martes, 30 de octubre de 2007

un hombre nuevo

Dicen los que de esto entienden que es imposible follar y a la vez barrer. Yo siempre, en plan original, había respondido que acaso con una escoba ensartada en tal parte..., muy gracioso yo. Pero es ahora mismo lo único que me falta. Lo de la escoba, digo. De polvo ancestral hasta las orejas, muerto de cansancio, con mil cosas por hacer a las que persiguen con saña otras mil inasequibles, para poder sentarme ante el ordenador he tenido que pasar una pierna sobre una enorme bolsa de basura ya que no se puede mover la silla al estar flanqueada por una interminable e inamovible pila de cajas de todo género menos el humano, y eso sin descoyuntarme el peroné ni enredar la zapatilla con el cable de los auriculares, que pende, hoy más que nunca, como si quisiera unirse a este desbarajuste con evidentes ganas de juerga.

Nunca hubiera pensado que caben tantas cosas en un apartamento, ni que mi capacidad de olvido hubiera alcanzado tan altas cotas. Sin conmiseración, sin perdón, me estoy deshaciendo de proyectos, anteproyectos, megaproyectos y algunas realidades que me han acompañado hasta ahora en los mil vericuetos que componen mi historial de transitario de la vida. Me asombro a mí mismo al encontrar relatos cortos que parecen de otro, escritos a lápiz a razón de cincuenta líneas por folio, casi doscientas páginas de un libro sobre el neoliberalismo que titulé Mañana, la barbarie, cuatro presentaciones de programas para la televisión, montones de presupuestos de cesión en régimen de alquiler de variados de insectos palo, pirañas, cucarachas y hasta cuatrocientos huevos de mariposa a punto de eclosionar, una carta de Gallardón asegurándonos el interés de la Comunidad por superar el atraso madrileño en asuntos de Internet e interesándose por nuestra oferta, toda la documentación, cartelería y diseño de un espectáculo de circo abortado casi al límite que se llamaba primero Prometeo y después Olympus, otro montaje de circo para discotecas con boas, cocodrilos y lanzadores de hachas, del que realizamos varios, por cierto, un proyecto muy documentado sobre cine a través de las ventanas del metro compuesto por centenares de fotos fijas retroiluminadas colgadas en las paredes de los túneles...

Me da vértigo. Pero os aseguro que romperlo y reciclarlo ha sido una de las decisiones más liberadoras que recuerdo. Amigos, hoy soy un hombre nuevo. ¿O era un Fénix?

domingo, 28 de octubre de 2007

con la música a otra parte

Como a Dios rogando y con el mazo dando, no es incompatible movilizarse camino de Roma con todo y petaca, púrpuras unidas, gato por liebre como es propio de la casa desde que la iglesia es iglesia, con cerrar una estupenda iniciativa cultural de barrio por denuncias de ruido de "algunos" vecinos, más gato todavía y la complicidad meapilas municipal.

Cierra LADINAMO Café, en pleno barrio de Lavapiés, núcleo duro del progresismo real y activo, asociación cultural viva como la madre que les parió, siempre presente, internet gratis para el barrio y música, mucha música, para que la Tercera Orden de San Francisco pueda indecentemente seguir adelante con sus santos proyectos porque, como dice Ladinamo, nuestros amos se llevan de rebote un aparcamiento en suelo de su propiedad y mucho dinero público en concepto de expropiación. En resumen, cemento, ladrillo, rentas crecientes y recalificaciones. Nos damos por enterados, nada que objetar. Nos vamos, que estos señores querrán especular…

A rey muerto, rey puesto, así que desde aquí damos ahora la bienvenida a Ladinamo Ambulante, subida en su carro del teatro que es particular, camino de convertirse en trashumante cultural, embrión organizativo móvil al que deseamos no sólo larga vida sino voz y acción aún más largas, que tanta falta nos hace en el Madrid desértico de diseño insignia de Gallardón.

Fuerza, compañeros.

sábado, 27 de octubre de 2007

vértigo

Cuando preparas una mudanza entras en un estado anímico especial parecido al vértigo. Es como si en cada caja, pero sobre todo en cada descarte, le dieras un repaso a tu vida al decidir qué es lo que quieres que te acompañe todavía y qué vas a dejar atrás para siempre. Un permanente viaje de equilibrista con los pies al borde del abismo de los recuerdos, fingiendo indiferencia ante el riesgo, paso a paso sobre la delgada soga que traza el sendero entre el ahora y el después, entre el aquí (territorio conocido) y el allí (desconocido, acaso hostil), ahora un pie, con cuidado el otro, ¿qué hacemos con esto que te regaló tu abuela?

Así que ya estáis avisados de que tengo el corazón en carne viva, los recuerdos a flor de piel, que estoy más sensible que un adolescente que se cree desafiado por todo el mundo, más tierno que el día de la madre ante la que será, sin duda, mi verdadera noche de Walpurgis. El que avisa no es traidor, sino, más bien, avisador. Así que este es el marco histórico en el que se están desarrollando los últimos posts y los que están por venir.

Por cierto, mis disculpas, amigos, por la súbita intermitencia en mis entradas, antes rigurosamente diarias, que habréis sin duda lamentado (sonrisa sardónica y esquinada). Bien sabéis que no es mi costumbre, ni mi método, porque soy más bien de Stajanov. Lo que pasa es que las circunstancias vitales no son independientes de esta cuasinecesidad de asomarse a la ventana de la vida, a verla pasar. E influyen. ¡Vaya si influyen!

Aún así, no me negaréis que lo intento, impasible el alemán que decía el himno grabado a fuego en el menor que era uno por aquel lejano entonces, tal vez refiriéndose al mismo alemán pesado que no me deja ponerle nombre a esa cara que me llega del pasado tan nítida como muda. Lo que pasa..., es que a veces no me sale nada, o lo que me sale no es de recibo. Sé que lo entendéis.

jueves, 25 de octubre de 2007

agresiones

Todos hemos visto el vídeo, el fulano es un chuleta macarra y fascistoide más corto que el salto de un sapo, el argentino no tenía papeles, la fiscalía, el ministro... El asunto así planteado me interesa lo justo, el segundo de condenarlo y listo. Si acaso, otro instante de reflexión acerca del alcance de la xenofobia entre los españoles, por si no lo tuviera clarísimo.

