lunes, 26 de noviembre de 2012

la respuesta de Julio


Obtuve respuesta, debo decirlo. O, mejor dicho, me llegaron de JA dos respuestas. Una, al día siguiente, que por personal no haré pública. Aunque, leída entre líneas, ya me anunciaba por donde irían los tiros de su otra respuesta. Con esa respuesta que me encontré de bruces, escenificada hasta el menor detalle, el 24N en Córdoba. Esa sí que os la puedo contar:

-          - No me permitieron la entrada a la reunión. La Coordinadora Provincial de Cádiz había decidido por unanimidad que fuéramos una compañera, como portavoz, y yo mismo como coordinador provincial. No hubo caso. Uno por provincia, repetían. Un voto, pero dos voces, contratacábamos. Para nada. Me contaron que se planteó ya dentro de la reunión. Admitieron la entrada de dos compañeros por Jaén. Y denegaron la mía, por mayoría. Me quedé fuera. Aunque, tal vez, debiera decir que fue la decisión de la Coordinadora Provincial de Cádiz la que se quedó fuera. Yo me tomé una tostada con jamón y tomate que estaba bien rica.

-      - Debo decir que, en el curso de las gestiones preparatorias de esta reunión, le planteé a la compañera Agustina, que era la que llevaba estas cosillas, la decisión que habíamos tomado de enviar a dos personas. Su respuesta fue que solo entraría un representante de cada provincia “por cuestiones de aforo y operatividad”. En la sala hubo unas treinta mesas vacías. La operatividad fue manifiesta: en menos de tres horas, resuelta la papeleta.

-     - Claro, que también afirmaron en la misma carta: “en los próximos días se publicará orden del día y demás elementos en el blog”. Hasta ahora.

-          - La mesa que presidía la reunión se sentó. Ya está. Bueno, también se presentó. ¿Por qué esa mesa? ¿Quién había decidido su composición? ¿Quién le había atribuido el control que demostró? Nosotros, no.

-         - Por ejemplo, no admitiendo dos cuestiones de orden, llámense previas.  En toda asamblea, que yo sepa, se respetan las previas. Se escuchan y se decide sobre lo que proponen. Menos en el máximo organismo visible de un Frente que se reclama asambleario. Allí, simplemente, se desestimaron. Por mayoría, decidieron que se vieran las previas en el punto de Varios. Pasemos al orden del día, que hay prisa.

-         - ¿Cómo había dicho Anguita? “La velocidad de un convoy -creo recordar que afirmó- es la de su último elemento. Esa será la nuestra.” ¿Resulta creíble? La cuestión previa de Cádiz era sencilla: las asambleas locales soberanas no han tenido tiempo para analizar los documentos aportados, así que nuestra portavoz no puede trasmitir nuestra voz. Necesitamos más tiempo. Puede que los de Cádiz seamos los más tontos porque ni sabemos ni queremos tomar decisiones de urgencia sobre la marcha y sin mandato expreso, sobre todo unas decisiones que marcan a fuego el destino y el futuro de la organización que estamos levantando. Seremos, a lo mejor, el furgón de cola. ¿Pero no quedamos en que esa velocidad sería la del tren? Pues éste se nos ha escapado a toda leche.

-          - En menos de tres horas se solventó todo. Hay que ser muy inteligente para conseguirlo. Treinta y tantos representantes de provincias, unos 10 de Prometeo, otros tantos digitales… A ver, 180:60=3 minutos por cabeza en intervenciones todo seguido para cinco temas delicados y comprometidos. ¡Ohú! Sí que hace falta ser listo y estar bien preparado. A no ser que vengas a levantar la mano y aplaudir.

-          - Todo de carril. Todo atado y bien atado. Se ratifica por votación que el Frente Cívico se constituya en Asociación legal. Me acosté clandestino y me levanto legalizado. ¿Cuándo habré decidido yo eso? Debíamos estar mirando hacia otro lado los de Rota y todas las asambleas de Cádiz. Eso sí, los estatutos que se presentarán para la urgentísima legalización son solo provisionales. En lugar de discutir si nos legalizamos o no, discutiremos de estatutos, mira tú qué bien.

