miércoles, 31 de diciembre de 2008

tras la desproporción


Estaba escribiendo mi entrada de nochevieja cuando me dio con la maza en mitad del "bebe". Si no lo habéis probado, no os lo recomiendo, porque viene a ser como el descenso de un sinfín de sinsabores sobre tu cuerpo agobiado. Le llaman trancazo y, ¡qué razón tienen! Su variante de mayor interés, en mi caso, es la propia del sin embargo previamente inoculado, experiencia por la que aún no había transitado hasta la fecha. Gripe de vacunado, parajoda que decía aquél. Se trata sin duda de una variante interesante (otra vez las rimas ministrales, copón) en la que casi nada es lo que podría ser, ni la fiebre es enorme, ni el dolor de cabeza extra, ni las articulaciones plenamente al pil-pil, ni la tos cavernaria, ni el ahogo persistente, pero que consigue de igual manera, a base de insistencia y hasta insidia, que el conjunto de tu cuerpo te recuerde lo genuinamente perverso que puede llegar a ser un malestar general, sobre todo si le agregas, como ha sido el caso, una desmesurada urgencia de tu cuerpo a devolverle a la tierra, en connivencia con el señor Roca, todo lo recibido por boca, de inmediato e incrementado con la apestosa opinión de tu organismo acerca de su inoportunidad. O sea, que me iba patas abajo.

Ahora que parece y toco madera que las cosas vuelven por do solían, que el sol traspasa a duras penas la niebla marina que soportamos hace días y que abandono poco a poco la más insípida dieta blanda que recuerdo, no me resisto a dejar a continuación el escrito en el que estaba (titulado sólo "la desproporción") deseando de paso que el resto del año ni se atreva a guardar relación alguna con estos comienzos tan poco alentadores. Aquí os lo dejo, sin tocarlo:

No soy ningún experto en los asuntos del Medio Oriente, pero ello no quita a que me laceren profundamente el alma las dolorosas imágenes que de allí nos llegan en estos finales de año. No soy en absoluto partidario del intransigente integrismo de Hamas ni de que aprovecharan su mayoría en unos comicios para segregarse como un Estado independiente de la mayoría palestina, con su propio gobierno y todo, en la franja de Gaza. Ya me parecía peligroso para su propio pueblo cuando se produjo, y me lo sigue pareciendo ahora que revientan sobre sus cabezas misiles y bombas supuestamente selectivas en su obsesiva y sistemática tarea de destrucción, pórtico de la invasión que vendrá. Ello no quita un ápice, desde luego, a que en lo más profundo yo simpatice con la causa palestina en su resistencia contra su liquidación como pueblo, en su rechazo a las imposiciones territoriales pactadas otrora y siempre a sus espaldas y en contra de sus derechos como pobladores de unas tierras que fueran "devueltas" por las convenciones políticas a sus muy antiguos convecinos. A mi parecer, los de antes y los de ahora están obligados a entenderse, a compartir y a vivir en paz cediendo para ello cada uno buena parte de sus pretensiones por muy legítimas que les puedan parecer. Podrá parecer utópico, no lo niego, pero no hay otra.

Está claro que no era concluso el escrito, sino el prólogo a mi radical condena de la actitud sangrienta del Estado de Israel, la tan vergonzosa de quienes alientan y justifican esta agresión (y la posterior invasión) en base a lo de "ellos empezaron". Me subleva sobre todo la prepotencia sionista, me recuerda al primo de zumosol ostiando a un bajito endeble al grito de "él me pegó primero". Siempre hay una razón para un holocausto, ellos deberían saberlo bien, pero eso jamás lo ha justificado. La desproporción es tan brutal que se pierde cualquier razón esgrimida para justificarla. La desproporción en sí misma es lo que define esta acción brutal, inmoral y sangrienta, manipulaciones informativas al margen. La desproporción y el dolor y la sangre y la angustia y la indefensión y la muerte.

¿Qué dirán de ella los compadres de Ehud Barak, ministro de Defensa de Israel, en la Internacional Socialista? ¿Expulsarán de su seno al laborismo agresor? Cuánta hipocresía...