Lo que realmente me intriga y me revuelve las tripas es nuestra actitud al respecto. Nuestra de vosotros, queridos visitantes, y mía. Me gusta pensar que, de haber estado presente, me hubiera acercado al personaje y le hubiera espetado, con voz tonante, algo así como: ¡Por favor, caballero, deje de molestar a la señorita!, engallándome para parecer más alto pero enfatizando el tono, que además de firme como una roca debería ser mesurado. Lo que no tengo ya nada claro es qué hacer ante una respuesta airada o chulesca o directamente agresiva del susodicho personaje. Tengo claro que lo suyo es interponerse entre víctima y agresor, situar el cuerpo propio como pantalla protectora de la agredida. Vale. Digamos que lo hago. Digamos que me atrevo y doy el paso ignorando lo que siempre me dijo mi madre, tu, hijo, no te metas en nada, y a lo que nunca hice caso. ¿Qué pasa luego? ¿Que te mamas dos hostias? ¿Que le alcanzas media mangurrina aprovechando que se te viene encima, en plan legítima defensa? ¿Que se levantan varios más y le afean su conducta hasta que se baja en la siguiente parada? ¿Que, si le has alcanzado y le sangra la nariz, va y te denuncia ante la policía? ¿Que tira de navaja? ¿Que se entera luego de quién eres y te espera a la salida? ¿Que en mitad de la bronca la chica ya no está? ¿Que las grabaciones del metro sirven para que la poli te identifique y se inicie un calvario de idas y venidas a comisaría? ¿Que...

La verdad, yo no sé lo que haría, aunque me guste pensar que a pesar de todo daría el paso. ¿Lo sabéis vosotros? ¿Os lo habéis preguntado? ¿Os ha inquietado al menos saberlo? Joder, estamos construyendo una sociedad individualista e insolidaria en la que caben todas éstas y bastantes preguntas más. A veces pienso que, si me repite el infarto en plena calle, tal vez debiera llevar al cuello al lado de la cajita de cafinitrina un cartel que diga "No puedo estar borracho porque no bebo más que lo justo" para no desalentar a las pocas almas solidarias que todavía podrían llevarme a un hospital para salvar mi vida.

Pero, de todo lo dicho e imaginado, lo que más me preocupa es pensar que hubiera podido mirar para otro lado.

insultar con salero

De la mano gentil de José Antonio Millán pueden encontrarse flotando por el hiperespacio mil maneras de llamar tonto a un tonto, o un tratado del insulto considerado como una de las bellas artes según el Capitán Haddock, o la posibilidad de retrotraerse al siglo XVI hasta dar con insultos que harán palidecer de envidia al mismísimo creador de Alatriste.

Estas, y muchas más cosas, tienen su asiento en la página de los insultos, sita en http://www.jamillan.com/insultos/index.htm que tiene su coherente prolongación en el Diccionario del insulto cuya reseña podréis leer visitando http://www.jamillan.com/dicinsul.htm o en otras ofertas a las que se accede rebuscando entre docenas de datos, curiosidades y amenidades que van desde el insulto electoral (que no es invento reciente, contra lo que pudiera parecer viendo al señor NO) y los insultos para sordos hasta páginas generadoras de insultos a porrillo.

El asunto es que no se quede nadie con un insulto en la boca por falta de conocimientos o de vocabulario, que con los insultos ocurre como con los polvos, cuentan, que el que no echas se pierde. Es un site por el que me suelo pasear con frecuencia y que siempre me sorprende con algo. Por lo cual os lo recomiendo vivamente, aunque os pudiera servir para incrementar vuestro léxico procaz y que luego se os ocurra probarlo, por ver si funciona, claro, con este servidor.

Que espero que no. (Ilustración de Norman Narotzky)

martes, 23 de octubre de 2007

sin rascar bola

Pues ha sido que no. Ni éste, ni ninguno de los blogs de los conocidos y asiduos visitantes de esta casa, hemos sido agraciados con la selección de un ignoto jurado para los premios BOB,s. De entre los ochocientos muchos blogs en español propuestos para ese apartado, han seleccionado diez cuya relación encontraréis a pie de nota. Algunos los conozco y son rematadamente buenos. Otros no me lo parecen tanto, pero no es mi opinión la que cuenta, así que san joderse cae en jueves.

Lo siento por mí, por Beta, por browner y por algún otro asiduo a esta bitácora que presentó su trabajo diario y que, seguro, se me escapa. Me hubiera gustado verlos en la lista y proponeros que los votarais. Al no ser el caso, sí os invito a que os deis una vuelta por la página organizadora (dándole al recuadrito azul de arriba a la izquierda, antes de que lo envíe a darse un paseo por los páramos de los infiernos do mora Plutón) y le deis un empujoncito al que más os pete. Yo lo he hecho ya con Mangas verdes, que está conmigo desde que empecé este viaje, el Manifestómetro (aunque me parece simplemente una buena idea) y bestiaria, tal vez por lo de la cuota, aunque quizás no porque es argentina.

Creo que lo dije cuando lo presenté, que era un juego sin más importancia, pero hasta cuando te apuestas dos euros a la Primitiva piensas que te puede tocar, tan bobos somos. En este caso, en vez de varios millones, el premio hubiera sido un poco de aire para inflar el ego. Así que, con las mismas, me voy a mirar un rato al espejo dándole gracias a mis antepasados por ser tan guapo.

Bitácoras seleccionadas al premio Mejor Weblog en Español: Palabras Textuales, Korochi Industrias, Curioso pero inútil, La Cosa Húmeda, Microsiervos, bestiaria, Manifestómetro, Mangas Verdes, A mis 95 años y digitalismo. Suerte a todas.

lunes, 22 de octubre de 2007

las buenas obras

Vas paseando por la calle y esta ciudad te sorprende indefectiblemente con cualquier curiosidad que te salta a los ojos. A menudo, sobre todo cuando encuentro dificultades para ofreceros algun comentario interesante en este mi quehacer cuasidiario, pienso que debería callejear más, dejarme llevar por el torbellino de información y sensaciones que arrasa al observador en cuanto mira pasar la vida alrededor, o mira la vida al pasar, haciendo caminos y eso.

Esto viene a cuento, como véis en la foto, del cartel de obra que encontré en una calle de Vallecas. Anuncia: GUARDA GITANO. RESPETAR. Se enseña como un escudo. Como si pusiera VADE RETRO, Satanás. Como una advocación, o tal vez invocación, como una premonición, como el estribillo de cualquier canción. En una sola frase resumidos el saber popular, los miedos ancestrales, los fantasmas urbanos, los mitos, los secretos chamullados en voz baja, la amenaza, las represalias seguras, las certezas, la protección que concede el hechizo de lo escondido, el tabú...

