viernes, 27 de febrero de 2009

la voz de su amo

No sé por qué, pero al comenzar esta entrada me vienen a la cabeza aquellos rotundos versos de Miguel Hernández, "Tristes guerras si no es amor la empresa, tristes, tristes". Eso, fundamental y eminentemente tristes me parecen siempre los que, porque algo importante deben, salen obligados a la palestra pública a pagar su deuda defendiendo a sus patrocinadores, dando por ellos la cara, haciendo las veces de voceros de su señor cuando tan a menudo su palabra resulta inoportuna y casi siempre sospechosa de puro anacrónica. Sabedores de su paripé, inseguros, corridos como una mona, sus caras de circunstancias demuestran que sienten en su fuero interno con claridad la vergüenza de que cualquiera podrá ver en sus palabras, en sus gestos, en su falta de convicción, la oculta voz de su amo.

El hoy vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Fernando de Rosa, salió la semana pasada a la palestra pública, sin venir a cuento, contraviniendo públicamente la imparcialidad y defensa de la magistratura a la que le obliga su cargo, para lanzar una carga de profundidad contra el juez Garzón y proferir una impúdica defensa de la honorabilidad de quien le nombró Consejero en la Generalitat valenciana, Francisco Camps, y del partido que le promovió a su actual cargo. Sin disimulo, a las claras, tras una culposa coincidencia con su fiador en palacio primero negada y luego admitida, este estómago agradecido tiró de pantalones y enseñó a las cámaras su culo gordo y sus miserias morales. Triste su papelón, triste su insensata obediencia, triste, triste...

El actual tesorero del PP, Luis Bárcenas, denuncia al mismo juez (al que tanto jalearon desde su partido cuando empaquetó a Vera y Barrionuevo, entre otras cosas) por haberle implicado implícitamente, que ya hay que hilar fino, y lo hacen en su nombre los mismos abogados de su formación que han elaborado las denuncias por supuesta prevaricación. Tras la cacería de Bermejo, tan soberbio como políticamente inconsciente, aunque me gustara su radicalismo, se permite hablar, además, de propaganda goebbeliana en su contra desde un entorno que está utilizando la reiteración intencionada de una mentira para intentar convertirla en verdad indiscutible. Con el tesorero se juega el PP su ser o no ser, ahí es nada, y todas sus baterías disparan contra el juez a la voz de su amo. Tristes prácticas, aún por la supervivencia, tristes...

Un grupo de veinte o treinta ciudadanos, provistos de pancartas y cartelones elaborados a toda prisa en esas imprentas partidarias que sirven para todo, se reunen y manifiestan en Lazcao para llamar fascista al hombre al que han expulsado del pueblo por destrozar con una maza una herriko-taberna a plena luz del día y a cara descubierta. No se manifestaron cuando una bomba de Eta destrozó el día anterior una casa del pueblo y otras residencias de vecinos suyos con los que compran el pan cada mañana. La imprenta no trabajó a destajo ese día. Eran daños colaterales. Le gritan fascista los mismos que justifican y celebran los asesinatos a sangre fría. Piden que sobre él recaiga el peso de la justicia los mismos que aprueban la muerte de jueces, magistrados, periodistas y catedráticos de Derecho. Le expulsan de su tierra los mismos que nombran hijo adoptivo a cualquiera con un amplio y sangriento historial a sus espaldas. En esa dinámica, no me extrañaría que los que se toman la justicia por su mano denunciaran a este ciudadano ante la ley española. Hacen el ridículo por obedecer la voz siniestra de su amo. Triste y vergonzoso anacronismo, triste, triste...

