viernes, 22 de agosto de 2008

el yayazo

Nos puede pasar a cualquiera, al menos de entre aquellos a los que les vive aún la madre. Un buen día, va la buena mujer y desembarca en tu casa atendiendo una invitación que siempre hiciste y nunca hubo de cumplimentarse. Llega a bordo de un catamarán de rápido vuelo. La ves bajar un tanto pálida, desencajada, con ese cansino caminar bamboleante con el que pone de los nervios a la escolta al taponar la pasarela durante todo el trayecto hasta que pone pie a tierra y se detiene para abrazarnos. El resto de los viajeros y la tripulación tascan el freno mientras ella teje su diminuta marcha pasito a paso hasta que me acerca, sin quitarse de en medio, su sonrisa inocente de la crispación que provoca y sus ojillos habitualmente apagados, en el fondo de los cuales creo adivinar una luminaria de orgullo ante la heroicidad que acaba de acometer. No es nada viajar en barco a los ochenta y bastantes.

Entra en tu casa y se apropia como sin querer de los ritmos y las costumbres, pian-pianito, en cuanto miras para otro lado. Ahora mismo, sin ir más lejos, una seudoperiodista de las del corazón se desgañita en el salón especulando sobre la posible boda de la Duquesa de Alba -una niña a su lado, piensa la yaya-, mientras esto escribo. Siempre había pensado que entre estas cuatro paredes no entraría jamás el Dónde estás, corazón? conducido por uno de los tipos más abyectos de los muchos que pueblan y rebosan las televisiones generalistas, pero hete aquí que andaba más errado que herrado, lo que ya es decir, y no es más que un pálido ejemplo que añadir a las alteraciones de horarios, comidas, medicaciones, postres...

Acabo de recibir un yayazo en mitad del bebe, y no alzo la voz en queja alguna, sino que constato ante vosotros la revolución que cabe en tan diminuto espacio físico, léase cuerpo, y lo hago con cierto asombro no exento de recóndita admiración por tal despliegue de fortaleza, pese a que he de reconocer que recibe y encaja con buen talante los límites y controles que le presentamos con educación, como cuando le digo que no pase más allá del espejo del pasillo a no ser que me quiera encontrar en pelotas con la p... al aire, única manera que hemos encontrado de preservar un mínimo de intimidad frente a su presencia arrasadora.

Y por muchos años.
(Obsérvese en la fotografía lo rubio y guapo que fue quien esto escribe cuando la ahora yaya me llevaba en cochecito, cuando su escolta de ahora era mi escolta entonces y Zaragoza una belleza de ciudad íntima y amablemente provinciana en el mejor sentido de la palabra. Que ahora la lleve yo en otra especie de cochecito no me parece ni más ni menos que lo justo).

jueves, 21 de agosto de 2008

A Camiro, el noruego, le acaban de quitar la medalla de bronce por doparse, lo que parece ser una fea costumbre. No está confirmado a ciencia cierta, pero cuentan que la cosa aconteció en el curso de una noche loca china en la que el nórdico se hizo un botellón con un alemán al que llamaban Coester y dicen también que andaban en el ajo un irlandés y un brasileño, que trajeron cada uno un par de jacas del catorce y un pozal de caipirinha con denominación de origen. La hierba la ponían los anfitriones, y había para dar y tomar, incluso para tumbarse sobre ella y retozar sin medida ni consuelo, cosa que al parecer hicieron los presentes al margen de todo recato. Según testigos presenciales de lo que devino en orgía digna del Youtube, Coester se mandó unas rondas de capsaicina que hacían temblar el misterio, lo que no fue óbice para que otros abusaran, sin embargo, de triple ración de sedativos diversos, con lo malo que es mezclar. No consta en los anales, hasta el momento, ni en las fichas de los investigadores, que hubiera otros participantes en el aquelarre, aunque sea opción no descartable, ni que acabaran personándose en él otros esteroides y anabolizantes amigos, ya que hasta el EPO estaba invitado.