Antes, cuando el mundo era nuestro pequeño mundo, en las obras en construcción se marcaban signos externos que sólo interpretaban los amigos de lo ajeno. Un pañuelo de color y topos atado junto a la puerta, un cartelillo cabeza abajo... Señales inequívocas para indicar a los afanadores que ahí no se pilla, que es coto cerrado de calorro renegrío de baldeo fácil, churriazo seguro y brazos muy, pero que muy largos, tanto como la familia. Mensajes en germanía que todos entendían y ya está, se acabó, saneamientos seguros y cerámicas que no falte ni una.

Ahora, con la globalización, sospecho que el sudanés y el kosobar o el de la profunda América del centro-sur que sean de sicobar ni están para sutilezas ni se coscan de los lenguajes tradicionales, así que los constructores han decidido ponérselo más fácil. Siempre que sepan leer, se entiende, y conozcan el idioma o algún alma caritativa se lo traduzca. Desesperados deben andar los pobrecitos promotores inmobiliarios, que las cosas no son como antes y ya entre randas no hay ni respeto ni . Hasta un guarda gitano tiene que pedir ese respeto por escrito.

Nota.- chamullar, hablar en caló; afanador, ladrón; calorro, gitano; baldeo, cuchillo; churriazo, navajazo; germanía, antiguo argot de delincuentes; sicobar, asaltar, despojar; coscarse, enterarse; randas, ladrones

domingo, 21 de octubre de 2007

la maldiZión de la Z

Ahora parece que la propaganda del PSOE, al menos la preelectoral, se va a basar en la Z. No la del Zorro, sino la Z de Zapatero. Buscando quiZá reeditar los éxitos pasados del ZP, que ya que ha funcionado pues hala, los de marketing del Partido Socialista se han tirado al monte, Z arriba y que no se diga, cambiando la ortografía de algunas palabras para que terminen en la dichosa cola del alfabeto, que la delfín les trae suerte.

El caso es que, pensando, pensando, he caído en la cuenta de que la Z es una letra protagonista de la política española. Si pasamos de Calvo Sotelo, de quien nadie se acuerda en realidaZ ni a favor ni en contra, (incluso es posible que él mismo considere su presidencia el sueño de una noche de verano), resulta que todos los presidentes de la democracia han llevado la Z a cuestas, algunos hasta por partida doble. Véase, si no, a SuáreZ GonZáleZ, a GonZáleZ MárqueZ (éste por triplicado, vaya exagerao), AZnar LópeZ y al omnipresente RodrígueZ Zapatero. Lo mismo el uso publicitario de la Z tiene ese sentido avieso y oculto, el de hacerle la burla a don Mariano, quien se llama Rajoy Brey y por mucho que se estire se queda en la Y griega, eso sí, pero no alcanZa la gloria de la Z ni por asomo.

Históricamente, además, también la Z se repite hasta la saciedaZ con AZaña, Alcalá Zamora, MartíneZ Barrio, Negrín LópeZ, SáncheZ Guerra, AllendesalaZar MuñoZ y tantos otros, por lo que puede hablarse sin rubor hasta de cierta tradiZión en el uso del garabato, que en realidad es una ese que se mira al espejo. Eso sí, ni Primo de Rivera, ni Franco Bahamonde, ni Carrero Blanco ni Arias Navarro dispusieron jamás de una mala Z que llevarse al apellido. Así nos fué con ellos, aunque, si bien se mira, tampoco Largo Caballero dispuso de este atributo.

Me dan temblores cuando caigo en la cuenta de que el auténtico tapado del PP podría ser Zaplana.

¿VerdaZ?

Nota urgente.- Nada más publicar esta entrada me he pasado por la página del Escolar de los cohones y me he encontrado este post de hoy mismo. Como cada quién podría pensar lo que quisiera, incluso se me ha ocurrido borrar este texto, pero resulta que me he currado mucho la ilustración y no me apetece, así que aquí se queda. Y el que me quiera llamar copión, que me lo llame. Soy inocente. Si acaso, me acuso de estar provisto de un genio similar al de don Nacho, que no es mala comparación aunque sea insolentemente joven. Él.

viernes, 19 de octubre de 2007

hombres a favor

Una amiga, tal vez sin saber que podía estar prendiendo la mecha de un peligroso o al menos inestable explosivo, me ha enviado la dirección de una página web bajo la que se agrupa una asociación de hombres que se manifiestan fehacientemente por la igualdad de género. Se llama AHIGE y tiene al parecer su base en la hermosa Málaga, donde mi amiga Maite. Confieso que no he leído todavía la página en profundidad, sino que he repasado someramente su decálogo y la página de inicio para darme una idea de qué va.

Lo que he leído me ha parecido importante, porque creo que se sitúa en la mitad del problema, en su eje central, sobre todo cuando asume que el asunto o se aborda imperativamente desde lo que podría denominarse una revolución personal, un profundo, sistemático e inagotable lavado interno para modificar no tanto las actitudes como sus raíces, o se queda en nada. Espero que me creáis si os digo que es algo que me sigo planteando cada día desde que entendí hasta qué punto está impregnado el hombre del sentido ventajista que le aportan las diferencias de género y ello porque rechacé la teoría del ancestral reparto de tareas entre ambos sexos cuando la tribu dejó de ser trashumante, se estableció en una zona fija de influencia y empezó a trabajar la tierra y eso.

Lo que pasa, y de ahí lo del material explosivo de este asunto, es que por mi parte sostengo que igual de impregnada está la mujer de esta especie de herencia genética secular. Si el machismo ha sido una filosofía dominante, no es lógico pensar que haya contagiado sólo a la mitad de la población, y muchas pruebas hay al respecto que no me parece necesario señalar. Aunque entienda que la primera fase de la emancipación de la mujer era prioritaria, es decir, que luchar por la igualdad de derechos debía constituirse en el norte y guía de generaciones de hembras humanas dispuestas al combate, no es menos cierto que es llegado ya el tiempo de que la propia mujer mire a sus adentros y busque también en ellos las raíces del problema y de su pervivencia.

