domingo, 27 de febrero de 2011

fuera de la red

Han sido estos unos días hermosos, desde el miércoles hasta hoy. Tanto en Madrid, a donde me condujo mi obsesión por mirar de cerca y con la lupa de aprender todo lo que se mueve en el terreno de las alternativas a esta realidad política apestosa y bajo mínimos (los de la decencia, la credibilidad, la honradez, la honestidad...) como en las playas de Chipiona a los mandos de una mesa de terraza junto a dos de mis más apreciados personajes del mundo del caletre.

Ya os comenté en parte lo de la capital, que por cierto estaba guapísima con su solecito de anticiclón pero todavía sin calzarse la boina irrespirable. Una agenda prodigiosa me regaló tiempo para hincarme de hinojos ante el monumento al cocido que fabrican en el Schotis, en compañía de mi chaval mayor y su mujer, homenaje al placer que me permitió además desvirtualizar (como dice él) a uno de mis contactos en red más frecuentes y diversos, don Adrián Vogel, el jefe de El Mundano, contertulio frecuente y visitante asíduo de mis páginas, al mismo ritmo que yo devoro con placer esa suya de músicas, fútbol, política y otras zarandajas. No nos conocíamos, lo nuestro era solo cibernético y fue un placer convertirlo en presencial, que ya era hora. Ved en su página las fotos. Para que no faltara detalle al desarrollo de la tal agenda mágica y versátil ya alabada, aún pudimos mi amiga Nieves y yo mismo asistir a la representación de una obra de teatro a las doce de la mañana gracias al soplo de otro amiguete de la red y más llamado Julio Castro, alma mater de La República. Fue en la Escuela Superior de Arte Dramático y disfrutamos de "Perros en danza", de María Velasco. Fue un placer presenciar el acercamiento de unos tan jóvenes alumnos a lo tan a menudo oculto de nuestra Historia, la caída del legítimo gobierno republicano a manos de militares sediciosos, abordada con tal calidad, conocimiento, originalidad y recursos escénicos e interpretada con ribetes de talento. Una inesperada sorpresa, digno colofón de tan breve como intensa escapada a los madriles.

Este sábado pude conocer, reconocer, abrazar y charlotear ampliamente con Eduardo Cruz (Más claro, agua) y Montero Glez. Otro encuentro que pasó de virtual a táctil en un suspiro, merced a los buenos auspicios de Eduardo, todo un brillante personaje y buena gente hasta caerse de espaldas. Estuvimos juntos la mar de a gusto, hablando de casi todo, descubriendo amiguetes comunes, matizando posiciones incomprendidas a veces en la distancia, mirándonos, disfrutando el rato con el placer que sólo aportan las buenas cosas. Contaba Cruz lo de las ediciones directas en eBook, que nos interesaron mucho, hablaba Roberto de los viajes antiguos que tanto le comen ahora la oreja para su próximo trabajo, o de cómo mastica las puestas de sol cada atardecer mientras repasa en la memoria su torturado cuaderno machacado a palabras, frito de ideas y la pasión brillaba en sus ojos. A la vera, la hija del sevillano de Bilbao ponía a prueba los reflejos de su madre o vaciaba potitos a pares y mi Patty inmortalizaba el instante con tan poca luz y como enorme voluntad. Desfilaban Juanín, Reverte, Baquero, Camarón o Pedro de Paz sin marcar el paso y sin que nadie les cortara un traje, junto a imágenes del pasado, visiones del presente y proyectos de futuro, sin demasiado orden pero exultantes de entusiasmo.

Nos fuimos luego los visitantes y allí quedó Montero con sus cosas, tras despedirnos con un abrazo tan fuerte que se quebraron las patillas de mis gafas de leer mientras hacía por creerme, al hilo de su comentario, que cada vez me parezco más a Hemingway. Será en la barriga, me pienso.

viernes, 25 de febrero de 2011

e la nave va

Este 23 F me apeteció celebrarlo en Madrid, a donde me desplacé en un veloz Alvia en el que conocí a un encanto de persona gracias al cuál se me pasó el trayecto volando. Bueno, a lo que iba, que me lío, me fui a Madrid a participar en una asamblea de la que (al menos sobre el papel) debería salir la constitución de la alternativa madrileña de Equo, o algo parecido, según creí entender. Me puse los ojos de mirar y las orejas de escuchar, que para eso estaba allí. No enrosqué la boca de hablar, cuando se abrió el turno de palabra, porque no había ido allí de aguafiestas. Pero os lo cuento ahora, más calmadas las primeras e imprevisibles reacciones que me produjeron buena parte de las intervenciones.