Nota.- No es un árbol de Navidad erigido sobre el hermoso atardecer de Gaza. Son bombas de racimo.

domingo, 28 de diciembre de 2008

el clamor de los corderos

Esperaba ya la inocentada anual de Rouco, que suele caer por estas fechas posiblemente por aprovechar el plus de ternura que flota en el ambiente para arrimar el ascua a su sardina, y me han defraudado este año. Será la crisis, pero la convocatoria les ha salido rana, por muchos autobuses que hayan fletado con sus correspondientes pancartas igualitas. Vaya, 1.000 autobuses, qué barbaridad, lo mismo..., 54.000 personas dentro, si descontamos los conductores, más de 100.000 bocadillos... Estoy deseando que los chicos del manifestómetro publiquen sus conclusiones del guateque de hoy, pero a primera vista no creo que este año hayan alcanzado siquiera los 150.000 asistentes ya que no me parece que se hayan cubierto los 43.395 metros cuadrados del 2007. Es lo que tienen los números, que son cabezones y no dejan lugar para alharacas ni estimaciones de buen (mal) cubero. Mides los límites de la concentración (que como están de rodillas es más sencillo), lo demuestras con fotografías, calculas la superficie final ocupada y multiplicas los metros cuadrados que te da por 2, 3 ó 4 a lo más si te parece que están como piojos en costura, y voilá, sale lo que sale y el equipo episcopal miente y se tendrá que confesar de contra el cuarto mandamiento, aunque no esté de moda, con su millón a cuestas. Aunque a lo mejor es sólo una mentirijilla inocente, de esas de andar por casa. Seguro que no es de las mentiras gordas que valen para argumentar patrañas frente a un gobierno respaldado por los votos en las urnas en unos plebiscitos en los que no vale eso de "me han votado más de un millón" para denostar, combatir e impedir que se apliquen las legítimas decisiones que les perjudican.

La cosa era contra todo en general, ya que se trata de poner sobre la mesa algún peso para negociar, por una parte, y de hacerle ver al sumo pastor alemán lo bien que se cumplen aquí sus planteamientos por otra, pero específicamente contra la legalización del matrimonio homosexual, la despenalización del aborto y la entrada en vigor de la asignatura Educación para la Ciudadanía. Lo de los homosexuales es algo que le trae a mal traer al Papa, ya que tira del tema con asaz insistencia venga o no venga a cuento. No creo que sea una fijación de su juventud, de cuando ingresó en las Juventudes Hitlerianas ni del año y medio que sirvió como soldadito del III Reich (más exactamente como flakhelfer, pío ayudante de artillería antiaérea), porque entre aquellos recios machotes no se debían ver con buenos ojos las desviaciones antinaturales que pudieran corromper a la raza aria, pero seguro que Freud mantendría una pintoresca opinión al respecto.

Del resto de esta inocente defensa de la familia hablaremos si os parece en otro momento. Hoy me preocupa sólo saber en qué lugar de honor se sentaba a esta eucaristía el presidente del Tribunal Supremo de mi país y por ende del Consejo Superior del Poder Judicial, Carlos Dívar, quien afirmara hace poco públicamente que "...sólo en amar a Cristo y hacerle amar, en una vida coherente y cabal, se encuentra la única y verdadera Justicia" o eso tan pintoresco que rezaba: "...los católicos, obedeciendo al Papa, nunca nos equivocamos" o que manifestaba su condena moral de cualquier tipo de aborto. Seguro que estuvo allí, en misa y repicando. Haciendo escuela. ¿Cómo es posible que un tipo así haya sido respaldado por un gobierno socialista? ¿Cómo no ha sido destituido inmediatamente de sus cargos quien se manifiesta en contra de aquello que representa?

Cualquier día tendremos que hablar de esto.

sábado, 27 de diciembre de 2008

devuelta

Saludos. Vuelvo por estos lares, ni lotería ni carretera han podido conmigo, por ahora. Valgan estas pocas líneas para que lo sepáis. Enseguida recomienzo las entradas, que hay cosillas suculentas. Esta vuelapluma es tan solo para agradecer vuestros comentarios y desvelos. Sirva también de prólogo a lo que venga después. Abrazos pringosos, que me acabo de comer un pestiño.

domingo, 21 de diciembre de 2008

autocita

Como nos tomamos unos días de asueto para cumplir cual se debe con las obligaciones familiares, que madre no hay más que una y a ti te encontré en Mercadona, he pensado dejaros algunos deberes, para que os acordéis de ella tanto como yo, en forma de entradas antiguas de esta misma bitácora. Pertenecen a otras y pasadas navidades pero es muy probable que por entonces quienes me honráis ahora con vuestra presencia ni siquiera os barruntarais de mi existencia, ni por supuesto de la cantidad de maravillas que por inadvertencia os estabais perdiendo, cosa que habríais podido corregir buceando en las profundidades de esta página pero que sospecho no habréis hecho por vaguería o acaso falta de incentivos, así que he decidido ponéroslo fácil y ver si, de paso, apruebo la asignatura de conjugación que llevaba atravesada.