Sin mala conciencia, sin acusaciones mutuas, a mí me gustaría que floreciera, al lado de la AHIGE, codo con codo con ella, una AMIGE con idénticos objetivos y planteamientos similares. Si no, las mujeres deberán conformarse con aquella consigna, que incluso pasaba por ser progresista en la época de mi primera juventud cuando a mí siempre me pareció tremendamente reaccionaria, que decía "no renunciaré a mis privilegios hasta que no alcance mis derechos". Las flagrantes diferencias a favor de la mujer en tantos juzgados de familia repletos de mala conciencia son directos herederos de esta manera de ver las cosas.

Yo, sin embargo, creo que ya es hora de disputar juntos, hombre y mujer, esta batalla por la real integración de ambos sexos en un mismo género, el género humano que decía aquella, que es hoy ya la buena pelea.

Cuando lo consigamos, y mientras lo conseguimos, ¡viva las diferencias!

Nota: la imagen, repleta de inocencia, me parece ilustrativa.

miércoles, 17 de octubre de 2007

de la radio

No me hagáis mucho caso, porque lo he oído por la radio mientras conducía por la autopista y no me ha dado tiempo a apuntarlo. Tampoco sé si es cierto, o si la señora que se quejaba era una bromista de tomo y lomo. Acaso era una anticatalanista interesada en engañarnos a todos los radioescuchas (antes se decía así, lo siento) con su anécdota, y eso que las cosas se han puesto bien calientes después de la rabieta de Carod (por cierto, ¿cómo le llamarían de pequeño en casa del guardia civil maño de Tarazona que era su padre?, ¿qué nombre tendrá escrito en su libro de familia?, y, sobre todo, ¿dónde lo habrá escondido?).

El caso es que ni me pronuncio al respecto ni os planteo cuestión alguna. Lo repito tal y como lo recuerdo y salga el sol por andequiera. La buena mujer en cuestión tiene un hijo, en edad de merecer, que responde al nombre de Javier Martín Palomo, creo recordar. El chico estudia, al parecer, en una universidad de Barcelona, y la madre no sabe ya qué hacer, según afirma, con las cartas que le envían al chaval desde su Facultad, y creo que el cartero roza la esquizofrenia, pues la docta institución se las remite a nombre de Xavier Martí Colomb, según creo recordar, o de algo parecido.

He prometido no opinar, y no lo haré. ¿Será cierta la anécdota?

martes, 16 de octubre de 2007

pues vaya medalla

Si han leído esta noticia, los que me conocen bien habrán esbozado una media sonrisa recordando, allá a finales de los 90, la brasa que pude darles con una idea-ocurrencia que maduró en mi cabeza. La llamaba también, casualmente, tatuajes solares, y me harté de contarles a todos las idas y venidas, consultas con especialistas y dermatólogos, sondeos en empresas nacionales de cosmética, y tal y tal, en que gasté tiempo (mucho) y dinero (poco) hasta que me aburrí y lo dejé. Debo reconocer que, en mi caso, la cosa funcionaba en negativo, es decir que en mi propuesta yo jugaba con adhesivos opacos o similares, aunque pudieran ser de gran tamaño, que evitaban la excitación de la melanina, con lo que la piel que no estaba cubierta se doraba y curtía al sol mientras que la tapada guardaba el pálido original. Hasta pensé que haciendo una gran pegatina de cualquier foto o cuadro, eso sí en negativo y con trama de punto grueso, tendríamos al final impreso sobre la piel el tatuaje en positivo de dicha foto. ¿Molaba, no? Pues con patatas me lo comí.

Mira que me fastidia esa rutina. Cada vez que se me ocurre algo nuevo o singular (lo que sin modestia diré que ocurre con cierta frecuencia) me resulta imposible activar los resortes que podrían hacerlo posible. Luego, me harto, lo olvido, y un día cualquiera me lo encuentro publicado, como en este caso. ¡Qué rabia! Hace poco charlaba con mi gente de la hipótesis de lanzar una línea de vaqueros con trozos del culo al aire (o con trasparencias) aprovechando la eclosión del tanga. Los agujeros podrían tener formas diversas, de mariposa, de bolsillos, de nubes..., pero su truco era dejar que se percibieran segmentos variables con el movimiento de la piel de los glúteos. Hasta le di nombre. Se llamaban "los frescos". Ni que decir tiene que también me la envainé, por lo que no pierdo la esperanza de encontrar algo similar en las colecciones futuras de la ropa vaquera más vanguardista y "rompedora".

Cuando los veáis a la venta, ¿verdad David?, seguro que también a vosotros se os escapa otra media sonrisa.

lunes, 15 de octubre de 2007

lamento de ardilla

Hola. Soy la ardilla que ya no puede cruzar España sin bajar a tierra, viajando de árbol en árbol como antes. La verdad es que nunca lo hice, porque me gustaba más quedarme por Albacete que era donde residía un ardillo de toma nuez y moja, pero podía. Ahora, lo cierto es que no puedo ni atravesar el Retiro sin echar una carrera a la vez con varios perros. No es que no sea divertido, pero convendréis conmigo que no es lo mismo, sobre todo cuando no la ganas.
Sé que os doy lástima, lo he leído por ahí. Hay muchos que me echan de menos sin conocerme. Pero realmente son ellos los dignos de compasión. Dentro de nada, no podrán beber agua de una fuente, nadar en el mar, llevar a sus crías a pescar a un río o distraerse con el vuelo zumbón de una abeja.

domingo, 14 de octubre de 2007

periodismo de hacer caja

Hace ya unos días, y sólo hoy encuentro la calma que necesito para hablaros del editorial de El País del pasado 10 de octubre, titulado Caudillo Guevara. Leído y comprendido, a duras penas pude resistir las arcadas que me produjo. Si no tuvisteis el dudoso honor, aquí os lo cuelgo, mal que me pese. En contra de lo que el mismo editorial afirma, José Miguel Larraya, defensor del lector en ese periódico, ha debido reconocer que es el que mayor respuesta en número y repulsa ha obtenido desde que ocupa el cargo. En las mismas páginas del diario, Vidal Beneito y Fernández Buey enmarcan dicho editorial en su contexto real de alineamiento con las más recientes iniciativas neocon yanquis tendentes a restar legitimidad a cualquier opción de progreso señalando, una a una, hasta seis inexactitudes flagrantes contenidas en el texto mencionado, que además de babear miente como un bellaco.

