
Me alegro que hayas olvidado el tabaco. Bienvenido al club de los no fumadores. La salud y el buen ánimo, es lo que importa.
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