miércoles, 25 de febrero de 2009

pan y circo

El circo de los medios hiere mi sensibilidad doblemente, como humano y como periodista. En casos como el de la desaparición y muerte de Marta del Castillo, los grados de miseria moral de bastantes periodistas (y directores de informativos y de programas y de cadenas enteras), su calculado proceso de exacerbación del legítimo dolor ajeno, su grado de explotación sin medida de cualquier morbosa circunstancia del hecho en beneficio del propio share, condujeron al paroxismo a la gente y estuve a punto de escribir entonces que estaban provocando el linchamiento real de alguien, aunque desistí cuando se produjeron conatos de ello a las puertas de un juzgado. La miseria de los comentarios que escuché aleatoriamente por la tele, conseguidas retribuyendo confesiones de matiz sexual a menores, la misma que se aprecia todos los días en el descarado e inmoral tratamiento de los "personajes públicos" de la prensa rosa, la falta absoluta de rigor y de ética de esta bazofia resultan un espectáculo que sólo puede ser del agrado de lo peor de cada casa pero que va infiltrando entre la audiencia un vale todo igualito al viejo pan y circo, pero sin pan. De ahí a legitimar la pena de muerte hay un solo paso, que los oportunistas políticos acabarán por esgrimir cuando se haya calentado lo suficiente la cosa. Por no hablar del regreso a las ejecuciones públicas que fueron tan festejadas en su momento. No creo que lleguemos a dar este salto atrás, pero no me negaréis que ya se están presenciando y jaleando ejecuciones públicas ahora mismo a través de los mismos medios que obtienen su riqueza mediante la deformación de su audiencia.

En mi opinión, carece de cualquier sentido que padre y tío de una persona desaparecida y probablemente asesinada se conviertan en los autoproclamados representantes de un pueblo del que afirman saber a ciencia cierta lo que piensa y defiende. Ningún comprensible dolor me hará aceptar que ellos se conviertan por su exclusiva voluntad en mis representantes, ni admito que sean recibidos por el presidente de mi gobierno para exigirle medidas de justicia. ¿Qué país es éste? ¿Qué legitimidad se les reconoce a estas personas? ¿Por qué se les recibe si no es exclusivamente para solidarizarse con su justo dolor? ¿Quiénes alientan, protegen, orquestan y aprovechan estas patrañas? Estas dos personas no son más que seres manipulados para manipular, en la senda del padre de una de las niñas de Alcasser, ahora enjuiciado. Personas en cuyo legítimo dolor se han mezclado protagonismos interesados, exclusivas futuras, sabios e interesados consejos para el uso y provecho de los cinco minutos de gloria que les han llegado desde la silenciosa habitación de su hija y sobrina. Lloro con ellos pero no comparto ni una sola de sus manifestaciones ni me gustaría volver a ver su cara por la tele. Creo que ellos, y todos nosotros, deberíamos mirar y comprender a fondo esta clarividente denuncia, que uso sin permiso de 20minutos, fruto del arte y la sensibilidad de Eneko.

lunes, 23 de febrero de 2009

no pierdas ese tren

Al ver por televisión la entrega de los Oscar de este año, me ha venido al rincón de los recuerdos una anécdota que deseo contaros. Debía correr el año 90, soy malo para las fechas, cuando en un concierto que daba Aute en una población levantina, creo recordar que debía ser Sagunto, allí, en primera fila, estaba ella. Nada más abandonar el escenario tras la cantata, todos los músicos, incluido el jefe, me lo comentaban juntos y por separado. ¿Os habéis fijado? ¡Joder, qué tía en primera fila...! Yo no sólo la había visto, sin que en mi calidad de mánager del artista me había acercado a charlar con ella y su hermana para, so pretexto de presentarles a Luis Eduardo, escoltarlas luego hasta el back stage y los camerinos mientras completaba su filiación discretamente. Se llamaba Miriam Fernández, tenía quince años y sí, había pensado alguna vez con ser actriz o modelo. Creo que acabaron viniendo a cenar con el grupo hasta que tocaron retirada antes de las doce, no sin antes haber anotado yo sus datos y localización en la moleskine negra de la que nunca me despego.