Yo me pregunto, si los editoriales representan la línea ideológica, política o periodística de un medio de información, a qué premisas responde éste, con todas sus bajezas. Una respuesta podría ser que las cabezas pensantes del ente, con Cebrián a la cabeza, han considerado oportuno darle una patada de aviso a Zapatero en el muerto y enjuto culo del Ché, advirtiéndole así de hasta dónde pueden llegar (elecciones pendientes) en la defensa e imposición de sus negocios audiovisuales. Que son capaces de pisar hasta lo más sagrado. Que nos les han de doler prendas, oído al dato. La otra explicación para semejante bajonazo (llamar muerte o ejecución, por ejemplo, a lo que fue un simple asesinato o paseo) es una declaración formal de beligerancia contra los gobiernos latinoamericanos que escapan al concepto global que Prisa tiene del mercado, curiosamente los más proclives al respeto por esta figura histórica.

Me da igual. Yo me fui a ver una exposición chiquitita de fotos de don Ernesto que hay en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (subid en el ascensor, que es arriba del todo), leí la respuesta de Rafael Reig en Público y me fui al Parque del Oeste donde grité todo lo fuerte que pude: ¡a la mierda!, como don Fernando. Luego tosí un montón por el esfuerzo.

Si fuera lector habitual de El País, me daba de baja. Eso que se pierden porque no lo soy.

sábado, 13 de octubre de 2007

Salma, la Barbie islamista

En Indonesia, una pequeña empresa se está haciendo de oro vendiendo como rosquillas un remedo de Barbie a la última moda islámica, con su ropaje hasta los pies y su burka como principales señas de identidad, de nombre Salma. Entre los principales complementos de la muñeca, no es cierto que figure un cinturón explosivo. Son infundios. Ni tampoco está comprobado que camine varios pasos detrás del remedo de Ken, de nombre Osama, que no tardará en salir al mercado con su uniforme completo de talibán, que incluirá, éste sí, un ordenador portátil de última generación para hacer llegar al último confín del mundo por medio de la tecnología más puntera de todas las puntas mensajes anclados en el siglo XVI.

Mientras, felizmente, en España se les han devuelto sus derechos a dos niñas musulmanas a las que el Consejo Escolar había apartado de clase por personarse en el colegio con su velo y todo. Que ya lo ha dicho de forma rimbombante cierto Laarbi Maateis, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas, pidiendo respeto para esta tradición, cuando otros hablan de "desconocimiento" y "prejuicios".

Las niñas no tienen la culpa de nada, obviamente, pero a mí la medida de readmitirlas con velo no me parece nada bien. Ya lo siento por lo de las culturas, pero como que no. Me explico. Yo, cuando viajo a tierras musulmanas, me acoplo a su estructura social, léase religiosa. No bebo alcohol, no blasfemo en público, mi esposa viste como de primera comunión, falda larga, sin pantalones, bragas de cuello alto, brazos cubiertos, pañuelo sobre la cabeza, y se deja obedientemente tocar el culo en las aglomeraciones de Han-el-Jalili. Si voy a entrar en una mezquita, me descalzo obedientemente. Son sus costumbres y es su tierra, de modo que si no las acepto, no voy o me largo y listo. No las comparto, me parecen retrógradas y tercermundistas, pero las asumo en su zona por cortesía (y porque, si no, me cortan la patriz).

Pero ésta es mi tierra, y aquí consideramos que las mujeres son iguales que los hombres, que disponen de sus mismos derechos y deberes y que no se admite que se les discrimine por cuestiones de sexo, creencias o religión. Y, aquí, la falta de respeto es la de quien me quiere imponer a mí sus costumbres antidiluvianas en mi propia casa. La de quienes pretenden echar por tierra los avances conseguidos por la mujer española en lucha por su igualdad plena. Esas niñas no son propiedad de ellos. A todos los efectos, y por ello reciben educación gratuita, son y deben ser tratadas como las niñas españolas. Y están obligadas a comportarse como tales.

No me trago la teoría de que esto son tradiciones. También lo es en África Central la ablación del clítoris de las niñas y a todos nos parece una salvajada y un delito. ¿Qué razón hay para aceptar, sin más, las imposiciones integristas de los padres de estas niñas? Están en España, donde estas vejaciones sobre la mujer quedaron bien atrás, y es evidente que a permanecer aquí no les obliga nadie. Su insistencia en esta cuestión tiene que derivar ya en unas normas urgentes de nuestro estado de derecho que defiendan la igualdad de la mujer ante la Ley en todos los órdenes, éste incluído. Harían bien las chicas del Instituto de la Mujer en pensar un poco en ello y dejarse de tanto mirar con lupa la publicidad (que también), por un momento.

En la imagen, otra Barbie musulmana llamada Fulla.

humor en barra / pederastia eclesial

viernes, 12 de octubre de 2007

vuelve la picaresca (II)

Me persono un poco tarde a nuestra cita porque hoy es santa Maripili y hemos ido a comer con la madre, que se dice Pilarín desde que mi mundo es mundo. Más que nada, hemos ido por hacerle compañía, porque mantener una conversación con ella, lo que se dice hablar y que te respondan, es cada vez más difícil porque está sorda como una tapia y se resiste como gato panza arriba a ponerse los aparatos, por aquello de: total, pa lo que hay que oír. Eso sí, cuando no te ha oído, que es casi siempre, por lo menos se ríe. No sé de qué, pero se ríe. Yo comprendo su miedo a regresar a las estridencias de sonido que nos rodean, aunque no lo comparta ni siquiera hoy que me han sobresaltado los vuelos rasantes de los cazas de combate del ejército enfilando la Castellana. Mismamente, llevo un par de días con los oídos semitaponados, más el derecho, y no me gusta nada. Me da la sensación de flotar en el espacio, me oigo fuerte y sin embargo hablo bajito, los sonidos habituales me llegan como si llevara una almohada alrededor de la cabeza..., en fin, a ver si se pasa o tengo que visitar al especialista en eso o me hago musulmán integrista por lo del turbante. Lo tengo todo planeado. Le diré: vengo porque no oigo bien. Y, me responda lo que me responda, añadiré ¿mande?, y así se dará cuenta de que lo mío es grave. O me largará con cajas destempladas, como haces cuando llamas a la puerta de un adivino y te pregunta ¿quién es?