Aunque no es ningún mérito, debo deciros que yo militaba en el antifranquismo radical organizado cuando casi ninguno de los allí presentes era siquiera un proyecto de sus progenitores. No lo digo a título de pavoneo, sino a modo de información para quienes de entre vosotros no estéis al tanto de mi larguísima trayectoria en la política, entonces clandestina, para concluir que tiene uno el culo pelao de asambleas, reuniones, manifiestos y demás parafernalia que constituye el meollo de cualquier proyecto político que se precie. Asistí en Suresnes a la inmolación de la corriente exterior del PSOE a manos del "pacto del Betis", no os digo más, también como observador. Bueno, pues éste que lo es iba a la asamblea con la percepción máxima a fin de valorar en vivo y en directo los primeros pasos de un atractivo proyecto de alternativa unitaria nacido bajo el nombre de Equo y los auspicios de los verdes europeos de Daniel Conh-Bendit (con quien coincidí en París en las movilizaciones contra los fusilamientos de septiembre del 75 cuando todavía era Danny el rojo), duchos ya en levantar alternativas político-ecologistas a las derechas europeas. Es decir, que iba allí con ganas de creérmelo.

Tanto que, previamente, había yo transferido mis 120 euracos a la Fundación para regularizar mi alta en la cuestión (algo os comentaba en la entrada anterior), obteniendo a cambio un mail de recibo preñado de promesas de mayor información y cauces de participación, compromisos incumplidos hasta hoy mismo, y eso que aproveché mi viaje para ponerlo en conocimiento de una Pepa algo, no recuerdo su apellido, que me dijo mi amiga Nieves que era la mandamás en los asuntos de la cartera, la cuál me escuchó con impaciencia y anotó mis datos para enterarse de lo mío e informarme (yo tan solo aspiraba a saber por qué el mismo automatismo que generó la respuesta a mi ingreso no integraba a la vez mis datos en alguna lista de correo, pero no tuve la suerte de obtener respuesta adecuada, ni ninguna otra). Previamente, así mismo, había ingresado en el grouply de la Equoaldea e intervenido tangencialmente en alguno de sus debates. De modo que puedo manifestar que mi acercamiento a Equo cumplía, sin duda, con los mejores parámetros de confianza y buenos augurios. Y, ¡qué coño!, me había plantado allí desde Rota, que hace falta valor.

Debo decir, ahora, que no me gustó lo que allí me encontré, vi y escuché. ¿Por qué? Porque me pareció más de lo mismo. Una reunión muy poco y mal planificada, ineficaz y orientada a la agitación más que al análisis y el conocimiento. Una corta pléyade de reponsables que hablaban pretendidamente como si no lo fueran pero actuaban con la certeza de serlo (¿por qué al verles me parecía estar presenciando su discurso ya con el Acta de diputados obtenida de nuestro esfuerzo?). Ninguna mención a la Equoaldea hasta que salieron a la palestra José Carlos y mi amiguita para que les dijeran que sí, que vale, que de acuerdo pero que aquella tontuna no era la oficial en Red en la que "estaban trabajando", no fuera a ser que alguien se despistase (la burocracia que intuía atacaba de nuevo). Ninguna mención al paro, que es el principal problema personal y social de millones de familias (incluso el único que tocó de pasada el tema llegó a mencionar, como dramática consecuencia de la crisis, la pérdida de calidad en el empleo). Una vergonzante pasada de hucha en medio de la algarabía, planteada como si se estuvieran inventando las cuotas y con panegírico de pobreza incluído donde deberían estar expuestas negro sobre blanco las cuentas (ingresos y gastos) de la Fundación. Y luego estaban..., las intervenciones de Juancho López Uralde.

Hacía tiempo que no escuchaba algo más torpe. Bueno, más que torpe, su discurso fue el de quien está acostumbrado a salirse con la suya sin que nadie le lleve la contraria, feliz de haberse conocido y orgulloso de ser tan cojonudo. Torpe desde ese punto de vista. Preguntado por la unidad, vino a decir que nosotros éramos partidarios pero que, como ya estábamos en marcha, el que quiera que se suba. Vamos, lo que siempre han dicho los que no desean trabajar de verdad por la unidad. Pero cuando estuvo sembrado a full fue con la feliz idea del simil del barco. Que si Equo es una nave. Que si ya ha salido, que si flota, que si se mueve, que si avanza. A cada mención del barquito se me retorcían más las tripas. Porque, ya en 1970, en tiempos del diluvio, nos reíamos Tábano y Las madres del cordero, en la Castañuela, de la referencia al barco, a la nave, un lugar común enormemente utilizado por Franco y sus corifeos en sus discursos. Lo comparaban los fascistas, a menudo, con la familia, para ellos trasunto del Estado. Recuerdo que era el Cuadro 6º de la obra. "Esto se va a pique", clamaba el hijo. "Nunca, mientras yo sea el capitán", respondía entre oleajes y truenos el paterfamiliae. Tal vez alguien debería comentárselo al preclaro líder.