-         -  Se pasa de un plumazo de ser una Comisión Estatal de Organización Provisional (aunque lo de Provisional lo añadieron a última hora y ahora no para de sonar) a constituirse en Comisión Estatal de Organización (se tachó la palabra provisional de la pizarra), con los añadidos de las provincias, pero con idénticos materiales y las mismas decisiones que diez minutos antes eran apenas propuestas. Sublime operatividad, desde luego. Pero no aplaudáis todavía, que no queda así la cosa.

-          - En el mismo periodo de tiempo,  solo escaso para los tristes mortales (y no digo nada si son asamblearios) se pasa de ser la Comisión Estatal de Organización a disolverse. Habéis leído bien. Ha desaparecido, se ha esfumado, su vida fue breve como un suspiro. Vais de ala, compañeras y compañeros, si pretendéis dirigiros a ella con alguna miserable propuesta. Ya es historia.

-         -  Porque, también de golpe, se trasmutó en la Comisión Gestora que preparará nuestro Congreso. Todos juntos, digitales (aclaro, elegidos a dedo), prometeos y representantes que dicen votar todo esto en nombre de sus asambleas forman ahora nuestro máximo organismo responsable de organizar la puesta de largo estatal del Frente. Oño.

-          - Debo estar algo lerdo. Porque yo creía haber leído…, a ver…, “Somos Mayoría V”…, sí, aquí: “Cuando se considere que el proceso organizativo del Frente Cívico esté culminado en asambleas de localidad, provincia y comunidad autónoma, la Comisión de Organización cesa en sus funciones y abre paso a una Comisión Gestora elegida democráticamente por todo el Frente Cívico mediante los mecanismos que se aprueben. En consecuencia tanto Prometeo como las personas anteriormente referenciadas dejan de ejercer sus funciones”.

-         -  ¿Algo más? Sí, aún queda otro golpe de tuerca. Como la Comisión Gestora es ‘demasiado grande’ se dota, sobre la marcha, de una MESA TÉCNICA con funciones ejecutivas. Tanto para preparar la Asamblea Federal Constituyente como para coordinar. Un Comité ejecutivo, vamos, aunque se siente en una mesa. ¿Quién lo compone? Misterio. De eso, ni se habló.


Luego hubo discursos, aplausos y hasta una comida de hermandad. No me quedé. Me falta estómago. Mis tragaderas ya rebosaban, incapaces de trasegar tanta eficacia.

Ésta ha sido la verdadera respuesta de Julio Anguita a mi carta esperanzada, aunque crítica. He esperado 48 horas antes de publicar esta crónica mía por si aparecía el Acta oficial de la reunión que arrojara luz sobre el asunto. No la veo por ningún lado y os la ofrezco, refrendada por la retrasmisión grabada (que esta vez sí que me la he tragado) y lo que manifestaron los que dieron la rueda de prensa posterior.

Os debo una disculpa. Me lo había creído.

sin más palabras


sábado, 24 de noviembre de 2012

error, Julio. Inmenso error


Acabo de volver de Córdoba, de asistir por delegación al suicidio de una espléndida alternativa ciudadana. ¿O ha sido asesinato? No lo sé, ya os lo contaré más despacio en cuanto lo tenga más claro. Pero lo cierto es que donde habría podido asistir, por fin, a la alegre fiesta del pueblo organizado, me encontré, como mucho me temía, con las lúgubres trazas de la peor manifestación de una de aquellas clásicas correas de trasmisión que acostumbraban los partidos. Hace una semana, cuando me las veía venir, le escribí a Julio Anguita esta carta que hasta hoy mismo me había resistido a publicar. Cualquier día os diré la respuesta recibida, aunque lo de hoy puede ser interpretado también como esa respuesta demandada. Ya hablaremos del asunto. La carta decía así:

Saludos, compañero Anguita. Como bien conoces, soy una de las personas que con más fuerza e interés esperaban tu manifiesto y con mayor alegría lo celebraron. ‘Somos Mayoría I’ abrió las puertas de la esperanza a un montón de gente entre los que me encuentro. Por fin te manifestabas, por fin un soplo de aire fresco, por fin una alternativa clara en la que creer y por la que trabajar alrededor de tu referencia. Así que me puse a ello con entusiasmo.

Con ese impulso constituimos en Rota la primera asamblea que hubo en España del FCSM, impulsamos la organización en la provincia, creamos cartelería, imagen, logotipos, propuestas… Es decir, nada de seguidismo ni de autocomplacencia, sino tesón y lucha desde el convencimiento de que, esta vez sí, estábamos construyendo algo por lo que merece la pena entregarse, algo que nuestro pueblo necesitaba como el comer, una alternativa ciudadana diferente.