Tras visitar a su madre, meses después, en su pisito de Sant Boi (entonces creo que todavía San Baudilio de Llobregat) y obtener su acuerdo para promover la carrera de la nena, firmado y sellado como contrato de representación, mi amigo Hervé Tirmarche le hizo fotos para el book en Madrid. Quedaron de maravilla y elaboré un pequeño folder que se distribuyó alegremente por productoras de cine y agencias de modelos, con cierto éxito ya que comenzaron a llegar algunos contratos de publicidad. Una llamada a la oficina de una desconocida Consol Turá nos puso alegres como castañuelas y acelerados como suzukis. Bigas Luna quería conocerla.

Nos vimos con él en su ático/oficina de Barcelona. Estaba también Cuca Canals y charlamos distendidos ante sendos whiskys con hielo. La peque se tomó una Fanta de naranja. Bigas buscaba una jovencita sin experiencia previa, maleable y con mucha fotogenia. Más relajados, al cabo de un rato se hicieron bastantes polaroids y pruebas de cámara con muchos primeros planos y expresiones. No recuerdo si éstas las hizo el propio Alcaine. Miriam estuvo fenomenal, las cosas como son, y de allí que nos fuimos con el guión de Jamón, jamón debajo del brazo. Dos días depués, cuando aún lo estaba leyendo en profundidad, nos llegó la oferta económica para hacer la protagonista.

El guión era puro Bigas Luna, de quien conocía toda la filmografía y acerca de cuyos contenidos "voluptuosos" había prevenido a nuestra actriz. A mí me gustó y en algunos pasajes, como el de la pelea final a jamonazos, me pareció ver reflejos sarcásticos de algunas pinturas. Goya estaba presente. En el guión que le pasé a Miriam había subrayado algunos planos y diálogos que llamaron mi atención... Cuando volvimos a vernos, la niña me dijo que ella no quería hacer esa película. Que le parecía soez y basta, sobre todo lo de las tetas con sabor a tortilla. En vano quise que lo reconsiderara. En vano le señalé la importancia de empezar trabajando con un director de primera fila, un hombre cuyas películas no dejaban a nadie indiferente. No dio su brazo a torcer y tuve que comerme el sapo de rechazar el guión en su nombre.

No sé por dónde anda ahora, porque un año después ligó con un modelo americano y nos perdimos la pista. Rompí su contrato y alguna vez hablamos hasta que desaparecí de su vida o ella de la mía. Hizo algo de publicidad, de mi mano y por libre, y a veces hasta creo verla en algún anuncio actual de la tele. Esté donde esté, seguro que no ha olvidado el momento en que aquel tren se detuvo en su vida, pitó y se fue echando humo. Ella lo dejó partir. A bordo, del brazo de Javier Bardem, iba una tal Penélope Cruz.

jueves, 19 de febrero de 2009

fastos

Picos, palas y azadones, cien millones. Las cuentas de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, vienen hoy como anillo al dedo. En el pasado siglo, y en este corriente, una de las bolsas de pasta negra más agradecidas ha sido la que flota alrededor de los eventos. Lo digo por que lo sé. Lo sé porque yo mismo he vivido de esa pasta durante algún tiempo, como organizador de eventos y espectáculos. Y siempre ha sido una pasta gansa. Una pasta flora. Un pastón que se encuentra, además, en todas las esquinas, en mano de todos los grupos y partidos políticos. En todas las administraciones del Estado, del Municipio, la Iglesia, la familia y el sindicato. Cualquiera que tenga algo que vender, monta un evento. Cualquiera con ambiciones políticas, monta mil. Cualquiera con un ego desmesurado, necesitado de amplio reconocimiento y loa por su labor, aunque de suya lleve sólo la firma, organiza una movida detrás de otra o quinientas de golpe, si hay que venderse a España. Una presentación. Una cena espectáculo. Un bodorrio de postín. Una fiesta en La Moraleja. Una inauguración. Un desfile. Un pasacalles, una fiesta multitudinaria, una exposición, un acto singular, un ciclo de conciertos, un homenaje...

