domingo, 20 de noviembre de 2011

ya he reflexionado

Profundamente. Lo hice ayer, a lo largo de una eterna tarde de temporal y calorcito casero, entrecerrando los ojos con tal intensidad que mi chica debía pensar que estaba yo dormido. Nada más lejos de la realidad. Estaba reflexionándome a mí mismo y debo confesar que lo hacía con cierto apremio porque quería terminar antes del partido del Madrid, que no todo va a ser pensar.

El fruto de mi profunda reflexión ha sido éste: la culpa de todo lo que nos pasa la tiene un hijodeyanqui que responde al nombre de Lloyd Craig Blankfein (el andoba de la foto). Y ya está todo dicho. Bueno, acaso esta tajante afirmación no sea del todo cierta, si nos remontamos a los orígenes de la tragedia. En tal caso -de por sí preocupante- de exceso de documentación, el responsable de todo sería un hombre de oro. O, más concretamente, el hombre de oro, en inglés, Goldman, de nombre Marcus, por asociarse en 1869 con un tal Samuel Sachs para la creación de un Banco al que no tuvieron otra original ocurrencia que denominar Goldman Sachs. Así, crudamente, en corto y por derecho, nació y creció aquel banquito hasta alcanzar un capital social de 74.257.000.000.000 de dólares (no me sobra ni un cero) el año pasado. Prefiero pasar de puntillas sobre la etnia que sugieren estos nombres, porque no es el caso. ¿O sí?

Pero no es el dinero, que también, sino el poder omnímodo de esta entidad financiera -antes Banco de Inversiones- lo que me da que pensar, sobre todo porque administra, además, las mayores fortunas del mundo mundial, como la de la familia Rockefeller. De entrada, hay que decir que GS (familiarmente llamado así) que fue uno de los principales culpables de la crisis financiera de 2008 como partícipe fundamental en el derrumbe de Lehman Brothers, recibió como premio y solución a sus pesares la autorización de la Reserva Federal para dejar de ser un banco de inversión y convertirse en un banco comercial. A pesar de su evidente responsabilidad (fue acusado formalmente de fraude en 2010 por las hipotecas subprime), el Banco ya había recibido del Estado, dos años antes, una propina de 10.000 millones de dólares gracias al programa TARP. Claro que no es nada extraño que el gobierno de Obama acudiera en auxilio de la niña de sus ojos. No en vano el GS había colocado en su Administración hasta tres Secretarios del Tesoro y doce altos cargos en asuntos económicos. Cuestión ésta, la de colocar ex-directores generales en puestos clave de la administración pública (conviene no olvidar que buena parte de los ingresos y prebendas de los altos cargos en las grandes compañías les son entregados en forma de productos financieros de la propia entidad, de esos que nadie vende y que consolidan el patrimonio, por lo que es normal que permanezcan así cautivos de la madre que les parió) que están aplicando en Europa sin ninguna vergüenza.

En tiempos de las bárbaras naciones
de las cruces colgaban los ladrones.
Y ahora, en este siglo de las luces,
del pecho del ladrón cuelgan las cruces.


No sé a qué autoría responden estos versos que me parecen el paradigma de la situación actual. Pero, ahora que tanto se habla de LOS MERCADOS, interesa saber quién anda detrás de los intereses especulativos y cómo se lo montan. Porque, si no, somos hasta capaces de creernos que el enemigo es la Merkel o el tonto del Sarkozy, y os juro que no es el caso.

Veamos, nombre por nombre: el amigo Papandreu era hasta hace poco el jefe de los griegos y valeroso gestor de una crisis que tuvo su punto de partida en el engaño de la deuda gracias al que se consiguió de matute la entrada en el Euro para reventar luego la cosa desde dentro. ¿Quién gestionaba el Banco central griego en aquél periodo (1994-2002)? Casualmente, un ex-altocargo de GS de nombre Lucas Papadémos. No me jodas. ¿El mismo Papadémos que acaba de ser nombrado Primer Ministro de Grecia tras el descalabro del buenazo de Yorgos por atreverse a plantear la hipótesis de una consulta al pueblo? Sí señor. Ya es casualidad, ¿no? Prosigamos.