Porque, en tus formulaciones generales, aparecía triunfadora la figura de la asamblea local soberana. Ese y no otro era, sin duda, el camino. Porque la ciudadanía, Julio, está harta de partidos políticos. Porque los partidos ya no son la organización articulada de los mejores, de los más entregados y los más luchadores, sino un saco de medradores de todo género enamorados, bien del poder en sí mismo o bien de lo que se consigue a través del poder. Los partidos son el fruto podrido de estos tiempos de mercantilismo. Monumentos a la burocracia en los que las personas generosas y honestas, que las hay, se ahogan por culpa de una organización al servicio de la inaceptable política del poder. Quizá por eso, tras recibir los textos para el 24N, he experimentado una triste sensación de “déjà vu”. ¿No será un partido más?, nos preguntan a menudo.

Ésta es una realidad palpable, mil veces confirmada en la práctica y por la experiencia, que tú mismo has afirmado en estos días una y mil veces. Pero, sobre todo, es una verdad inapelable para mucha gente de la que está dispuesta a trabajar para que cambien las cosas. Desde luego, para esa gente que es exactamente la misma que está creando el Frente Cívico en la calle, trabajando entre la ciudadanía. Personas conscientes, ciudadanas y ciudadanos responsables de sí mismos que han descubierto en la horizontalidad, en la participación y en la democracia directa la fórmula perfecta para articular esa mayoría de desheredados que formamos entre todos. Personas que saben bien lo que quieren y, con enorme exactitud, lo que no quieren: un nuevo partido político, una estructura de poder.

Te copio para explicarme mejor en palabras de otro lo que me acaba de escribir una compañera de Jerez, recién incorporada al Frente, sobre los documentos del 24N: … los estatutos y el organigrama están muy condicionados por los modelos de organización piramidal que tanto conocemos. Esto ha levantado aquí muchísimas dudas ya que, si este movimiento suponía articular una organización donde la participación ciudadana fuera real, el material tiene una total incoherencia con el objetivo pretendido. Los ciudadanos necesitamos una organización de base, completamente horizontal, donde todo lo definible se haga desde abajo, desde los intereses de nuestras comunidades. Creo que hay mucha prisa y que, bajo las condiciones que se están poniendo, este proyecto no tiene un futuro muy prometedor.

No sé de qué manera pulsas y vives la realidad de nuestro movimiento, Julio. No sé si estás en disposición de percibir, de respirar, de comprender cómo y de qué manera en concreto ha prendido entre la gente la idea que lanzaste en Sabadell. No sé si puedes escuchar por ti mismo cómo crece la hierba. Pero sí estoy seguro de que te rodea (y te has rodeado de) un círculo de gente de partido que, con su mejor voluntad -no lo dudo-, interpreta la realidad a su manera. Un grupo de militantes al viejo estilo que ve, analiza e interpreta lo que todos estamos haciendo a través del filtro de su concepto de organización, que también en ti estoy seguro subyace. Gente incapaz de comprender que ahora hay en la calle una realidad distinta, una manera diferente de percibir las cosas y de luchar contra lo que nos oprime.

Ahí es donde te estás equivocando, a mi modo de ver, compañero. En no apoyarte en las masas, que se decía en los partidos comunistas. En desconfiar -en la práctica- de ellas. En apoyar a quienes parece pretenden conducirlas a través de un marco organizativo que las aherroja e impide respirar. En no liberar su enorme fuerza trasgresora, en constreñir su pujanza y su grandeza. En este intento anacrónico e irracional de ponerle puertas al campo en que se ha convertido la convocatoria del 24N.

Agradéceles los servicios prestados y vuelve a defender el concepto básico de una ciudadanía mínimamente organizada, a su manera, como pueda y como sepa, como puede y como sabe. Rodéate de personas que trabajen entre la gente, capaces de contrarrestar la inaceptable tendencia al burocratismo que se está imponiendo en esa especie de dirección en la sombra que ha organizado este acto de afirmación nacional del día 24 sin contar con las asambleas locales, no de esos a los que se les llena la boca de la palabra ‘asamblea’ y no se cansan de repetirla como un mantra mientras se pasan en realidad a las asambleas por el forro.