Pero el barco se hundía, al final, e la nave no iba, a pesar de tenerlo todo bien atado, jarcias incluidas. Tampoco a Fellini se le escapó la comparación.

domingo, 20 de febrero de 2011

y, sin embargo

En este país en el que la banca hace lo que le peta con la anuencia del Gobierno, en este país en el que muy pocos se apuntan a una mínima protesta mientras el paro se ha disparado y las cuentas públicas no salen, en este país en el que nadie se manifiesta aunque su aire sea irrespirable, aunque la gasolina esté por las nubes, aunque tantas familias supervivan de la magia sumergida sin un mal salario que llevarse a la boca, aunque los políticos vivan todos en otro mundo mucho mejor que el real, en este país adormecido gracias a quienes han conseguido sustituir los movimientos reivindicativos por sus burocracias paniaguadas, en este país en el que se vota más al más corrupto, en el que la Ley Electoral ningunea cualquier atisbo de oposición, en el que los fascistas campan por sus fueros al abrigo de una Constitución que rechazan, en el que la Iglesia Católica ha recuperado la iniciativa en la enseñanza y la educación del futuro, en el que todos están de acuerdo para comerse entre ellos el sector público arrancándole al pueblo lo que tanto le costó al pueblo conseguir, en el que del Estado del Bienestar queda apenas el recuerdo, en el que Poder y Oposiciones se alían en lo estratégico mientras aparentan discutir lo táctico, en el que la información ha pasado a ser la ceremonia vacía del mediodía, en este país, sin embargo, algo se está moviendo.

Aparece una alternativa progresista organizada desde el ecologismo activo, que responde a las siglas de Equo y trabaja por el momento soterradamente en las redes sociales. Tiene buena pinta y me he apuntado.

Se presenta una campaña de unificación de la izquierda real bajo el nombre de Mesas de Convergencia en la que se descubren nombres como Viçens Navarro, Anguita, Sabanés al lado de los de Cayo Lara y, pese al tufillo de correa de trasmisión de IU, también me he apuntado.

Crece en España la internacional ATTAC, básicamente organizada para conseguir que las transacciones especulativas que mueven el mundo de los jodidos "mercados" paguen impuestos en los estados a los que sus acciones despiadadas empobrecen. Me he hecho socio o algo así.

Remueven las conciencias los republicanos de viejo y nuevo cuño, alrededor del periódico La República y de multitud de grupos y grupúsculos de muy distinto pelaje pero supuesto denominador común. Me he puesto de nuevo la tricolor en la solapa y me he apuntado.

Soy lector asíduo y suscriptor de Sin Permiso, espléndida revista política gracias a la que me mantengo al corriente de todo cuanto la llamada información oficial desestima y fortalezco mi bagaje teórico.

Me estoy especializando en la revolución islandesa, esa gran escondida por todos los medios que dependen de la Banca, es decir por todos, en la que el pueblo ha permitido la quiebra de los bancos, detenido a los causantes de la crisis y abordado la situación creada por ellos mediante democracia directa y acción creativa. Ahí están.

Me empapo de escritos acerca de la Renta Básica de Ciudadanía, reviso con fruición todo cuanto cae en mis manos acerca del movimiento brasileño de los trabajadores rurales sin tierra, el famoso MST y sus ocupaciones victoriosas, hago lo imposible por consumir responsablemente y comprar en establecimientos pequeños y no en grandes superficies, repaso las teorías del decrecimiento, intento hacerme un experto en el manejo del concepto de entropía como magnitud física que mide el estado de aleatoriedad de un sistema, vamos, a sea, que me lo curro cada día.