Las referencias son las siguientes:
http://malablancayenbotella.blogspot.com/2007/12/qu-pas-qu-gente.html
http://malablancayenbotella.blogspot.com/2007/12/hoy-os-voy-confesar-algo-que-casi-nadie.html
http://malablancayenbotella.blogspot.com/2007/12/la-vspera-i.html
http://malablancayenbotella.blogspot.com/2007/12/la-vspera-y-ii.html
http://malablancayenbotella.blogspot.com/2006/12/mi-cardo-en-salsa-de-almendras.html
http://malablancayenbotella.blogspot.com/2006/12/esa-conocida-sensacin.html
http://malablancayenbotella.blogspot.com/2006/12/aberracin.html
http://malablancayenbotella.blogspot.com/2006/12/saludos.html

Se me ocurre que, llegado el caso, tal vez las pudierais leer convenientemente espaciadas, una cada día, para guardarme debidamente la ausencia. Si tal os acontece, tened en cuenta que sospecho que el orden en que fueron escritas es justamente el contrario que el que guardan en este listado, qué enrevesado, pero así han venido dadas y no seré yo quien les lleve la contraria a los hados. Sí es cierto que no están todas, porque he querido destacar una que recuerdo con especial cariño por lo acertada y profundamente íntima que me salió, de un tirón, mientras preparaba la nochevieja pasada. Copio aquí su dirección http://malablancayenbotella.blogspot.com/2006/12/me-niego-cerrar-en-falso.html y os pediría que, si no vais a leer más que una, os decidiérais por ésta de la que me siento tan, tan orgulloso.

Prometo volver con vosotros cuanto antes, si el dios de la carretera lo tiene a bien y si no me toca la lotería, que andaré entonces muy ocupado contando los billetes.

Nota.- Copiar cada dirección y copiar en la ventana de vuestro navegador, que no sé por qué no me ha aceptado el link automático. Lo sorry.

viernes, 19 de diciembre de 2008

navidornos

Escuché este palabro en la tele y me ha encantado tanto que aquí os lo traigo, por su capacidad de síntesis y su voz sonora y rotunda. Es una palabra tan bonita que me hubiera encantado inventármela. Dices navidorno y te vienen de inmediato a la cabeza bolas doradas, estrellas del árbol, noeles rampantes, muérdagos con velitas, un caganer de Obama y hasta la burra que va hacia Belén cargada de chocolate lo que en estos tiempos tiene ya su mérito.

No sé a vosotros, pero a mí este año se me está haciendo la cosa navideña bastante más soportable que otros. Tal vez se deba a la crisis, esa tragedia que tanto juego les sigue dando a los humoristas con trabajo, pero tengo (y disfruto) la sensación de que hay algo en el aire, llámese pudor si bien se quiere, que está constriñendo que no impidiendo, faltaría más, las insoportables e interminables alharacas navideñas de otros años. Es como si los vendedores hubieran humillado la testuz ante la falta de su materia prima esencial, los compradores, o como si los voceros de la cosa hubieran comprendido que el personal no tiene precisamente el xoxo p'a ruidos, pero el caso es que suenan menos villancicos, sobrevuelan pocos pavos y pulardas, las lucecitas se han dividido por dos cual mitosis inversa y hasta parece que los jefes se han olvidado este año de la cena de empresa, sutil tortura malaya mejor muerta que viva, ¡qué cabeza la suya!

En todo caso, sea cierta o no esta impresión que me permite mantener un mínimo de fe en la capacidad de aprendizaje del género humano, los que no han olvidado su empeño son los fabricantes de colonias y perfumes, que siguen machacando desde todos los ángulos al espectador con su oferta interminable. Tanto aroma, tal derroche de fragancia por estas fechas era (y es, a lo mejor) uno de mis mejores argumentos a la hora de manifestar que, a mí, la navidad me huele mal. Algo deberá haber de hediondo en el entorno por estos días cuando la humanidad entera se abalanza sobre las más intrincadas fragancias en busca de bálsamo contra la fetidez navideña. O puede que esté traído por los pelos lo que digo y que la fabricación de estos pomos de diseño y de sus contenidos tan escasos como carísimos genere unos márgenes comerciales tan bestias que alienten y soporten con garbo ese insoportable gasto en publicidad.