Tampoco hay pruebas de que hicieran acto de presencia al dantesco ceremonial equino la raqueta de Nadal, el palo mayor del barco croata de los daneses, la libreta de puntuación de las gimnastas chinas ni el silbato del árbitro egipcio de waterpolo, a los que al parecer se esperaba. Lo que es seguro es que todos los jueces y miembros del COI son vírgenes, no toman ni café y se la pillan con papel de fumar para no pringarse.

A ver si acaban las olimpiadas, que no dormir me va fatal.

domingo, 17 de agosto de 2008

el octavo encuentro

Sensible ante lo mucho que os ha gustado la anterior entrada, a las pruebas me remito, insisto pernicioso con el que bien podría ser mi octavo encuentro en estos lares al parecer tan proclives a ellos. Se trata esta vez de un grupo español cuya existencia ignoraba, pero que descubrí anoche por casualidad o por mi persistente curiosidad por lo que me rodea, que no es mérito sino consecuencia, creo, de pasar por la vida sin pasar de ella. El caso es que para allí que nos fuimos mi chica y yo con entradas obsequio del Ayuntamiento, aunque les tuviera que dejar anotado el número de mi DNI a cambio, práctica que me pareció tan sorprendente como innecesaria y que me irritó por obligatoria. Dejación hecha de mis derechos, atropello consentido, y tras dejarme también cachear el bolso a la puerta (dicho todo esto para que situéis mi estado de ánimo ante el hecho artístico que iba a presenciar, de todo menos proclive...) ante el escenario nos plantamos, ante el mismo esperamos pacientemente dos horas de nada y teloneros, hasta que entraron en escena, precedidos de una enorme legión de pipas trasegando atentos a la afinación y pendientes de los menores detalles, cosa que a mis ojos expertos delataba una producción esmerada y bien trabajada, precisa y meticulosa, fruto de un grupo con mucho rodaje en conciertos y previsión de un concierto muy rodado. Así fue, desde luego.

A su hora ocuparon el escenario los músicos de CANTECA DE MACAO, grupo de quien no había oído ni el nombre hasta ayer. Empezó el concierto y comenzamos a disfrutar paladeando casi dos horas de buena música, gran sonido y espectáculo visual aportado por una iluminación medida y bien calibrada y un malabarista espectacular que trabajaba con elegancia al ritmo de sus compañeros. Una cantante espléndida, unos coros poderosos, una percusión clara y potente, una flauta mágica y una base con guitarra doblada española y eléctrica conviviendo con bajo y batería concitaron nuestro entusiasmo por lo sólido y preciso del sonido resultante. Aquello sonaba profesional y de puta madre. Sin hablar de los temas, hibridaje de ska, reggae, rumba y flamenco pero todo ofertado con un sabor básico, popular y muy precisamente dosificado.

Disfrutamos más que una virgen en un campo de nabos, que decían en mi tierra, y fuimos felices como lombrices gracias a uno de esos directos que te embolsan y te mecen y te traen y te llevan y te arrullan con tanto conocimiento del lenguaje escénico, ojalá intuitivo, como sensibilidad de artistas que no se divorcian ni un milímetro de la gente para y por la que trabajan. Profundamente cómplices, en el mejor sentido populares, fueron los Cantecas un rayo de sol, oh, oh, oh, en mitad de la noche con eclipse (efectos especiales, Dios) que vinieron a devolverme la fe en las cosas bien hechas y la pasión por la buena música.

Curioseando, he sabido luego que su contrato con discográfica de importancia impone una cláusula por la que pueden ofrecer gratuitamente su música desde su página web, donde también se pueden obtener las letras. Como la de Bellas, una hermosa y reivindicadora canción por la liberación de la mujer que hizo exclamar a Ana Saboya, la voz del grupo, algo así como. "No soy la mujer de tu vida. Soy la mujer de la mía", que resonó como un trallazo.

