viernes, 26 de abril de 2013

cocina solidaria


Por fin parece que ahora, más de cuatro meses después de que el Ayuntamiento anunciara a los cuatro vientos la inminente puesta en marcha de un servicio de Cocina Solidaria para ofrecer la colaboración del Consistorio a las familias roteñas más desfavorecidas y golpeadas por la crudeza de la crisis, ha empezado esta Cocina sus actividades.

Lo hizo público la municipalidad en pleno ternurismo prenavideño y olvidando mencionar que este servicio formaba parte de una batería de propuestas solidarias en las que llevaban trabajando, desde tiempo atrás, asociaciones humanitarias locales, para llevarse ellos los méritos. Hasta publicitaron financiar al menos parte de la operación rascando por decreto los bolsillos de los propios concejales, en lo que apestaba a alarde demagógico sin precedentes.

Lo aceptable es que por fin, al parecer, la gestión y puesta en marcha de este operativo (evidentemente sencillo y para el que existían incluso previamente las infraestructuras más necesarias) parece haber resuelto las trabas burocráticas fruto de la proverbial ineficacia del equipo de gobierno o de su simple desinterés, una vez satisfecho el principal objetivo publicitario que era, sin duda, anunciar a troche y moche el evento.

Aunque hay quien piensa que, tanto en este caso como en el del reciente y sorprendente filtro municipal de las candidaturas a trabajar en MacDonalds o en todos cuantos tengan una mínima relación con prebendas, favores o puestos de trabajo, la auténtica razón para estos retrasos y estas decisiones aparentemente inexplicables haya que buscarla en el clientelismo político que alumbra en el fondo todas estas decisiones municipales.

Esa obsesión enfermiza que demuestra el Consistorio por convertir en votos futuros cualquier detalle que pueda vender en el presente, esa prisa por rentabilizar la administración de lo que es de todos, esa permanente “amenaza” de no salir en la foto que trasmiten a cualquiera que se mueva…, ¡cómo apestan!

viernes, 19 de abril de 2013

pasando página


Basta con darte una vuelta por las webs de los bancos o por las especializadas en asuntos inmobiliarios para encontrar avisos como éste que me acaban de enviar desde idealista.com que dice así: “Hola, los bancos ofrecen actualmente la oportunidad de comprar un piso nuevo, barato y con unas condiciones ventajosas. Te presentamos una selección de pisos a estrenar de bancos por menos de 40.000 euros. Descubre en el siguiente link los 26 pisos nuevos de banco más baratos de España”. No voy a copiaros el enlace, desde luego, pero me llama la atención esta cruel paradoja que cualquiera puede encontrar también en los tablones de anuncios de su oficina bancaria.

Desde que estalló oficialmente la crisis, en 2008, los mismos bancos que ofrecen ahora supuestas bicocas a bajo precio han ejecutado del orden de 200.000 desahucios, que se dice pronto. Doscientas mil familias a la calle, más de medio millón de seres humanos obligados a buscarse la vida sin el techo que habían estado pagando con sus dineros hasta que las tropelías financieras de esos mismos bancos llevaron a la ruina a tantas empresas prendidas con alfileres que dejaron a millones de españoles en el paro.

Culpables de nada, expulsados a mandobles del paraíso del consumo en que creían estar viviendo hasta entonces, las espaldas marcadas de por vida por las flamígeras espadas del insensible justiciero de turno, insultados y vilipendiados por unos irresponsables sinvergüenzas que les acusaban de haber vivido por encima de sus posibilidades, valiente sarcasmo, tomaron sus escasos enseres y se han refugiado donde han podido, en buena parte compartiendo miserias con la generosidad de familiares y compañeros que se lo ven venir también de un momento al otro.

Por su parte, tras ejecutar su gloriosa manera de entender la justicia, la banca sigue negociando con la vivienda de las personas. Como si no hubiera pasado nada.

viernes, 12 de abril de 2013

pos ha tocado que no


A quien pueda interesar.

Me acaban de llamar del hospital de Puerto Real (no hay nada como dar por saco para que caiga una respuesta) para decirme, entre algunas nimiedades de aderezo, que no tengo cáncer en los bajos, al menos por ahora. Lo que hago público para general alborozo de quienes bien me quieren y pa que se jodan los que no.