Por mi parte, sigo creyendo que nada tengo que ver con lo que estas fiestas conmemoran y celebran.

martes, 16 de diciembre de 2008

rectificación. ¡¡ Le dió !!

Una breve entrada para ofreceros en "cuasiprimicia" el gif que rueda de vértigo por Internet corrigiendo alza y deriva de los disparos que comentábamos aquí ayer, hasta alcanzar la puntería que pretendían los rotundos zapatazos del airado periodista irakí al presidente de la nación más poderosa de la Tierra.

¿Qué os parece? Además, se puede repetir ad-infinitum, así que su duración y el número de impactos depende de lo que a cada uno le pida el cuerpo. Ya son numerosas las peticiones y rogativas que leo para construir un gigantesco pim-pam-pum con el trío de las Azores al completo, tantas que no me extrañaría que "adidas" esponsorizara el evento, aunque yo, particularmente, preferiría que lo hicieran los "Calzados Gorila" porque recuerdo que sus zapatos pesaban un montón.

Mientras tanto, animado por esta posibilidad (que también aceptaría en su corta versión patria), me he convertido en el miembro número 69.133 del grupo "Apuesto a que encuentro 100.000 personas que detestan a José María Aznar" de facebook, con lo que seguro me encuentro en buena compañía.

La misma que deberíamos juntar para exigir la inmediata liberación de Mutazar al-Zaidi, nombre que ya por fin se conoce del airado periodista con tanta razón y rigor ético como escasa puntería. No sea que se les escapen algunas "recomendaciones" de más y acabe en un hospital por hacer lo que se debería hacer siempre con un tipo que estaba allí, entre otras cosas menos confesables, para hipotecar a su sucesor Obama firmando casi a escondidas la retirada de las tropas de ocupación para una fecha seis meses más retrasada de lo que le había planteado el gobierno de la nación irakí y de lo que pretendía aplicar el presidente entrante. No dejará de joder...

lunes, 15 de diciembre de 2008

elogio del beso



Lo he visto y me ha parecido ejemplar. Me hubiera gustado ser él. Ser el periodista sin nombre que le arroja a la cara sus zapatos al más alto mandatario del país que ha agredido al suyo propio. El valiente que le arroja a la cara ante las cámaras, sin esconderse, todo su desprecio, el que manifiesta públicamente su deshonra. "¡Toma tu beso de despedida, cacho perro!", dicen que gritaba mientras intentaba afinar su escasa puntería. Le admiro, le envidio, estoy con él ahora que le deben estar calentando hasta los entresijos, sufro con él esos dolores que sospecho no son nada comparados con la inmensa satisfacción que debe sentir por haber hecho lo que debía. No callar. No achantarse. No dejarse llevar por el masivo y común qué buenos somos todos y qué civilizados. Extraerse de la comodidad del periodista bien pagado, recuperar la hombría de bien para clamar en su cara que condena su sangrienta agresión, aunque con ello hipoteque su futuro. Más caro les ha salido a sus hermanos. -La semana pasada el Iraq Family Health Survey (IFHS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaron una estimación de los muertos por violencia en la guerra de Irak desde la invasión en 2003 hasta finales de 2006: entre 104.000 y 220.000, o 151.000 por fijar una cifra intermedia-. Seguro que X no es más que un puñetero periodista, ni sadamista, ni militante chií, ni heterodoxo kurdo, ni sunita enrabietado. Me apuesto la nariz a que es un sencillo ciudadano iraquí, de esos a los que las noticias convierten a menudo en meros números. - The Lancet llegó incluso a finales de 2006 a la cifra de 655.000 por encima de lo que sería una mortalidad normal, es decir, como causa de la muerte. Un 56%, de disparos, lo que significa que al menos en esa época, 500 personas eran ejecutadas cada día-. Puedo suponer sin esfuerzo que se trate de una persona íntegra y sensata, de un ciudadano de paz. Si no fuera así, tal vez en lugar de zapatos habrían volado un par de granadas de mano buscando la soez cabeza de este arrogante magnicida y llevándose de paso al colaboracionista al Maliki, primer ministro del títere gobierno actual de Irak y principal valedor del expolio petrolífico de su tierra. -Otra organización Just Foreign Policy va incluso más lejos, y ayer ya daba la cifra que revisa a diario de 1.168.058 muertos-. ¿Cómo puedes dormir sabiendo que todos esos muertos, entre los que un altísimo porcentaje son civiles y aceptables daños colaterales para el Pentágono, deberían haberse evitado? ¿Cómo permanecer impasible en presencia del fundamental causante de tanto dolor, de tanta ignominia? ¿De qué material están construidos los demás periodistas, que siguieron la rueda de prensa como si nada después del incidente? ¿Les quedan sentimientos? -Sin concretar número, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados en Irak (ACNUR) calculaba a principios de 2007 que cien personas morían a diario de media en Irak a causa de la violencia. Además, según la Organización Mundial de la Salud, siete de cada diez heridos por la violencia muere en los hospitales. Ahora estará detenido, arrestado por su propia policía, siempre y cuando Bush no haya pedido su cabeza envuelta en los calcetines que llevara para garantizarle un vuelo a Guantánamo vía Rota, que éste es como el nuestro, capaz de llevarse alguno por delante aunque tenga ya el pie en el estribo. Worn to kill tatuado en la frente. -Entre los invasores, 4.233 si se suman 174 británicos y 133 de otros paises (incluyendo 11 españoles). Heridos en combate 28.870 y otras bajas que requirieron transporte aereo (enfermedad accidente etc.) 30.537. Más 135 suicidios o auto-heridos y más de 140 periodistas fallecidos-. De modo que la costumbre de arrojarle un zapato a G.W.Bush debería extenderse y propagarse y reproducirse allá donde tuviera la osadía de presentarse en público, porque a ninguno nos faltarían razones. -Hasta el millón de muertos llega incluso un estudio elaborado por el instituto británico Opinion Research Business (ORB) y el Independent Institute for Administration and Civil Society Studies (IIACSS). El estudio, basado en entrevistas, incluye datos desde la invasión hasta septiembre de 2007-.