Brutal. Os dejo un vídeo aunque, a mi entender, no hace justicia a su espectacular directo.

viernes, 15 de agosto de 2008

encuentros

Hasta en el más recóndito escondite te puedes encontrar a un conocido, o a alguien a quien desearas conocer, pero yo ayer me encontré a siete, y eso debe ser un récord.

- Ayer me encontré a Chicho, un espléndido barman especializado en coctelería que eligió no moverse de este rincón que habito a pesar de ser reconocido como uno de los mejores, ganador de innumerables premios de oficio y de haber sido tentado por los grandes de la hostelería con fichajes millonarios. Aquí lleva 33 años alardeando de su memoria prodigiosa y su buena mano para los sabores profundos y la medida exacta. Seguiremos frecuentándolo.

- Ayer me encontré a dos hermanos con un perro. Era un chow-chow y pensé en lo mal que lo deben estar pasando sus hermanos, los del perro, en estas olimpiadas por lo apreciada que resulta su carne por aquellas latitudes. Acabaron sentados a nuestra mesa, todos menos el perro, y comentando juntos algunas coincidencias biográficas, que es algo muy socorrido pero interesante en este caso. Eran gente amable, sus nombres empezaban por A y se mostraron malquedas porque quedamos en vernos luego y nada. Pero es una relación a recuperar.

- Ayer me encontré a Luis García Montero, a quien no tenía la suerte. Compré su último libro (Inquietudes bárbaras), escuché sus palabras con atención y luego le agradecí en persona que le haya puesto nombre a lo mío. Donde yo me creía tan sólo transparente, él ha sabido ver un bárbaro de pro, lo que me anima un montón. Es mucho más activo y atractivo ser bárbaro que ser transparente, dónde va a parar. Me pareció un hombre interesante, con el que me gustaría charlar sin prisas. No sé por qué, su cara me recordaba continuamente a Lorca. Deseo conocerle más.

- Ayer me encontré a Joaquín Sabina, pero no sé si era él. Le miré a los ojos y pensé que había salido. Me hizo ilusión el reencuentro, la verdad, pero mayor fue mi desengaño al no apreciar en él ningún signo externo de vida. La voz le ha mutado desde el aguardiente a la flauta y me despidió con un encantado que me llegó al alma. Le dejé mi móvil por vía indirecta, aunque no creo que me llame. Si no lo hace, habrá que pasar esta página.

- Ayer me encontré a Marisol. Es mi tutora y se encarga de vigilar mi reinserción en el mundo laboral, que ya le he dicho en repetidas ocasiones que poco trabajo le voy a dar, pero ella erre que erre. Parece buena gente de la que abundaba antes y casi no queda, y no esperaba encontrármela entre tanto rojerío, por lo que me dio alegría que me descubriera (yo no la había visto) entre tanta gente. Seguiré viéndola porque es mi obligación periódica, pero además con renovados afectos.

- Ayer me encontré a Almudena Grandes, que hace honor a su apellido, y la encontré, repito adrede, envarada y hostil como una virgen sorprendida tocándose, aunque no aprecié que le temblaran las piernas. No me lo puso fácil y consiguió que me sintiera como un asaltante de su intimidad o un cazafamosos, pese a darle suficientes datos de amigos comunes, como Azucena la rubia. No hubo caso, de modo que me puse nervioso y se me cayó al suelo el cigarro que estaba fumando. Ese me lo debe.

- Ayer me encontré, de sopetón y cara a cara, con lo que va quedando de la revolución por aquí, gente de cara amable, que no habla fuerte, y de sorprendente firmeza. Andaba también por medio, como si fuera uno de ellos, el alcalde de Conil, a quien me quedé con las ganas de preguntarle acerca de las razones progresistas que se esconden tras el destrozo de parte de los acantilados y calitas del cabo Roche, incluido hotel fagocitador y colmena de adobados. Otra vez será, pero lo haré sin duda en cuanto pueda.