En Italia sobraba Berlusconi, poco serio para la que está cayendo. ¿Qué hacemos? Pues que dimita y se nombra nuevo gobierno bajo la dirección de un "técnico" en los asuntos de la pasta. ¿Pues a quién se nombra Presidente del Consejo? Sin discusión, a un tal Mario Monti, casualmente Consejero Internacional de Goldman Sachs desde 2005. ¡Coño! Claro que se trata del más indicado puesto que viene recomendado por Mario Draghi, nuevo presidente del Banco Central Europeo y, ¡qué casualidad de nuevo! vice-presidente de GS para Europa de 2002 a 2005 y autor en 2010 de un jugoso estudio sobre el mercado único europeo por encargo de Durao Barroso. Méritos le sobran al personaje, a lo que parece. Sobre todo si recordamos que el bueno de Draghi dirigía el Banco Central Italiano mientras su país acumulaba una de las mayores deudas del planeta.

¿Seguimos con Portugal? ¿Cómo os queda el cuerpo al saber que el recién dimitido director del departamento Europa del FMI (Fondo Monetario Internacional), el portugués Antonio Borges, uno de los artífices del euro en el país vecino y supervisor de los préstamos de 30.000 millones a Grecia y 22.500 millones a Irlanda, había sido durante ocho años (2000-2008) dirigente de GS Internacional?

¿Irlanda? ¿Alguien dijo Irlanda? Otro ex-presidente de Goldman Sachs International, que sigue siendo uno de sus administradores, el irlandés Peter Sutherland, jugó un papel clave en el antes mencionado salvamento de Irlanda. ¿A alguien le extraña que llegara tanto dinero a reflotar la isla verde? Todo esto por no mencionar a otras piezas de GS como el francés Fabrice Tourre, factótum del escándalo Abacus, Otmar Issing, ex-presidente del Bundesbank o Paul Deighton, 22 años en Goldman Sachs, ahora directorgeneral del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

Todos en la Trilateral, todos en el Club Bildelberg, estos y no otros son los amos del mundo, los que cambian gobiernos y constituciones por encima de cualquier democracia. Ésta -no otra- es la triste realidad ante la que solo la fuerza de los pueblos unidos podrá encontrar una respuesta

¡Ah!, si tras leer esto no se os quitan las ganas de votar es que os merecéis lo que nos pasa. Vaya, ¡qué radical me ha salido la frase! Yo, que en éstas me abstengo, también me incluyo en la lista de meritorios. O todos unidos, amigos míos, o no hay salida.

Nota. Para los interesados, dos libros: http://www.planetadelibros.com/el-banco-libro-50017.html y "El Instituto Tavistock" de Daniel Estulin.

3 comentarios:

Adrian Vogel dijo...

Dos apuntes amigo Antonio:

1: La etnia -o lo que sea- de los fundadores de Goldman Sachs nada tiene que ver con la de los actuales dirigentes y propietarios. Desde hace décadas son WASP: White Anglo Saxon Protestants. Además de cotizar en Bolsa (empezaron sacando un 12% y hoy en día un 67% está en manos de fondos de inversión, planes de pensiones, etc.).
2: El pieza de Draghi, además de los cargos que mencionas, anteriormente fue Ministro, encargado y responsable de las privatizaciones italianas, que tantas dudas y sospechas levantaron en su día. Pero lo más interesante de todo es conocer que posición ocupaba mientras Goldman Sachs asistía al gobierno griego, para maquillar sus cuentas. ¡Era Vicepresidente de Goldman Sachs para Europa! Pero claro, seguro que no era su negociado, el solo pasaba por ahí...

Antonio Piera dijo...

Tienes razón, amigo Adrián, en ambas cosas. La entrada pretendía ser general, pero no exhaustiva ya que, por haber, hay datos p'aburrir. En resumen, las altas finanzas norteamericanas están debilitando el euro y comiéndose Europa.
Falta por colocar en el casillero los nombres de los españoles que forman parte de esta ofensiva, entre los que supongo no faltarán el amigo Solbes, la Trini y el tapado, que a mi entender no será otro que el amigo MAFO.
Seguiremos informando.

Antonio Perea dijo...

Nada que añadir, sino amén. O "votar en Banco", como hacían unos cachondos del 15-M por Madrid para salir en la tele, y metían un sobre del voto al congreso por la ranura de un cajero automático.

Solo interrumpo la digresión de dos tan altas mentes políticas para aclarar lo que tuve aprendido de niño (y no sé bien de qué fuente), a saber: que los versos tan acertados que citas corresponden a la traducción de un aforismo del poeta veneciano Ugo Foscolo, que en su versión original diría así: "Nei tempi antichi, barbari e feroci, i ladri s’appendevano alle croci; ma nei presenti tempi più leggiadri, s’appendono le croci in petto ai ladri." (Suena un poco macarrónico, ¿no? Lo prefiero en español.)