¿No os parece?

viernes, 12 de diciembre de 2008

economía

No me gusta opinar como esos que con cuatro nociones se creen que lo saben todo así que, antes de seguir escribiendo, ahí va una confesión. De economía no tengo ni idea. Ni somera, ni pajolera, ni puta idea. Lo que leeréis a continuación, y que os escribo desde la perplejidad, no aspira a ser más que un intento seguramente estéril de aplicar la lógica con la que me defiendo en los demás aspectos de la vida a este campo tan sublimemente especializado, tan técnico, que permite a los expertos en él escupir por un colmillo mientras te desconciertan con afirmaciones o previsiones sobre las idas y venidas del selectivo.

Una vez bien clarita esta mi nueva faceta de avisador, que no traidor, os comentaré alguna de las cosas económicas que me traen a mal traer últimamente. Por ejemplo, que el Estado esté apoyando con dinerito fresco a la Banca en dificultades, pero yo no oiga hablar de que ello esté generando un cambio en la disposición crediticia de la susodicha, e incluso lea que los Bancos siguen restringiendo los préstamos a particulares, familias y pequeñas/medianas empresas. Me desconcierta. ¿Es que no se están condicionando estas aportaciones dinerarias de nuestros impuestos a que los Bancos modifiquen ese comportamiento tan estrecho y poco solidario? ¿Se les aporta entonces liquidez a cambio de nada? En otro artículo de prensa, leo también que la Banca cerrará el año con beneficios. Ahí sí que ya no entiendo un caraho. ¿Soy tonto yo (tonto económico, desearía concretar) o esto es un contrasentido? Debe ser algo que todos entienden y a nadie preocupa, porque ninguno opina en este sentido desde la prensa ni lo escucho en la tele, así que mejor me tranquilizaré un poco en vez de echar las patas por alto. ¿O no debería?

Nuestro Gobierno, por otra parte, se reune con los empresarios y se compromete a apoyarles frente a la Banca, lo que está muy bien. Se supone que eso se hace para conservar el tejido empresarial (no confundir con Matesa) en estos tiempos de crisis. En este mundo capitalista, la empresa es la base de la economía y ellas tienen que andar bien para que todos estemos satisfechos. Hasta ahí creo comprenderlo. El Estado ayuda a las empresas y las empresas mantienen los puestos de trabajo. Todos contentos, ¿o no? Porque ya me empiezan a crujir las teorías cuando escucho al presidente de la confederación, en el mismo acto, presionar a Zapatero en su discurso exigiéndole abaratar los despidos. Bueno, él no lo dice de esta manera, pero eso es lo que plantea el tipo con lo flexibilizar el mercado laboral. Nadie pestañea, siquiera, ningún periodista pregunta. ¿Pero no se trataba de lo contrario? ¿No era la cosa que el Estado apoyaba a la empresa privada para que ésta conservara los puestos de trabajo?