Hablando de esto, se me estaba pasado contaros otro craso ejemplo de picaresca actual. Sucede, me temo que a menudo, en una pastelería. Exactamente, en la llamada Capriccio (delicatessen) situada en la calle Eloy Gonzalo de Madrid. Te atienden amablemente, tanto quien parece la dueña como la joven empleada, venida de allende los mares. Tienen cosas de calidad, creo, pero por lo que nos pasó a nosotros y a otra cliente, coligo que tienen además, y abusan de ella, una costumbre espantosa. Cuarto kilo de tejas, por favor. La chica las toma, las sirve, las pesa y las envuelve, mientras musita: me he pasado un poco en el peso, ¿le importa? No te preocupes, respondemos amablemente, y nos pones también cuarto de esos bombones cortadillos. Se ejecuta con diligencia (la ventanilla del peso fuera del alcance de nuestras miradas) y pregunta ¿se lo envuelvo para regalo? -le decimos- ¿cuánto es? Cifra espantosa, casi el doble de la prevista. Pero esto cómo puede ser, es que también me he pasado un poco en los cortadillos, pero cómo que un poco. A ver cuánto. Mi tensión en aumento, el beligerante que dormitaba despierta de golpe desde el fondo de mis entrañas... De tejas nos había servido, la criatura, ¡390 gramos, y 410 de cortadillos! No os contaré lo que les dijimos que podían hacer con ellos, aunque debo confesar que sí tuve alguna debilidad en mi incorruptible ánimo justiciero.

Pero aviso de estas prácticas del lugar (y de tantos), por si acaso.

miércoles, 10 de octubre de 2007

vueve la picaresca (I)

Aunque tal vez no se haya ido nunca y lo que pasa es que yo no estaba atento, pero de un tiempo a esta parte me salta a los ojos un aparente retorno de estos lares a la charanga y pandereta en lo que parece ser un auge desmesurado de la picaresca que de siempre ha caracterizado a nuestros pueblos, muy capaces de buscar las vueltas de restricciones y leyes con alarde de ingenio no exento de ánimo de engaño, burla o estafa.

Leo ayer en la prensa que una doctora llamada María José Barba tiene montada en Zaragoza y Madrid una clínica en la que oferta, bajo el epígrafe de cirugía íntima, la reconstrucción del himen (tratamientos con anestesia local y sin ingreso). Al parecer, se trata de que la cosa se vuelve a llevar mucho, no tanto entre europeas sino para inmigrantes árabes y mujeres de raza gitana, si debemos dar fe a la información que os menciono. A 2.000 euros la reparación, y sin dejar visible el sello del matadero, parece un floreciente negocio que alcanza ya el centenar de intervenciones al año. No es poca pasta por un zurcido de quince minutos. Espero que los futuros maridos de semejantes maestras del señuelo sean, al menos, tan brutos como sus exigencias de supuesta pureza sugieren, que no se enteren de la copla y que vivan muchos años tan orgullosos de sí mismos como necios nos parecen. Por exigir lo que no deben tendrán lo que no quieren, bellísima parajoda que le anima a uno a creer en la Justicia con mayúsculas.

Más ejemplos de risa: vascos, navarros y burgaleses pasan la ITV del coche en La Rioja porque son más permisivos, del mismo modo que a Cuenca acuden por cientos a sacarse el carné de conducir, pues al parecer a los examinadores les engorda la vista porque se van de vinos con los dueños de las autoescuelas, según cuentan. Lo que sí es seguro es que las extrañas migraciones de examinandos permiten a los hoteles hacer su agosto en temporada baja. Todo el mundo lo sabe (recuerdo que a mí me lo comentó un amable taxista de la ciudad cuando estuve por allí no hace mucho y que luego conocí a varios suspendidos recalcitrantes súbitamente enamorados de las casas colgadas), es notorio, repito, y sin embargo nadie hace nada por evitarlo. Total..., es un fraude pequeñito, que diría mi amigo Pere mientras continúa lanzando anatemas contra los conductores.

Seguiremos informando.

lunes, 8 de octubre de 2007

con comentarios

Nunca os he dicho que una de las tareas más gratificantes para mí, dentro de los variados trabajos del bloguero, es responder a vuestros comentarios. Tengo la grandísima suerte de contar entre los lectores habituales de esta página, además de bastantes silentes a los que tanto agradezco su presencia porque la interpreto como apoyo y mudo gesto de aliento, con algunos desvergonzados que eligen la opción de hacernos llegar (a todos, porque conozco a muchos lectores que se beben los comentarios como se trasiega una cerveza bien tirada) sus valoraciones, opiniones, pensamientos emergentes, críticas y alabanzas con prontitud y constancia. Los conocéis si estáis en la nómina de los que miran debajo de la alfombra, browner, Almazán, chapi escarlata, David el tertuliano, Pedro de Paz, Gustavo, némesis, babilonia, Beta, más claro, agua, el Reig cuando se acuerda, Centeno, Ácrata Pérez, superantipático, hugo martínez abarca o las más recientes incorporaciones como nata, grendel khan, emma, isa, merky, luisa y tantos y tantos anónimos que honran con su participación estas páginas, y a mí de paso con su compañía

Me resisto a hacer ternurismo fácil, pero hoy quiero deciros a todos, (y a los que he olvidado reseñar aún más) un G R A C I A S así de grande, o más, porque a vuestra presencia constante debo la persistente evolución de esta página, lo que incluye los aciertos que pudiera contener. Paso con vosotros muy buenos ratos, jodíos. Por eso he pensado que esta noche os saco a la palestra.

domingo, 7 de octubre de 2007

país de locos

Iba yo esta mañana a una exposición en el Canal de Isabel II, en ese depósito reconvertido que me parece un espacio excepcional. Conseguí llegar hasta la calle Santa Engracia sorteando el festivalero e incongruente día de la bicicleta (que ya digo en un comentario a una intervención de khan que, hoy por hoy, me parece un monumento a la hipocresía) y llegué por fin a la entrada. Había cola, lo que me resultó extraño porque la exposición sobre Fotografía del siglo XX no me parecía capaz de suscitar demasiado interés, pero no era por eso.

Cuando intenté pasar, un agente de seguridad (creo que de Segurisa o Seguresa, a saber) me lo impidió indicándome con firmeza que debía pasar por la ventanilla de al lado, donde un compañero suyo, a bolígrafo, ¡rellenaba un parte de visitantes! con los datos de tu DNI que te obligaba a entregarle. Hora de entrada, nombre y dos apellidos, número del Documento... Un tanto mosqueado, le pregunté si no debía declarar el motivo de la visita, ante lo que el mandao aquel, incapaz de captar mi fina ironía, me respondió que no era necesario mientras me devolvía el carné y despegaba y me entregaba un sello autoadhesivo (que reproduzco) como el de los ministerios.