La pasta es lo de menos, porque casi nunca es propia. Se llama presupuestos, gastos de representación, partidas... Particularidades de ese dinero ilimitado del que dispongo como me parece y que parece que no se va a acabar nunca, porque siempre alcanza. Todos lo entienden, todos lo aprueban, porque todos lo comparten. Es un secreto a voces. Yo celebro, tu ofertas, él acepta, nosotros visamos, vosotros también, ellos que se jodan por idiotas. Pasó con el PSOE y ahora le revienta al PP en las narices. La culpa no es de ellos, pobrecitos, la culpa es de esa puta pasta floja y boba, ahí puesta, abundante y generosa, abierta de piernas esperando a su machote. Es grande, gorda, lustrosa y sólo vale para eso. Para que se la gasten. Lo saben todos, se aprovechan todos de ella, sin medida, sin límite, sin miedo a dejarla seca porque el año que viene volverá viciosa y lustrosa como siempre, al alcance de la mano, por obra y gracia de su macarra el presupuesto.

Alrededor de cada alto cargo flotan siempre cien golfos que son sus amigos. Le ríen las gracias y pagan sus copas o sus putas o putos, lo que sea, oyess... Cenan juntos, casan entre ellos, surcan el Mediterráneo en el barco de otro amigo, te lo tengo que presentar, lleva lo de una constructora..., cierran baretos de alta cuna, asaltan burdeles de lujo, salen juntos de misa de doce directos al aperitivo... Son sus amigos, no hacen negocios, tan sólo les adoran y lo demuestran. No se dedican a nada, si acaso, si me apuras, llevan cosas. Ese es el que me lleva lo de los eventos, dicen si alguien pregunta por el que más alto habla, el que más maneja, el que está junto a la rubia que tiene las tetas más altas, el del motor que más atruena, ese al que todos los camareros conocen por su don nombre. Ese que, sólo de vez en cuando, en su momento, cuando toca, le pregunta discretamente por algún fleco de lo mío, el mismo que en ocasiones le entrega envuelta para regalo una caja de Sebagos si lo suyo era de envergadura o de Cohibas si del montón...

He visto esa pasta. La he olido, la conozco y sé de qué pie cojea. Hasta he comido alguna vez de ella. Por eso no me explico las dificultades de Garzón para instruir este caso, antes de que en una extraña maniobra la propia Fiscalía Anticorrupción lo aparte del mismo para poner el sumario en brazos de, nada menos, que de los Tribunales Superiores de las autonomías afectadas. Ja, ja, ja. Lo tenía fácil, sin embargo. Le bastaba con enviar un oficio a la delegación de Hacienda de cada comunidad autónoma sospechosa o a la concejalía de Hacienda de cada municipio de la Sierra madrileña reclamando la relación completa de facturas pagadas a empresas privadas, entre tal y tal año, en concepto de organización de eventos de cualquier tipo. ¡Qué envidia! Podría tener en sus manos, de un plumazo, uno de los mapas más perfectos posibles de los vericuetos de la pasta gansa. Una instantánea precisa de los fastos. Una radiografía por la que algunos le pondrían, si él quisiera, toda una zapatería (o una armería, que las escopetas tienen las cajas más grandes). Yo, al menos, es lo que hubiera hecho.

Aunque tal vez la cosecha hubiera sido excesiva. Demasiado para nadie.

martes, 17 de febrero de 2009

garganta profunda

Lo que más llama mi atención entre los ríos de tinta, los millones de bits y los cientos de miles de múltiplos de las 625 líneas analógicas de la tele que están corriendo acerca de la trama de corrupción que afecta básicamente al PP de Madrid y Valencia es..., un silencio. De entre todas las palabras, las no pronunciadas. De tantos hechos, y los que te rondaré, morena, delictivos y sospechosos, voy me fijo en uno solo. Dadme tiempo para explicarme.