Sigo jodido, pero eso es otra historia. Saludos.

participación ciudadana


¿De dónde ha salido el infundio de que en Rota los ciudadanos no pueden intervenir en los Plenos? Vaya tontería. Pues claro que pueden. Con algunos matices prácticos, por cuestiones de método; pero, puestos a poder, los ciudadanos de a pie pueden. El procedimiento, además, es tan sencillo como el mecanismo de un botijo. Yo se lo explico a ustedes con pelos y señales, para que no haya dudas.

Lo primero es saber qué decir, lo que no siempre es fácil, justo es reconocerlo, aunque en ocasiones ocurra. Pero démoslo por hecho, que esto es solo un ejemplo, y vayamos entonces al grano. Para empezar, lo que usted quiera decir ante el Pleno municipal se escribe en un papel, porque las preguntas y los comentarios hay que hacerlos por escrito, que, si no, no valen. Eso, al menos, es lo que reza el procedimiento, aunque no sé si de acuerdo con la Ley. Bien clarito, conciso y que no sea muy largo, que lo bueno es mejor cuanto más breve, como todos (salvo algunos munícipes proclives a la verborrea) sabemos.

Luego, lo presenta usted a una de las amables funcionarias de la ventanilla de la OAC teniendo el detalle de hacerlo al menos cuarenta y ocho horas antes de la celebración del Plen
o en el que pretenda intervenir, para que la administración pueda recibir y estudiar, como sin duda merece, su aportación a la gobernanza de nuestro pueblo. Y ya está. Usted se persona en el Pleno y a esperar que le llamen al estrado al final del mismo.

Eso sí. Le llamarán o no, según cómo ande usted de suerte. Me explico: si ha acertado, buenamente, y el tema de su intervención coincide con alguno de los puntos del orden del día tratado en la sesión, quizá le den la palabra. Si no, mala suerte, seguro que se la deniegan, como sucede habitualmente.

Nada como saber con anterioridad qué temas se tratarán en el Pleno, se dirá usted con toda lógica. Lástima que se publiquen cuarenta y ocho horas antes. 

PD.- En la imagen, un método de comunicación más directo aunque escasamente protocolario como el que utiliza nuestro compañero. Te subes y se lo cuentas.

viernes, 5 de abril de 2013

percibir la realidad


Muchas personas de buena fe se preguntan a qué puede deberse la profunda caída de perspectiva de votos en que andan sumidos PSOE y PP, pero también se preguntan cómo es posible que las alternativas como IU o incluso UPyD no estén ocupando los espacios que sus hermanos mayores van dejando al descubierto. Aunque sea de reseñar que estos partidos “alternativos” parezcan felices como lombrices ante las migajas de crecimiento que les auguran los analistas, a todos nos asalta una pregunta capital. ¿Dónde se alojarán tantos votos perdidos?

En esas estamos cuando las mismas personas de buena fe contemplamos cómo se incrementan, crecen y se multiplican los casos de corrupción que afectan, uno tras uno, a todos los estamentos de la clase dirigente. Se demuestra día a día que allí donde haya habido oportunidad de trincar, algunos han trincado. Donde ha habido ocasión de pillar ha habido dirigentes que han pillado. Donde se ha podido prevaricar lo han hecho, sin vergüenza, tanto los unos como los otros. La corrupción se ha convertido en la norma y la honradez en la excepción. Aquí y en el opuesto rincón del mapa de España, del Rey abajo no se libra nadie de haber metido las manos en la masa.

Luego está lo del paro, sin ir más lejos, donde esas personas de buena fe a las que me refiero siguen sin entender cómo, si los unos y los otros dicen tener clara la forma de combatirlo, resulta que -allí donde gobiernan-, las cifras de los indicadores del desempleo resultan ser idénticas. Lo mismo crece el paro en la Andalucía del PSOE-IU que en la Mancha del PP y, aunque pueda parecer un análisis simplista, cabe preguntarse a qué se debe tanta uniformidad, que vendría a explicarse porque todos los partidos aplican idénticas e ineficaces soluciones.

¿Seguimos confiando en esta clase política? ¿Cuándo la ciudadanía impondrá el sentido común?