¿Pero en qué país vivimos? ¿Es medianamente legal fichar a los asistentes a una exposición pública? Si lo es, ¿en función de qué Ley pueden exigirse estos datos a ciudadanos libres?

Sospecho que debe tratarse de una imposición de la empresa de Seguridad (privada) al ubicarse la sala de exposiciones en el interior de un organismo protegido, con la exclusiva finalidad de ahorrarse un número muy superior de guardias para controlar el trayecto de los visitantes. Pero lo que es seguro es que el ínclito Nacho González, mano derecha de Espe y presidente del Canal, tiene que dar una explicación a los ciudadanos por ello, o que nosotros deberíamos boicotear este tipo de exposiciones con controles abusivos.

¿No os parece?

lugares secretos

Luego de una tarde entera planchando, (¡qué coñazo este tío, siempre con lo mismo!) ya tengo preparado el ajuar de ejecuta para la semana, tras haberme provisto, de milagro y gracias a ciertas familiares ayudas (a mis años), de varios trajes en los que al fin he podido embutir esta tripa que me habéis dado entre todos, horas y horas al ordenador desde hace meses... (Véase qué elegante manera de echar balones fuera).

Me desesperaba probarme uno a uno los uniformes laborales acumulados en el armario desde mi segunda juventud y comprobar con horror que apenas era capaz de inscribir en ellos parte de mi anatomía, dejando al descubierto siempre, casualmente, las llamadas zonas menos nobles -aunque nunca entenderé por qué las llaman así. Y eso que sólo estoy hablando de pantalones, que si les entro a las chaquetas de imposible abotonar...

El caso es que, para rentabilizar la inversión prevista, plausible y posible, nos hemos lanzado mi chica y yo por vericuetos insondables en busca de la mejor oferta en buenos trajes de ocasión, lo que nos ha permitido, de paso, incrementar conocimientos acerca de determinadas costumbres insospechadas de nuestros conciudadanos.

Alertados por un sobrino, que nos puso sobre la pista del lugar, echamos a rodar con más valor que cordura por carreteras de segundo orden, cruces y rotondas para dar y tomar, la gran ciudad a nuestras espaldas y el sol en la cara (hubiera sido mucho más cómodo al revés, estaréis conmigo), esta mañana de sábado, bien temprano, intentando por mi parte recuperar el adormecido instinto de orientación que tanto me enorgullecía cuando era boy scout.

Pero, pese a la evidente buena voluntad del chico, sus instrucciones no eran lo precisas que hubieran debido o acaso yo estoy más torpe de lo que creo, o mi memoria exploradora ha caducado, pero el hecho es que andábamos a eso de las diez más perdidos que carracuca cuando he divisado, a lo lejos, unas viejas naves con montones de coches aparcados a su vera. Por un camino de tierra nos hemos dirigido hacia ellas detrás de mi intuición, bendito 4 x 4, comprobando a medida que nos aproximábamos que nos habíamos quedado cortos en nuestras apreciaciones. Allí fluía más vida que en un muerto del CSI. Familias enteras, parejitas jóvenes, señoras en grupo y sesudos varones con su BMW de barro hasta los ejes transitaban el lugar cargados con enormes bolsas de plástico blanco. Frente a la puerta enrejada que parecía ser el acceso principal, un campesino del vecindario tenía abierto mercadillo vegetal en la trasera de su furgoneta, blanquísimos champiñones, pimientos verdes, melocotones y hasta mangos, que hay que ser exótico.

De la nave de hombres, básteos saber que me he hecho con varios trajes marcados en 365 por 80 euros, impecables y de cierta marca y nivel. Enorme oferta de ellos, algunas camisas, corbatas a 6 y liquidación de pantalones de loneta. Pero la nave de las mujeres... Aquello sí que era jauja. Por 1 euro mi chica se ha traído un pantalón de cuero precioso. Al mismo precio, ropajes interiores de Victoria Secret (que sí, que no son falsos), por 6 vestidos, por 3 faldas, por 4 pantalones y no sigo porque ya no me acuerdo, pero he alucinado junto a los tropecientos que escarbaban apasionados entre los estantes en busca de la ocasión que pintan calva.

Así que ya sabéis dónde pasan las mañanas de los sábados esos vecinos de los que siempre os habéis preguntado aquello de ¿dónde se mete, la chica del diecisiete, de dónde saca, pa tanto como destaca?

sábado, 6 de octubre de 2007

ley de Memoria Histórica

jueves, 4 de octubre de 2007

hablando de tráfico

Lo he escuchado por la radio esta mañana, que ahora me acompaña mucho camino del curro, al que tengo que llegar en coche. Un motorista llamó por teléfono a alguien diciendo lo siguiente: He tenido un accidente y me he roto la espalda, pero no sé dónde estoy. Acto seguido, se desmayó. Luego..., silencio. La guardia civil tardó 24 horas en localizarle, en un terraplén junto a una carretera comarcal burgalesa. Estaba muerto.
Además del dramatismo evidente de una situación como ésta, conviene fijarse en ella porque hoy mismo, en el Congreso, el partido en el gobierno con el apoyo de algún socio espabilado, ha dado un nuevo paso adelante en la ceremonia de perpetua culpabilización del conductor que lleva adelante ese infumable llamado Pere Navarro cumpliendo órdenes de sus superiores.
En un país como el nuestro, en el que a nadie parece importarle un ardite que conceptos sagrados como la seguridad real de los vehículos dependan del dinero que tengas para comprar o no uno de gama alta, en el que se permite vender latas con ruedas totalmente inseguras sin pudor ni control alguno, en el que miles de puntos negros permanecen en los mapas durante decenios, en el que los guarda-raíles asesinos siguen rebanando los miembros o la cabeza de los motoristas accidentados que chocan contra ellos, en el que la calidad del firme de las carreteras puede cambiar varias veces en un kilómetro, en el país de la imprevisión, de la señalética confusa, profusa y difusa, del caos ante cualquier mínimo incidente..., en esta España en la que cualquiera puede accidentarse y desaparecer de este mundo mientras los vehículos caros disponen de localizador GPS, y no sigo porque me da grima y me enervo y me exalto, en el jodido país tan querido como éste pero tan gravemente descuidado en materia de seguridad vial, al responsable de ella sólo se le ocurre cargar brutalmente las tintas sobre el conductor, culpando siempre de manera ventajista al ciudadano en detrimento de la enorme responsabilidad de la Dirección General de Tráfico que dirige. Me parece que este tío, y quienes le mandan, tienen un morro que se lo pisan.
No manifiesto solidaridad alguna con el hijo de mala madre que pasa de todo y que, a velocidad inconsciente y brutalmente excesiva, se pone y nos pone a los demás en peligro de muerte. Entiendo que se le persiga, se le localice y se apliquen con él las leyes, sobre todo cuando sean reincidentes. Pero estoy más que harto de la perpetua culpabilización del ciudadano por parte de los poderes contratados para velar por su seguridad y de que ese concepto de culpa, tan reiterado y ampliado por periodistas acríticos al servicio de esos mismos poderes, sea el que acabe imponiéndose en el subconsciente de los españoles en lugar de incitarles a reclamar y exigir la seguridad que nos escamotean gracias a esta cruel coartada.