Toda la investigación que Garzón acaba de retomar con su característica rapidez y proverbial insistencia surge de la aparición de un nuevo paquete de pruebas que llegó a su mesa, en noviembre de 2007, de la mano de dos mujeres de la Fiscalía Anticorrupción. Un paquete que contenía un CD con cerca de 18 horas de conversaciones mantenidas a lo largo de 15 reuniones, las transcripciones de los párrafos más jugosos, una lista identificando a los protagonistas y hasta un árbol gráfico conectando entre sí vía administradores y consejeros casi todas las empresas mencionadas. Vamos, como a Felipe II. Un dossier que, sospecho yo, llegaría también duplicado a la Redacción de El País para no dejar puntada sin hilo. De quien aportó esta base documental a su denuncia, se conoce apenas que es un ex-militante del PP que habría elaborado el conjunto de pruebas con la colaboración de otros seis amiguetes, del mismo partido, en Madrid y Castilla/León. Punto.

Lo que me llama poderosamente la atención es que nadie ha puesto en duda este dossier informativo, ni su origen, ni a sus autores, ni tan siquiera a la información de que fueran del propio PP, lo que me lleva a imaginar que, en esta película, todos los interesados saben de quién se trata y ninguno quiere que se sepa. Por otra parte, si partimos de la base de que no puede tratarse del espionaje a distancia que vemos en las película yanquis, altísima tecnología de micros direccionales y tal, convendremos en que el autor de las grabaciones fue alguien que estuvo presente en las citadas reuniones, es decir uno de los integrantes de la trama. Nadie en su sano juicio dice las cosas que se escuchan en las grabaciones si no cree estar entre gente de plena confianza. De modo que, si damos por buenas o probables estas premisas, estamos sin duda delante de un "arrepentido" con el que se ha llegado a algún tipo de acuerdo de impunidad a cambio de desvelar la trama (lo que explicaría, de paso, el nerviosismo glopante que recorre las filas del PP y el sospechoso silencio de algunos primeros espadas hasta ver en qué queda la cosa). El Garganta Profunda.

Buscando ex-militantes del PP con enfrentamientos notables con los poderosos taifas de la Sierra de Madrid, puede caerse sobre Jesús María Pacios y Reyes Tintó, destituidos de sus concejalías en el Ayuntamiento de Torrelodones en Julio del 06 y que ya visitaron las dependencias de la Fiscalía especial denunciando al alcalde Carlos Galbeño y al presidente del PP local, Mario Mingo, que sería precisamente quien luego les expulsara del partido. Podrían ser ellos, jóvenes e idealistas valientes que se han jugado su futuro político por estas denuncias, pero no me imagino a Correa charlando por los codos delante de cualquiera de ellos.

Otro con más posibilidades y medios y motivos pudiera ser Francisco Sánchez Arranz, el que fuera en otro tiempo Director del Gabinete del Presidente de Iberia, amigo de Aguirre y de Granados, según cuentan, que fue a dar con sus huesos en el Ayuntamiento de Boadilla hasta que, en marzo del 08, su todopoderoso alcalde Arturo González Panero (alias el albondiguilla), el mismo que tomó el pelo a Rajoy y Aguirre con el paripé de su dimisión y que sigue controlando ahora mismo con mano de hierro el municipio, le expulsó de su concejalía de Sanidad y del mismo PP por un quítame allá esa prerrogativas. Pero, ay, las fechas no coinciden porque lo suyo ha sido posterior y no tendría sentido su denuncia meses antes de ser defenestrado. ¿O sí?

De una relación interminable de hipotéticos candidatos a denunciante, sería injusto no mencionar a Antonio Reino Cortés, a quien podría considerarse adicto a la metodología utilizada porque ya denunció con grabaciones, en 2004, la existencia de comisiones millonarias en Tres Cantos. Vale que aquello quedó en nada, me temo. Y que muchos vieron en ese silencio la larga mano y familia de Clarence, la leona bizca, de la mano de empresas del poderío y solvencia de Aguirre-Newman o de Gil-Carvajal, ambas dos también muy..., familiares. Podría tratarse de una venganza, pero no me lo creo porque sus tiros hubieran ido por otro lado.