Que a mí no me salgan las cuentas no es excepcional. En la microeconomía de mi casa hace tiempo que no salen. Pero tampoco me salen éstas, que son las más gordas. Tampoco entiendo nada, leo con fruición lo publicado y no me entero, nada va por donde uno se esperaba (empleo, consumo, reactivación...) a la hora de "salvar el capitalismo", salvo que uno entienda que se trata exactamente de eso, de conservar el capitalismo, es decir, la explotación de los de siempre y sus beneficios.

¿A ver si va a resultar que era eso?

jueves, 11 de diciembre de 2008

la partida

Ese día no llegó a la hora porque acababan de pegarle un tiro en la cabeza. A todos les extrañaba su tardanza ya que Ignacio era siempre un tipo puntual. Nunca llegaba tarde a la partida porque el tute le entusiasmaba. No lo perdonaba por nada del mundo y allí se plantaba todos los días, en la mesita del bar, al lado de la puerta de cristales, aunque cayeran chuzos de punta. Uría fue un punto fuerte del bar Uranga, en Loiola, hasta el día de su muerte. A lo largo de los años, a base de mucho asistir, algo fallar y poco cantar, acabó por congregar a su alrededor, hasta el arrastre final, cinco o seis amigos con los que compartir la tarde rotando parejas y apostándose las copas o los cafés. Entre otras cosas, esa era su manera de aportar normalidad al hecho incuestionable de vivir bajo amenaza, de aportar arriesgada lucided al delirio supuestamente ecologista de unos etarras que planeaban sobre su empresa y su persona con el señuelo de construir un mundo más justo y racional, respetuoso sobre todo con el medio ambiente, faltaría más, gora la brutal paradoja.

Lo mismo han hecho luego Miguel, Javier Uno, Manuel Uno, Javier Dos y Manuel Dos, los amigos de tantos años, tras velarle en el tanatorio, consolar a la familia, acudir al funeral y a la concentración de condena al asesinato que tan cerca les pasó. Aportar serenidad, reanudar la partida, recuperar la normalidad y buscar seguramente un sexto para cubrir el hueco que ha dejado el ausente y rendirle cálido recuerdo cada vez que cantan las cuarenta... Esa suele ser la manera callada y profunda en la que nuestra gente acostumbra a sufrir. El silencio. La evocación. El recuerdo afectuoso de su amigo Inaxio...

Claro que los populares no son el pueblo, sino otra cosa. La partida les ha bastado para profundizar ese mensaje manipulador basado en la interpretación sesgada de lo que sólo fue un homenaje sincero y sereno. Les ha faltado tiempo a Iturgaiz y compañía, sus tertulianos pagados expertos en socavar y propalar, para hacerse eco de otra distorsión artera de Pedro Jota. La sociedad vasca está enferma, claman. Inhumanos, insensibles, berrean. Ellos, que tanto entienden de gestos. Los que justifican Guantánamo y el genocidio de Irak, ese millón de muertos tan lejano del que fueron cómplices. Los mismos que están prendiendo en nuestra gente la llama de la desconfianza y el pánico al futuro. Los propagandistas del miedo. Los que desarman a la sociedad civil con tal de obtener resultados al servicio de sus intereses. Los que sin vergüenza enfrentan pueblo contra pueblo para servir a su señor y cobrarse luego a buen precio estos flacos servicios.

Su partida no es un arma arrojadiza, tontos de los cojones. Bellacos, miserables, ¡dejadles jugar en paz!

domingo, 7 de diciembre de 2008

de siempre

Ayer hablé por teléfono con Miguel. Llamó a casa cuando estábamos desayunando y nos tiramos sus buenos tres cuartos de hora de cháchara. Teníamos mucho que comentar, ...tanto que contarnos. Y por cierto que lo hicimos, ¡vaya si lo hicimos!, desde la confianza que da conocerse de toda la vida. Ni un silencio ingrato, ningún ángel atravesando la conversación con la parálisis en sus alas, ni un espacio en blanco. Todo de prisa, de corrido, de urgencia, todo chicha. Llevábamos unos treinta años de retraso y nos acabábamos de reencontrar merced a uno de esos muchos espacios sociales de nombre en inglés que abarrotan el cyberespacio y que, por fin demostraron para mí alguna utilidad. Ahí es nada, resumir las novedades de tantos años. De su voz llegaron a este rincón otros en compañía, Oscar, que tiene un apartamento en este mismo edificio y un barco junto al mío, a lado mismo, y sigue a medias en el pueblo, con los caballos, Napo, bueno, mejor no hablamos y noticias peores, Rafa murió, murió en mis brazos, le dio una parada y se nos fue, joder qué palo, y ¿qué sabes de Isabel? ¿Os seguís viendo?, también murió, de un cáncer, coño, tío, Isabelita...