No sé si sabes que en las asambleas locales no se han podido debatir las propuestas ni se han valorado todavía los documentos elaborados por los compañeros de los que te has rodeado. El Colectivo Prometeo no los ha hecho públicos para facilitar y hacer posible ese debate a pesar de que había muy poco tiempo. Anunciaste la reunión del 24N con menos de un mes (el 27-O) y sin que ni el orden del día ni los documentos estuvieran listos. En muchas provincias los hemos recibido el 14 o 15 de noviembre. ¿De qué opinión provincial van a ser portavoces, en estas circunstancias, los portavoces provinciales? ¿Qué propuestas, elaboradas en las asambleas locales, van a poder aportar?

Así no, Julio. Es un inmenso error que todavía se puede rectificar antes de que esta incipiente organización tome unos derroteros que rechazamos, creo, la inmensa mayoría de los que nos estamos dejando la piel por levantar el Frente Cívico. Sumidos, ahora mismo, tras el estupor, en una profunda tristeza. Es hora de retrasar la cita. El 24N no puede seguir adelante.

Recibe un fuerte abrazo,

martes, 6 de noviembre de 2012

el cómplice silencio de los corderos


El secretismo se hace seña de identidad cuando una tragedia se cobra víctimas, como sucede siempre en Italia con la mafia. Nadie sabe, nadie habla, todos callan y guardan el silencio cómplice de los corderos. Pero los que hemos organizado eventos y conciertos sí que sabemos con total seguridad que hay muchas personas que conocen a ciencia cierta lo que allí ocurrió. Lo que sucedió antes y después de la estúpida masacre que se ha llevado por delante a cuatro jóvenes mujeres. Muchos son los que están al cabo de la calle de esos detalles que resultan fundamentales a la hora de valorar una tragedia como la de Madrid Arena, que tan de cerca ha tocado a la compañera de mi vida. Yo les acuso si siguen callando.

De los responsables auténticos, dejando de lado asquerosas cortinas de humo del tal Sostres o de la Botella y del Fiscal General, que me parecen tan deleznables como torticeras, lo sabemos casi todo. Desde el empresario Miguel Ángel Flores, con más de cincuenta expedientes por irregularidades en Space y Macumba, discotecas que regenta, a la larga lista de políticos del PP que han hecho la vista gorda ante los tejemanejes de este fulano, como Antonio de Guindos, concejal de Seguridad del Ayuntamiento, hermano del Ministro de Economía, Pedro Calvo, presidente de la empresa pública Madrid Espacios y Congresos, propietaria del Madrid Arena, el vicealcalde Miguel Ángel Villanueva, que mintió al desmentir su amistad con el empresario, o Emilio Monteagudo, inspector jefe de la Policía Municipal de Madrid, por no hablar de los responsables locales de Protección Civil. Todos, con la alcaldesa a la cabeza, se lavarán las manos, todos se irán de rositas, ninguno guardará en su alma el menor atisbo de dolor ni vergüenza ni traza alguna de reconocimiento de su responsabilidad. Pero no olvidarán, eso seguro, la misa matinal del domingo.

No era de ellos de quien quería escribir hoy, sino de los otros. De los ciudadanos de a pie que tanta información manejan y tanto callan. De los que estaban en taquilla y saben con exactitud meridiana cuántas entradas se vendieron y guardan ominoso silencio. De los que sumaron uno a uno cada moneda y cada billete y, manejando los datos exactos de los más de 630.000 euros que Flores habrá ingresado de esta sangrienta operación, los esconden a la opinión pública. De los que saben que los ingresos de esta fiesta debían haber sido inferiores a los 260.000 euros sobre el papel y no lo dicen. De las secretarias que guardarán el secreto de qué autoridades estaban en el ajo. De los de seguridad que recibieron las órdenes de no tener las puertas de emergencia operativas pero no lo manifiestan. De los camareros, los del guardarropas, las enfermeras, los médicos, los de los servicios, las de la limpieza, los disc-jockeys que gritaban “ya somos 15.000” para animar aún más aquel cotarro…

De todos los que, guardando cobarde silencio, se constituirán en cómplices necesarios de esta tragedia y participarán en el lavado de cara de los autores y beneficiarios materiales de esta desvergüenza. A ellos me quiero dirigir para intentar que comprendan qué necesario es su testimonio público y cuánto precisa la sociedad de su valor y firmeza, de su solidaridad con los que han sufrido en la carne muerta de sus familiares y amigos las consecuencias de una tragedia debida, una vez más, a la implacable ambición de unos pocos y al infame colegueo de los poderosos con sus políticos de jardín. La ignominia de esta tragedia radica en la ‘omertá’ que ampara a todos sus responsables. Si vosotros no hacéis la luz, solo nos quedará humillar un poco más la cabeza. Todavía os esperamos.