- Ayer me encontré, de nuevo, con la sonrisa de mi costado cuando dieron las doce en punto de la noche y evocamos juntos los 17 años que han pasado desde el día en que salimos por primera vez, que fue a cenar y más. Hoy han traído a casa, a la hora convenida, un ramo con diecisiete flores de colores diversos, que de todo ha habido, aunque cálido en conjunto y apasionado como sigue siendo. Creo que le ha gustado, pero ya os lo diré después, cuando deje de ver a Nadal por la tele y vuelva a mirarme a mí.

A que este sitio es guay...

martes, 12 de agosto de 2008

ciclistas yonquis

El espectáculo de directivos, patrocinadores y periodistas rasgándose las vestiduras ante el reciente caso de doping de la ciclista Maribel Moreno, una más de la larga lista de casos EPO, me produce más ganas de vomitar que los propios hechos. Mantengo la teoría de que la incultura y el desconocimiento no debieran nunca sentar cátedra y, puestos a sostener, sostengo que cuando lo hacen es más peligroso para la mayoría, para las gentes de a pie, que cuando un deportista profesional deriva por la senda de lo prohibido. Por eso, escuchar los comentarios de las docenas de periodistas simplones e incultos destacados en Pekin me abre las carnes en canal, lo mismo que cuando oigo a los Matías confundir a la opinión pública a sabiendas al equiparar ebriedad con superar la tasa de alcoholemia. (Conductor borracho atropella a una anciana, -Prats dixit).

Quien profundice un poco en el deporte profesional sabe a ciencia cierta que todos los deportistas de élite se dopan. Los dietistas, los médicos y los investigadores farmacológicos trabajan sin descanso para encontrar productos capaces de aminorar unos excesos "deportivos" que en una persona normal, de la calle, serían imposibles e insoportables. De morirse, vamos. Estos especialistas encuentran siempre más de lo que buscan, y sus hallazgos se traducen en glucosas extradigeribles, geles proteínicos, estimuladores de masa muscular, antioxidantes, fitonutrientes, concentrados salinos, vasodilatadores y un larguísimo etcétera de los que se atiborran todos y cada uno de los deportistas, sean de la disciplina que sean.

Si llamáramos doping a ingerir productos no producidos por la naturaleza en las cantidades y proporciones que ellos los consumen, es decir, a tomar de un trago la glucosa que endulzaría los cafés de una orquesta sinfónica, que eso es lo que es, tengo la certeza de que habría que suspender toda competición profesional. Cada día, los encargados de la cosa descubren nuevos elementos que añadir a esa larga lista de productos capacitadores, por llamar así a los que contribuyen a hacer posible el antinatural y continuado esfuerzo al que son sometidos los cuerpos de estos modernos gladiadores, a mayor gloria, eso sí, de esos clubes, patrocinadores, prensa, radio y televisión tan hipócritamente afectados y a mayor ostentación, si me apuran, de los miles de chupópteros que viven del cuento en las mal llamadas estructuras deportivas, incluidas las oficiales. Que, por cierto, viven bien.

Lo que, sin embargo, llaman ellos doping es el consumo de algún producto cuya detección en sangre u orina esté concretamente prohibido. Se trata, pues, de una línea artificial de prohibido el paso que trazan los mismos,en definitiva, que permiten lo antes descrito y que se renueva o actualiza según evoluciona el mercado. Salvando las hipótesis de riesgo individual (que digo yo que tanto azúcar tampoco será bueno), el asunto es nada más que una mera frontera administrativa.

¿Creéis que los que tanto se escandalizan ignoran lo que acabo de escribir? No hay nada más perro que un cómplice convertido en acusica.

sábado, 9 de agosto de 2008

con patera

Para los desmemoriados que hacen buena la hermosa sentencia de Mario Benedetti cuando decía "...el olvido está lleno de memorias", para tantos flojos de caletre y escasos de rabos de pasa, escribo esta entrada que pretende abrir en lo posible las entendederas de aquellos españoles, incluso bastantes con ideales progresistas bajo el sombrero, que miran con antipatía o temor la pertinaz llegada a España de pateras en los que viajan los desheredados de su tierra movidos por el afán de serlo de la nuestra.