¿Por qué nos dejamos de ver? Las razones para la diáspora de los amigos siguen siendo para mí un misterio, que sólo entiendo cuando compruebo que la vida, tu propia vida, nunca la escribes tu. Las cosas pasan, te pasan, les pasan a tu gente, y las vueltas y revueltas con que se desenvuelve la trayectoria de cada uno poco tienen que ver con los deseos profundos ni con las escalas de valores que mantengas. Son culpa de los hados o del destino para los antiguos, de los dioses para los creyentes o consecuencia coherente con el hecho de ser tan multifacéticos y plurifuncionales para los dialécticos. En nosotros confluyen cada día, ante cada decisión y de forma no siempre ordenada, las tensiones que generan cada una de nuestras particularidades o facetas, el trabajo, la pareja, la familia, la conveniencia, los estudios, el aprendizaje, la casualidad, la suerte, la oportunidad, el deseo, la necesidad, la ideología, el análisis, la síntesis... Qué os voy a contar, que la vida te trae y te lleva a su antojo y que el que se crea que dirige sus propios pasos es un auténtico primavera, más tierno que el día de la madre.

Hemos hecho planes para que esto no nos vuelva a pasar, a modo de inconfeso propósito de enmienda, y también sé que casi nunca se cumplen. Sólo que, esta vez, estoy seguro de que ambos pondremos de nuestra parte para que le den por el culo a la lógica. Pensando en ello, he recordado que debía rodar por ahí una foto que nos hicieron a ambos hace tiempo, y que algo debía importarme cuando ha sobrevivido a mi lado a más de veinte mudanzas. Rebuscando en mi particular modo de archivo, por los cajones, he dado con ella y es la que he escaneado y acompaña estas líneas. La he recuperado con orgullo y mirado y remirado para que no se me escapara detalle. Es curioso. Lo que más me salta a la vista, al verla, es lo profundamente moderno y avanzado para el año 70 que resultaba nuestro aspecto. Vivía Franco y, sin embargo, algunos como Miguel y éste que os habla ya éramos así. ¡Qué cojones!

sábado, 6 de diciembre de 2008

a contracorriente


Ni en dioses, reyes ni tribunos, cantábamos entonces, está el supremo salvador. Me vienen a la mente estas palabras de La Internacional tras contemplar en el telediario las celebraciones del trigésimo aniversario de la Constitución del 78, todos ellos juntos y en unión loando una superley por la que, pese a reconocerle su valor coyuntural, no me siento ni representado ni protegido en mi integridad; tras ver a Santiago Carrillo, de crema y oro, entrar en el Congreso de los Diputados y pensar yo para mis adentros que, en realidad, este hombre pasará a la historia por sus concesiones, gestos supuestamente tácticos que a lo mejor le honran como político pero que posiblemente le descalifiquen como persona; tras anegarme en las sonoras declaraciones de unos y otros cantando y no acabando la buena salud de esta Consti, su voluntad de permanencia y su proyección de futuro, bailando alrededor de la hoguera de su inmutabilidad para aparentar que ninguno sabemos que se habla de la monarquía cuando se defiende que es intocable; tras repicar en mi cabeza como un mantra su Artículo 14, con el que comienza el Capítulo II, acerca de los derechos y libertades: Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. ¿Los españoles? ¿Todos los españoles?

Creo que yo apoyaría esta Constitución del 78, a falta de poder cambiarla radicalmente, si al menos se me reconociera una nueva redacción de este artículo que me trae a mal traer porque en su actual texto percibo una gigantesca tomadura de pelo, un contrasentido que me persigue y me insulta, un sarcasmo que me impide a menudo proseguir la lectura de tan magna misiva, llámese carta. Si se me admitiera esta propuesta de redacción, el dichoso catorce quedaría así: Los españoles, menos el Rey y su familia, son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer otra discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Eso, o suprimir directamente los diez artículos (56-65) que empiezan con aquello de : La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.