Hay infinidad de cosas por hacer y en ninguna estás solo. Todo sea porque el día del despertar no me encuentre a mí dormido. Crezcamos.

viernes, 11 de febrero de 2011

internete

Es lo que tiene la aldea global, que andas tu de paseo por la red saltándote la siesta, de visita por el Caralibro repasando las continuas insensateces de tu amigo Juanín, escuchando la chirigota del Canijo en Youtube, apuntándote un día sí y al otro también a las bienintencionadas propuestas contra la subida de la luz o la ordenanza del ruido en Madrid, interesándote por las respuestas de la Equoaldea, partiéndote las tripas a solas con los siempre puntiagudos comentarios de Eduardo en Más claro, agua, valorando la brutal contaminación en Madrid, Valencia o Milán, ante las que los antitabaco guardan sospechoso silencio, buscando el pelotazo en Serviapuestas, respondiendo al emilio de agradecimiento de la empresa de Barcelona a la que le compraste anteayer las dos ruedas que esta misma mañana le han instalado a tu coche en Sanlúcar, leyendo por encima el libro de Isabel, la ya desaparecida Duquesa Roja que has comprado en su precioso Palacio Ducal y desgranando en el ordenador, a la vez, su biografía y las impensables dimensiones de su Archivo Histórico (seis millones de elementos clasificados), repasando por encima una página porno salida de quién sabe dónde, profundizando en lo que pueda haber de cierto en el hipotético fichaje de Cesc por el Madrid a cambio de sesenta millones de euracos..., y entonces va y te salta a la cara que Mubarak acaba de dimitir, allá en Egipto, hace un par de minutos, cuando tu te habías quedado en el telediario con la sospecha de que estaba a punto de anunciarse el toque de queda o el estado de excepción o algo así que tuviera el dictador previsto para estos casos y es entonces cuando te das cuenta realmente del mundo en que vives, en el que cualquier información transita a la velocidad de la luz, y te percatas de que hace tan solo unos años habrías tenido que esperar a enterarte en la edición de mañana de El País, hace menos años en los informativos de la noche y ahora mismo casi, casi que son las noticias las que te esperan a ti mientras andas revoloteando de flor en flor cibernética. Así que te alegras por ellos, los egipcios, que se han demostrado luchadores y hartos, les aplaudes en algún foro que tuvieras abierto venga o no venga al caso, deseas ardientemente que no caigan ahora en brazos de una dictadura militar o en los aún más radicales de los hermanos musulmanes (serán hermanos entre ellos, te dices) y empiezas a preocuparte seriamente porque con tantas horas ante el portátil se te está poniendo un culo como la catedral de Burgos y a interiorizar que acaso no fuera tan mala idea darse más paseos playeros de buena mañana para mover el esqueleto y derrotar la mencionada propensión que puede impedir a corto plazo que te pongas los gayumbos del año pasado, y con esas y otras ideas de semejante jaez te levantas a ver la tele que es ya la hora del partido. Jesús, qué cruz.

lunes, 7 de febrero de 2011

carnalidades

Hoy estoy feliz como una lombriz porque de buena mañana he podido comprar dos entradas para las semifinales del Falla. Fila 1, casi ná. Los que no sois de Cádiz no podéis valorar, sin antecedentes, la gran importancia de esta noticia, pero estamos hablando del concurso de agrupaciones del Carnaval, en el que el Teatro Falla es como el rompeolas de todas las Españas, salvando las distancias, en cuanto se refiere a chirigotas, coros o comparsas. Eran las ocho en punto, bueno, más un minuto, cuando entré en la página de Unicaja. Lo había intentado sobre las siete y media pero todavía no habían salido a la venta. Así que abrí la web a la hora en punto y allí estaban, a mi disposición, vírgenes como un folio en blanco. Pude elegir, nervioso como un fraile en un puticlub. Primera fila, al lado del pasillo. Pegaos al arte. No como tantos otros, pobres, que no podrán disfrutarlo porque en media hora ya se habían agotado todas las entradas del teatro que salían a la venta, y eran las últimas. Aforo completo hasta la final, buen negocio. Me siento privilegiado y como si fuera muy listo, repleto de méritos, aunque sea consciente de que no es para tanto. Pero es como cuando en la feria le das un perdigonazo a un palillo con una carabina desviada. La cara de felicidad que se te pone. Pues eso.