Todos sabemos que ésta fue en el pasado tierra de emigrantes. Ahora mismo, una de las primeras consecuencias graves de la crisis económica que atravesamos, todos menos algunos, ha sido que de nuevo los españoles tienen que marcharse a Francia a la vendimia, a la recogida del algodón o de la fresa y por millares lo están haciendo ahora mismo, en estos momentos olímpicos, la bolsa al hombro y algo de embutido para ahorrarse las comidas y traer un pico a casa, que falta hace, en lentos trenes de vagones interminables como el mismo viaje o a bordo de autobuses que son como cayucos donde se arraciman hasta olerse las vergüenzas los que están en la lista del sálvese quien pueda.

Cuendo veáis fotos de las pateras que, supuestamente, nos invaden... Cuando miréis los rostros impávidos de esos africanos hermanos del sufrimiento al ser detenidos tras semanas de hambre, mar y pánico, para los que la tierra prometida no es ya más que tierra firme, os pido que repaséis con atención la fotografía que ilustra estas líneas y moderéis vuestro escándalo de pusilánimes, aunque sólo sea porque ver a conciudadanos esqueléticos y asilvestrados tras cruzar el charco en patera y comprobar cómo les trataba la prensa del país de destino, en 1949, consiga que se nos caiga la cara de vergüenza ante la brutal injusticia que se esconde tras la mala memoria.

Si ninguno de los visitantes de esta página se siente aludido, mejor para todos, pero tenía que largarlo...

jueves, 7 de agosto de 2008

sin patera

Eran cuarenta, pero eran negros. Poco ha importado que viajaran por tierra, mar y aire como cualquier visitante de los cuarentaytantos millones que se pasan por aquí cada año. Menos aún, que fueran artistas, de circo pero artistas. Les ha dado igual. Consulados y embajadas les han ido denegando los visados de entrada a una buena parte del elenco y las cinco representaciones del Mother Africa Circus previstas en el patio del Conde Duque de Madrid, dentro de la programación de Los Veranos de la Villa, han tenido que ser suspendidas por falta de materia prima. Así son las cosas en la España de las libertades, por más vueltas que le demos. Siempre hay un papista, o una legión de papistas, que le presuponen al negro el engaño, que les creen capaces de cualquier falacia por adentrarse en nuestro paraíso cotidiano para ser felices en la cola del paro. Hasta de inventarse un circo, hay que joderse, mira que son listos. Aunque, ¿y qué, si fueran artistas? Seguro que, puestos a elegir, acaban por quedarse en la construcción haciendo creso al pocero o recogiendo el tomate o la uva por dos duros de ilegales.

¿Qué razones puede esgrimir un consulado de España, o una embajada, para denegar el visado de entrada a un artista de circo que viene a cumplir un contrato? Porque no se trata de un error en un país concreto puesto que los artistas provienen de Tanzania, Kenia,Uganda, Etiopía, Zimbabwe, Sudáfrica, Costa de Marfil, Yibuti, Ghana y hasta de Alemania. Eran músicos, acróbatas, contorsionistas y magos, vale, gentes de mal vivir, por supuesto, y su espectáculo, ese que no podremos ver merced al celo protector de nuestros funcionarios, que son los últimos en la cadena de mando de nuestra diplomacia, tenía la osadía de llamarse El Circo del Color. Del color negro, por supuesto, que es la ausencia de todos los colores.

A mí me quema una pregunta en la garganta: ¿qué género de condiciones "desconocidas" barajan las embajadas y consulados españoles en África para la extensión de visados de entrada? ¿Existe alguna norma de selección para concederlos que no haya sido hecha pública?