No necesito dioses, puedo prescindir con total naturalidad de los reyes y a los tribunos les soporto con distanciamiento y sentido crítico desde la certeza de que no dispongo del nivel de información real suficiente para hacer otra cosa. El paraguas del paternalismo lo cedo gustosamente a quienes teman salpicarse de las cosas terrenales de los hombres y las mujeres, para los que necesiten la figura paterna por reconocerse inermes sin su protección, para los que piensan en el otro lado con temor sin comprender que el aquí y el más allá son las dos caras inseparables de la moneda de la vida. Para ellos su dios y su rey.

Mientras tanto yo, los días 6 de diciembre, sólo celebro desde hace diecinueve años el cumple de mi hijo el pequeño y dedico buenamente la jornada a mis cosas. Antes, ni eso.

Nota: las claves de esta ilustración un tanto..., desconcertante, podréis encontrarlas leyendo entre las líneas de este enlace automático.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

del pensamiento grosero

A lo mejor es que estoy últimamente muy tiquismiquis, o lo mismo es que se me está exacerbando la sensibilidad con el paso de los años, pero lo cierto es que últimamente me ofendo cada dos por tres viendo la tele. No sólo por los criterios con que los informativos suelen ordenar su diaria ración de desgracias, horrores y demás intransigencias, que también, ni siquiera por las docenas de programas que te asaltan desde cualquier cadena construidos sobre la teoría del ventilador que salpica la porquería micronizada, presentados y desarrollados por seres con menos moral que las almejas, ni tampoco por lo que dicen, hacen o esputan esas docenas de supuestos profesionales del periodismo a los que en épocas no tan lejanas hubiéramos expulsado de cualquier Redacción que se respetase, huelebraguetas ya entonces -con mucho- lo peor de cada casa, ganándose la vida con el escándalo y el vilipendio, mofándose de la desgracia ajena y vomitando cobardes sentencias de vulgares cotorras que inventan lo que ignoran y atropellan personas, verdades o vidas a cambio de llenar la bolsa y la andorga, sino por la creciente sensación de que en general estamos perdiendo el Norte.

Que los marujones y marujonas ejerzan, parece ya casi normal. Están para eso. Pero lo malo es que ese subnivel imperante, además de contagioso hacia la ciudadanía (que premia su vulgaridad con audiencias millonarias) se extiende sin parar a otros sectores de la comunicación televisiva y eso empieza a resultar indicativo de un peligroso deslizamiento general hacia el pensamiento grosero. Humoristas como Quequé o Carbonell, con quienes habitualmente compartía criterios y puntos de vista, comienzan a exhibir sesgos en esa dirección demostrando que comienzan a profesar la religión de los valetodo, aquellos que confunden la libertad de expresión con sus posibilidades de manipulación de la realidad en beneficio propio, o los que exaltan los innegables valores de la sinceridad cuando ésta se utiliza como la patente de corso que les permite piratear a cualquier precio. Los mencionados, cada vez más a menudo, equivocan también los papeles y donde deberían hacer humor alcanzan altas cotas de grosería. Sobre todo en el tema de los parados, que a mi entender es de poca risa, y más en estos tiempos que corren en que cada día 6.000 familias reciben la dolorosa noticia de ser laboralmente prescindibles y socialmente secundarias.

Pongo un ejemplo para explicarme. Ayer, en "estas no son las noticias", de la cuatro, Ana Morgade se permitió ofrecer alternativas de trabajos diferentes para los parados, entre las que se encontraba hurgar con la mano hasta el brazo en el ano de un elefante (imágenes incluidas) para ayudarle a defecar. Sólo espero ver bailar la misma sonrisa en su cara si un día se encuentran ella y su responsable en la maldita situación y Ángel Cristo les contratara para este trabajo tan gracioso. Con Carbonell o el Wyoming me pasa algo tan similar que he dejado de verles. No me interesa nada su manera inconsciente de hacer una y mil gracias sobre la crisis y el paro. Tal vez si les dejaran de pagar un par de meses...

Aunque, hablando de pensamiento grosero, la perla de verdad es de nuevo la última de Tráfico, tildando de maltratador al padre que no le pone el cinturón de seguridad al hijo. Alguien debería entender que no, que no vale todo, que no es ni ético ni justo lanzar una acusación tan grave ni siquiera con la excusa de conseguir unos objetivos incuestionables y que, ahora y antes, quien piensa y mantiene que el fin justifica los medios no es otra cosa que un miserable.