De las tres semifinales, me he apuntado a la de en medio, siguiendo los sabios consejos de Vera Luque. ¡Ah, que no os conté que estuvimos con su chirigota este martes, viendo sus ensayos! Pues eso, que para allí nos fuimos mi amigo autóctono, yo y una paleta de Guijuelo a la que le metimos mano entre todos en alegre montón junto con unas cervezas y un par de botellas de la tintilla del Gato, que ambas dos cosas (la paleta y el vino) obtuvieron de los presentes aplausos y vuelta al ruedo. Alternaron en buena armonía los pasodobles con el cochino y los cuplés, felices nosotros de estar donde se cuece el arroz, de presenciar cómo todos a una mejoran, cargan de intención e interpretan lo escrito, y ellos de que el respeto por su trabajo se tradujera en un detalle tan sabroso. Luego, cuando el jueves vinieron a Rota a testar por vez primera su curro cara al público, ya nos saludaban como si fuéramos de la familia. No sé si alcanzarán el primer premio del año pasado, pero les auguro, como mínimo, que alcanzarán las semifinales, y a ello hemos apostado al sacar las entradas. La verdad es que han ganado en voces, están de dulce, y les sigue sobrando el ingenio.

¡Qué pronto ha quedado en el olvido la pringosa Navidad! ¡Qué placer reencontrarse con la vida y sus gozos y miserias, con el arte de decir las cosas con talento, con la estupenda carnalidad de unos carnavales en la calle! ¡Cuántas más dimensiones adornan a esta fiesta del gentío, golfa e insensata, que se pasa tres pueblos a menudo porque no hay quien aguante la que está cayendo en éste! Alborozado me ando, mirándolo todo, mientras se me repite el estribillo de una de las chirigotas de mi pueblo: "..., y al caraho con la Ley antitabaco".

martes, 1 de febrero de 2011

amigos

A partir de una edad, y no pienso decir de cuál, se empieza a valorar el número de amigos que uno ha disfrutado en la vida como el auténtico y genuino capital acumulado. Pocas cosas encuentro en este mundo que se puedan comparar, a tenor de las alegrías que te ofrecen y lo poco que cuestan (ahí me refiero al coste material, en pasta gansa, no al otro), con el calorcito que recibes de los amigos cuando menos te lo esperas. A veces, una visita extemporánea e imprevista. Otras, una mención, un recuerdo, una felicitación. Siempre, esa compañía de lo bien conocido, esa discusión relajada y serena, esas cervezas en alegre montón, esa opinión fascinante, ese comentario malintencionado pero divertido, esa evocación, ese despellejar al ausente... Y otras, por desgracia y ley de vida, esa mala noticia perpetuamente inesperada aunque bien archisabida.

El pasado domingo estuvimos Patty y yo en la celebración del décimo aniversario de una peña cadista y cultural de Rota llamada "el camaleón", que es un bicho verde, aunque no siempre, que se cría por aquí, os informo. En un acto espontáneo y divertido, a salón repleto, fue desgranándose el programa previsto, a menudo con más voluntad que acierto, lo que es normal dado lo relajado del acto. Bueno, a lo que iba, el caso es que alguien, amigo de los de la peña, les escribió un himno para celebrar este cumpleaños. Como no podía ser menos, el himno tenía forma..., de chirigota, lo que a mí me pareció un espléndido detalle de amistad, no sólo lógico por estar en estas tierras, sino tremendamente cariñoso y humano. Un himno repleto de guiños críticos (organizan la erizá -que es una reunión amigable para consumir erizos de mar y ponerse hasta arriba de cubatas- y casi nunca hay erizos) y de ingenio (ser del Cádiz es una especie protegida). Como lo he encontrado en la red, os lo voy a poner para que lo escuchéis y apreciéis, si podéis entenderles, la gracia del himno.



Hoy mismo, mi amigo Fernando G. Lucini, maestro nacional de oficio y experto autor de multitud de libros de referencia obligada sobre la canción popular, productor musical y comisario de exposiciones, entre otras lindezas, me sorprende publicando en su nuevo blog una deliciosa entrada sobre la inicial "trayectoria artística" de Las Madres del Cordero y me la dedica en persona, pasando de mi sonrojo sin piedad. Mi ego se lo agradece, aunque me haya dejado que no paso por las puertas. En este enlace podéis disfrutarlo.

Esta misma tarde me marcho a Cádiz con otro buen amigo, éste reciente y "autóstono". Juntos volveremos a visitar La-Clandestina y, a la noche, estamos invitados (enorme privilegio, por su imprescindible secretismo) al sancta-sanctorum de la chirigota de J.A. Vera Luque a presenciar uno de los últimos ensayos de la pieza que concursará en el Falla este año, honor que debo a la incipiente amistad con dicho autor, ganador del concurso de chirigotas del año pasado. Mira, ya que estamos, os voy a poner también un vídeo suyo del 2010, para que veáis y escuchéis de lo que van.



Cualquier cosa por un amigo.