Alguien me debe una respuesta. O dos.

lunes, 4 de agosto de 2008

Berlusconi esconde la verdad

No acusa este post a Il Cavalieri, qué mal empleado el término cuando se aplica a tal personaje, de mentir descaradamente, que lo suele hacer con frecuencia, ni de sacar al ejército italiano a la calle para controlar a los inmigrantes, que también, sino de tapar la verdad, o más concretamente esconder las tetas de la verdad, que así se llama un cuadro de Tiépolo (La verità svelata dal Tempo) que sus responsables de imagen -con la anuencia personal de don Silvio, que allí no se mueve ni una hoja sin su permiso, han decidido destrozar pintando sobre la reproducción encargada por el mismo prócer un somero velo que cubra sus senos porque, al parecer, estaban demasiado presentes en los encuadres televisivos que retransmitían las ruedas de prensa oficiales del Presidente.

Berlusconi demuestra así que siente por la verdad el mismo respeto que por el arte del Settecento, es decir ninguno. O, como dice un blog de su tierra, "che Berlusconi avesse uno rapporto molto sofferto con la Verità lo si sapeva da un pezzo, ma che arrivasse a tanto…". La visión televisada de unos pechos femeninos interpretados artísticamente por un grande del XVIII podrían herir la sensibilidad de algún espectador, según la opinión del secretario de la presidencia, Paolo Bonaiuti, y no se pueden comparar con las tetas de las mamácicio que acostumbran a bailar en directo en las televisiones propiedad del Consiglieri.

Sin duda, una nueva e increíble versión de la doble moral de que hace gala esta desgracia que los italianos se han ganado a pulso por mayoría. En la ilustración, lo que es la verdad antes y después de pasar por Berlusconi.

domingo, 3 de agosto de 2008

mercadotecnia negra

No puede ser real. Por más que lo releo, no puedo apartar de mi cabeza la idea de que la desaparición del comensal fantasma, ese que dejó (vuelvo enseguida) la mesa de El Bulli para ir por tarjetas de visita y que no volvió nunca jamás, no es más que un hito de marketing provocador en el lanzamiento comercial de una película, de un best-seller o de una colonia de berros al aroma de la papaya morada de las Seychelles. Si no es ficción, el asunto posee todos los componentes del arranque de una novela negra. Hasta la página de su críptica bitácora que muestra El País y que ilustra estas líneas parece extraída de Chadler o de las más oscuras ensoñaciones literarias de Ross McDonald.

Cuanto más se sabe del supuesto "coleccionista de sabores", más me afirmo en la misma idea. Pascal Henry, un gourmet maratoniano haciéndose la ruta de las triples estrellas Michelín como otros se hacen las de los ochomiles o machacan Memphis (Tennessee) en busca del Elvis perdido. Un hombre que por el mero hecho de cenar donde Bocusse obtiene del gran maestro recomendaciones vía fax que le abren las puertas necesarias para la programación de una demencial gira de verano en la que los bolos son degustaciones en los más sagrados templos del paladeo, un imaginario mensajero que ha ahorrado durante años, duro a duro, los más de 17.000 euros por los que al parecer le estaba saliendo el capricho a una media de doscientos por unidad, vino incluido siempre que no pidiera un Chateau Lafite Rothschild del 70 o la cabeza del sommelier en la bandeja de plata de San Juan Bautista.

Quiero imaginar que su desaparición se pueda deber tan sólo a un repentino asalto de su conciencia profesional ante la solicitud de entrega inmediata de cualquier paquete urgente en los alrededores o por la Cochinchina, lo que justificaría mejor su sorprendente mutis. Como al parecer se presentaba en los restaurantes a lomos de una scooter potente y muy adecuada a su trabajo, no es raro suponer que también mantuviera comunicación directa con su central de envíos por lo que bien le pudo alcanzar, en plena tortilla deconstruída, un súbito e irresistible requerimiento de su conciencia paquetera. El deber es el deber, ya se sabe, así que fuese y no hubo nada.