domingo, 4 de noviembre de 2012

acerca de la confianza

Escribo, por fin, tras meses de silencio. No he estado parado, no, ni he dejado de escribir, sino que no he sabido, podido, ni encontrado un rincón de calma desde el que ordenar las ideas ni un instante de pausa que me permitiera exponerlas aquí. Sumergido en la vorágine del cada día, el frente cívico, el bloque ciudadano y su rosario de consecuencias inmediatas han hecho de mí un ágrafo bloguero, lo que lamento infinito porque este desahogo rítmico me ha supuesto desde hace ya años una terapia bienhechora y una razón para ordenar esas ideas en tropel que, cuando no las articulas, acaban por amontonarse y perder su definición y hasta su eficacia.

Quiero escribir hoy sobre el escándalo de la confianza. Confianza, hermosa palabra, la pobre, cuyo legítimo significado ha sucumbido en el trasiego del reiterado uso fraudulento que de ella se hace. Como ya le ocurrió antes a la emotiva libertad tras caer en las garras del facherío que utiliza su "libertad digital" para combatir la esencia misma de su prístino contenido, o a la genérica popular que es hoy bandera y gaviota del partido que defiende los intereses de los enemigos del pueblo. De un pueblo tan a menudo desconcertado por  los peleles del verdadero poder que afirman que suprimir profesores garantiza la calidad de la enseñanza o que la verdadera regla de tres del progreso es que a menos médicos más salud o que con más prohibiciones se incrementan nuestros derechos. De un pueblo con el que siguen jugando los bienpagados expertos en marketing engañabobos, esos mismos que llevan desde el tránsito del franquismo a este remedo de democracia pasando de contrabando bajo mano -en esa tele que sirve para vaciar las tripas y los sesos de la ciudadanía- los mensajes de la insolidaridad, del consumo desmedido, de la ostentación, de la envidia, del lujo como baremo del éxito de los ganadores, del sálvate tú y a los demás que les den...

En una nueva y dolorosa vuelta de tuerca al garrote de esa misma mercadotecnia, asistimos ahora a la eclosión de los mensajes publicitarios 'buenistas' de los Bancos. Sin vergüenza, esos mismos Bancos que desde julio de 2008 han puesto en la puta calle a más de 200.000 familias de clientes suyos proclaman ahora que una rosa es una rosa porque huele y que un banco es poco menos que tu abuelita porque te mima cantidad. De los desahucios no dicen ni mu, ni de las preferentes que dejaron en la ruina a cientos de miles de ancianos, ni mencionan tampoco que muchos de esos Bancos han sobrevivido gracias al dinero público; salvación, en parte, obtenida mediante los impuestos de esas mismas personas a las que mandan a vivir debajo de un puente. Ni de su despiadada presión sobre la economía de la misma nación que les injerta millonadas, ni de su apropiación indebida de los grandes movimientos de capital del Estado.

No, ahora tenemos que escuchar y ver en la tele que los Bancos son adorables instituciones cercanas y cálidas, amables hasta el empalago, a través de mensajes propagandísticos que presentan, como voceros, los primeros espadas del deporte patrio. Pau Gassol, Rafael Nadal, Pep Guardiola o Fernando Alonso cobran millonadas por prestar su cara y su imagen para engañar a su pueblo cantando las excelencias de los mismos Popular, Banesto, Sabadell o Santander que le oprimen y le machacan. Triste papel el suyo, torpe abuso de su fama, miserable negocio vender su popularidad por un plato de lentejas, aunque sean de oro... Ahí se les indigesten.

¿Creeremos en los datos o en su publicidad basada en inmolar el concepto de confianza? ¿Son acaso dignos de confianza los que prestan su cara y sus palabras por dinero? ¿Son ellos los que trasmiten la realidad o son más creíbles los datos de los que disponemos sobre la naturaleza despiadada de los Bancos? Una cosa sí está clara: la Banca está invirtiendo millones en su imagen. Esa es la novedad. La buena noticia es que ladran, luego cabalgamos.