¿Qué queréis? Te pones a investigar y las ramificaciones llegan donde no te imaginas. A Galapagar, donde el alcalde José Luis González destituyó a su compañero de partido y concejal de Cultura José Manuel Martín en Noviembre del 06 porque se negó a votar a favor de un Plan General de Urbanismo que no le debía gustar demasiado. O a Villanueva de la Cañada donde dicen que se pagó la protección del desaparecido trásfuga Tamayo con un pelotazo de 2,5 millones a los Pacos (tío y sobrino) constructores de cabecera de aquel Romero de Tejada que era la salsa de todos los guisos desde su alto cargo de partido.

Aunque yo, puestos a mojarse, creo que ninguno de los mencionados resultará la Garganta Profunda de esta historia de corrupción generalizada, que, cuando aquí se hablaba de metástasis, no era a humo de pajas. Si tuviera que apostarme algo que me importara, me inclinaría por cualquiera de la triada siguiente: o Enrique Porto, arquitecto, ex-Director de Urbanismo de la Comunidad Autónoma de Madrid, actualmente a la greña con más de uno de los nuevos tiburones de Aguirre, o bien David Merino, que fuera Director General de la constructora Dico-DHO, hoy en horas muy bajas y por culpa de las maniobras de algunos de los denunciados, o acaso, y esto sí que sería una contundente sorpresa, de alguno de los encausados (o encausadas) que sorprendentemente aún no han dado con sus huesos en la cárcel, lo que reforzaría la idea de la existencia de algún tipo de acuerdo y dotaría de un sentido evidente el silencio de los espantados.

sábado, 14 de febrero de 2009

la soberbia de los tontos

Para quien sostiene, como este escribidor, que los políticos deberían ser capaces de escuchar cómo crece la hierba (según dijo alguien importante que olvidé pero cuya frase que me marcó desde que la escuché y de la que me manifiesto siempre favorable aunque resulte la voz que clama en el desierto), no hay nada más desagradable que los actos y las palabras de esos políticos pagados de sí mismos, encantados de haberse conocido, tan orgullosos de sus logros (habitualmente ignorados por el resto de la plebe) que sólo escuchan su propia voz y se repiten hasta la saciedad ante el espejo que están enfrente del paradigma de la perfección limítrofe, si acaso, con la séptima o la octava maravilla del mundo.

Frecuentemente, son esos mismos políticos los que consideran sus decisiones por encima del bien y del mal, dándolas por buenas, qué digo, por ejemplares e insuperables por el mero hecho de serles propias o habérselas apropiado de alguno de los asesores lameculos de los que gustan rodearse y a los que tanto pagan con dinero ajeno. Todos los conocemos, cualquiera habréis evocado alguno in mente al leer esta introducción, aunque hoy me quiero referir concretamente a dos de ellos, uno de cada bando de este forzoso bipartidismo d'Hont, para que no se diga. Que en todas partes cuecen habas.

El primer bobo solemne es Luis Herrero, que es uno de esos bocazas profesionales reconvertidos a políticos, en este caso por el PP y en Europa nada menos, pero que no renuncia tampoco a su pesebre natural en la COPE de la mano del inefable Losantos, la más fragante flor de banquillo del país. No me voy a referir a su expulsión de Colombia (perdón, de Venezuela) donde equivocó el concepto observador por el de mitinero (no quiero ni imaginarme sus palabras si en las próximas europeas viene un observador sueco a decir que Mayor Oreja ha sido siempre un franquista de pro), sino a su calumniosa intervención en la radio obispal para aseverar, con firmeza digna de mejor causa, que Wyoming no era médico, que nunca había acabado la carrera de Medicina. Como tengo mucha menos gracia (y menos mala leche de lo que aseguro) que el amigo Monzón, pese a no ser éste en exceso santo de mi devoción, prefiero que veáis en el vídeo de esta página (http://www.elplural.com/noticiasred/detail.php?id=30530) cómo la realidad le da lo suyo a este faccioso profesional. No me negaréis que la coda del reportaje no tiene su coña.