Algo habrá que hacer.

miércoles, 3 de octubre de 2007

retrasos

Me presento un poco tarde hoy a mi diaria cita con vosotros porque me he retrasado viendo el partido del Madrid. Iba a decir viendo jugar al Madrid, pero hubiera faltado a la verdad, porque este equipo sigue sin jugar a nada. No sólo no juegan un guil sino que consiguen de inmediato que los recién llegados dejen de hacerlo. En un equipo en el que lo único importante es trabajar lo justito, correr lo justito, sudar... y así hasta mil (únicamente Raúl se salva, casi siempre), los que acaban de llegar se lo aprenden enseguida y rápidamente se incorporan al gremio de los diletantes, encabezado por ese Guti que se empeña en demostrar, día tras día, que se pueden hacer cosas magistrales con los pies aunque la cabeza te sirva sólo de adorno. Este equipo tiene el mal endémico del fútbol español: que lo juegan indivíduos ricos pero vagos, señoritos metrosexuales con una calculadora en el corazón, un seguro multimillonario en las piernas y un inmenso vacío en el cerebro. De modo que así está planteado el divorcio deportivo: por un lado, la gente que adora el fútbol (en general) y por el otro los jugadores que solamente viven de él.
Lo mismo que pasa en la Iglesia española. Por un lado, va el arzobispo de Toledo y pide a los feligreses que eleven sus plegarias por el pobrecito Rey de España, tan denostado el hombre, y por el otro el insigne Fedeguico, desde la tribuna eclesial de la COPE, se desgañita día sí y el otro también pidiendo que abdique de una vez. ¿A que parece una contradicción flagrante? Pues va a ser que no.
Va a ser que de nuevo, como antes, como siempre, los curas no ponen nunca los huevos en la misma cesta, no vaya a ser que se rompa, fundando ETA y bendiciendo a Franco, que nunca sepa la mano derecha lo que hace la izquierda que es la que transforma la falsía en virtud. De lo deshonesto, oportunista e hipócrita que es este mensaje, se confiesan luego y al cielo de cabeza.
¿Os habíais creído que este post iba de fútbol?
- Ilustración debida al prolífico genio de Paquito

martes, 2 de octubre de 2007

me sorprendéis, me colmáis

La verdad es que no esperaba que os gustara tanto lo de ayer. Lo escribí a toda prisa, porque tenía mucho y variado que charlar con mi dueña tras perder ¡otra vez! una de las postreras virginidades que me van quedando. Joder, me sentía como un chaval recién salido de la Facultad y estrenando mesa de las de verdad. Uno de esos que ahora llaman JPMMP, que viene a decir jóvenes pero muy mal pagados, o algo así.
He pasado dos días rehaciendo la comunicación de la empresa, que estaba escrita y planteada fatal (yo diría como el culo, pero puede que alguno lo lea y ya la hemos liado, bocazas). También estoy en comunicación con un tipo de Nueva York para definir y darle forma y uso a la página web, que muchas empresas la tienen porque hay que tenerla y no comprenden ni para qué sirve ni los beneficios que puede aportar. A ver qué tal me sale la propuesta.
La gente allí está bastante bien, incluso hay varios cuyas biografías laborales han pasado y estacionado algún tiempo en las Artes Gráficas, por lo que encuentro bastante tema de charleta. Por lo demás, como estoy en un polígono, he recuperado costumbres por no practicadas casi desterradas, como aparcar sobre la acera, tutear a las camareras del lugar, hablar alto, investigar los trayectos más cortos y menos frecuentados... En fin, esas cosas que te dan vidilla. Todavía no me he abalanzado sobre los huevos fritos con chorizo, panceta y patatas, pero todo se andará y al colesterol malo que le den dos duros, que vienen a ser al cambio seis céntimos, aunque no es lo mismo.

Nota: Desconozco el autor de el chiste que reproduzco. Lo he tomado prestado de una página llamada historias de Qena, que firma Qena Montalvo. Espero que no le importe.

lunes, 1 de octubre de 2007

planchas...

Ni he empezado y ya os tengo que dejar. Lo escribo para comunicároslo porque, llegado a casa, tras la ruda tarea del primer día, toma de contacto y tal, me toca plancharme las camisas, algo a lo que mi santa se ha negado desde que el mundo es mundo, y conste que razón no le falta. Total, ella no las lleva... No es que sea una novedad darle a la plancha, que se ha hecho uno ya a casi todo, pero sí esta somera sensación de que vuelve el selfmademan, que se decía e incluso, desde la nueva perspectiva de los varones hacendosos, que vuelve el hombre.

Otra cosa es que hoy creo haber batido un record digno de ese libro de excesos que hay en inglés, JKrahe dixit. Creo que debo ser el primer tío que, en su primer día de curro, entra a las nueve de la mañana y se pasa hasta las doce y pico con la bragueta abierta. A esa hora, no sé si un ramalazo del relente que entraba por la ventana de al lado, recién abierta, o el súbito despertar de mi sexto sentido, aletargado hasta el momento (que ya me lo pagará en cuanto pueda cobrárselo), me ha inducido a echar mano a los bajos, con un veloz movimiento no exento de cierta discreción al asaltarme, con la fresca, la terrible sospecha de que la jaula estaba abierta, lo que he constatado al comprobar la altura del cierre de la cremallera el cuál, ¡oh desesperación!, se encontraba mucho más abajo de donde hubiera debido estar.

Tal vez esa fuera, por encima de mi habitual simpatía y don de gentes, una de las causas de la sardónica sonrisilla que enarbolaba, cada vez que se dirigía a mí, cierta gentil aunque madura secretaria.

Pues traje sí que llevaba, afirmo, más no la im-pertinente ropa interior, ¡que por ahí sí que no paso!