O puede que el caso vaya de marketing, como supongo, similar al correo que recibí de Planeta una semana antes de conocerse el lanzamiento de la novela de Pedro de Paz y que contenía unos supuestos recortes de prensa acerca de los misteriosos papeles de un tal Saldaña, actualmente en paradero desconocido, y que ya entonces despertaron mi curiosidad y me escamaron no poco. Quien tenga curiosidad, puede leerlos aquí, pero no puedo dejar de admirarme ante lo que me parece una especie de curiosa coincidencia. ¿Será un nuevo hito en las estrategias de lanzamiento de un producto, implicando esta vez a toda la prensa bienpensante? Me descubro cien veces ante esta mera hipótesis.

Seguiremos deformando.

sábado, 2 de agosto de 2008

voces del más allá

Tan tranquilo andaba yo el otro día preparando una de choco con patatas, que me sale de cine, cuando sonó el teléfono. Al otro lado estaba mi viejo amigo Jero. Llamaba para comentarme que en esos precisos instantes en Radio3 hablaban de Las Madres y estaban poniendo nuestras canciones. No conseguí localizar a tiempo el dial, pero como soy de Zaragoza busqué en Internet esta hermana pobre de RNE y me hice con la dirección electrónica del viejo DISCÓPOLIS y allá que envié una carta pidiendo al responsable del asunto los archivos sonoros del programa.

Discópolis, ¡cuántos recuerdos! Ahora que parece que Damocles ha colocado su espada punta abajo en la vertical de este espacio de música personal y transferible que lleva de la mano desde tiempo inmemorial ese trasunto del disfraz de Karadžić llamado José Miguel López (cuentan por desgracia que traída la amenaza a lomos de mi amigo Diego A. Manrique, uno de los nuevos responsables de programas de la cadena), ahora, decía, va y se le ocurre realizar dos programas con gentes de mal vivir como La Romántica Banda Local, Las Madres del Cordero y los Desde Santurce a Bilbao Blues Band, sin venir me parece a qué o a cuento, aunque vaya usted a saber.

José Miguel López*, haciendo gala de su proverbial naturalidad de riojano de pro, me respondió de inmediato y se tomó la molestia, que agradezco, de colgar los archivos de los dos programas citados a mayor gloria de mi ego y de vuestra información. Siempre sorprende que la gente que está al otro lado parezca humana, y eso que en este caso una trayectoria de veintiún años ininterrumpidos de programa deberían ser aval suficiente para no asombrarse demasiado. Así que, aprovechando el silente paso del Pisuerga por Valladolid, aquí os dejo las direcciones de los dos archivos sonoros mencionados, de una hora de duración cada uno, para que los disfrutéis en el hipotético caso de que deseéis hacerlo solos o en compañía de otros. Yo, confieso, me lo pasé pipa con ellos, pese a alguna inexactitud detectada, y no debí ser el único si atendemos al comentario que me remitió el director/locutor/ideólogo: chico, yo esperaba muchas menos reacciones. Pero eso, habida cuenta de las dimensiones de mi ego arriba mencionadas, no debería extrañaros. Helos aquí: https://rcpt.yousendit.com/593522441/01d231ff5b6f7 122429a547f4e3ce138 y el otro https://rcpt.yousendit.com/593507299/bbb4da15827df c86b99a891a247ab480

*José Miguel López (Haro, Rioja - 1953) es periodista , licenciado en la Facultad de Ciencias de la Información. Redactor de Radio Nacional de España desde 1977. Director del programa "Discópolis" (Radio 3) desde 1987. Premio europeo de radio, "Deutsche Welle" 2002. Autor de "Robert Fripp - King Crimson: Música de alto riesgo" (1995). Coordinador del libro "La radio musical en España"(IORTV 2001). Delegado en la Unión Europea de Radio. Productor de los discos "Couleurs de Madrid" (Radio France International, 2000), "Discópolis" (Boa 2002) y de la parte literaria de "Las Músicas de los Balcanes" (FNAC 2001). Colaborador de diversas enciclopedias temáticas musicales. Miembro del panel de críticos europeos "World Music Charts Europe". Y seguro que me dejo la mitad. En la foto, José Miguel recogiendo uno de sus más preciados premios concedido por el Colegio Mayor San Juan Evangelista.