El otro bobazo es Juan Alberto Belloch, por ahora alcalde socialista de mi Zaragoza del alma, que actúa como si mi tierra fuera suya y con sus ocurrencias está haciendo méritos para acabar con sus lomos en el Ebro, que anda ahora tan crecido. Esta estrellita mediática, ex-ministro, ex guapo profesional en el mercado hasta que devino en señor Soriano, el hombre de la mirada torva y cierto (lejano) parecido con Sandokan, no contento con afirmaciones del tipo "mientras yo sea alcalde, en Zaragoza no se quitará un crucifijo", continúa provocando a sus propios votantes comprando para su segundo despacho una mesa de juntas que nos cuesta doscientos cincuenta mil euros, arrastrando a buena parte de la corporación municipal a la procesión de San Valero, negando ilegalmente los autobuses municipales a la campaña del Probablemente o dando el nombre de la antigua calle del golpista general Sueiro al fundador del Opus Dei, en una vergonzosa aplicación de la Ley de la Memoria Histórica. Al parecer, la memoria histórica de este petimetre no alcanza hasta el sostén del franquismo por parte de la estructura y ministros del Opus, ni a su presencia en el consejo de Ministros que visó los fusilamientos de 1975. A él le basta con argumentar que(sic) "a un señor no se le pone una calle por consenso, sino por méritos. Y la verdad es que [Escrivá] los tiene: ser santo".

¿Cuánto vais a tardar, hermanos zaragozanos, en poner a este cantamañanas en su sitio? Vale. Lo que tardemos en los madriles en licenciar a la bizca. Oído cocina.

jueves, 12 de febrero de 2009

metástasis

Antes de irse de cacería, de la mano de Bartolo el de su pueblo, Garzón sí que había salido de montería. Aunque la preparaba desde hace tiempo, parece que solo llevó a ella carga de posta fina, como si las piezas que pretendía fueran caza menor. Un bigotes ex-manager de Pajares, un Correa de pocos vuelos..., en fin, cosa de un rato. A divertirse dando unos tiritos y que luego la señora desplume o despelleje, según le pete, para preparar el comistrajo posterior.

Pero lo malo de salir al monte es que no siempre sabes lo que te puedes encontrar. Porque tu vas por la trama y descubres que detrás de ella, por encima de ella, planea el fantasma de Becerril de la Sierra y entonces recuerdas que una vez leíste el libro aquél de los PPijos y evocas las pintas sonrientes del vídeo aquél de Caiga quien Caiga en la boda de la princesita Aznar y ese Arturo Valls preguntándoles a voz en grito "¿y vosotros quienes sois?" (http://www.youtube.com/watch?v=5jxk3Ec99d0), y vas y caes en la cuenta de que estás en medio de la camada del novio y debajo de la alargada sombra del insufrible hombrecillo...

Pero lo peor, con ser ya lo dicho malo, es cuando te pones a mirar en la otra parte del espejo, que para los delitos de corrupción hacen falta dos partes, el que corrompe y el corrompido o corrupto, y es entonces cuando se te empiezan a hacer huéspedes los dedos y vas y tiras un poquito de aquí, un poco de allá... Y aparecen, como por ensalmo, los contratos "urgentes" para un mismo acto divididos y parcelados para que cuelen, y tienes que mirar hacia el interventor que los aprobó, o hasta su mando jerárquico que suele ser Consejero, o aparecen los alcaldes con sus recalificaciones, y otra vez miras hacia los controles obligados, por ver cuanta ceguera, y también tienes que mirar para arriba, o se te vienen a las manos los tesoreros y sus recaudaciones discretas de origen desconocido, o las facturas de trajes por treinta mil, o las cintas que unos tienen sobre otros para cubrirse el culo... Te sientes como el que acompañaba al especialista a un amigo que tenía un dolorcillo por aquí y le ven al trasluz un tumor pequeñito, que puede ser benigno pero no lo sabremos hasta que abramos, y van y sajan y abren y resulta que tienen que cerrar a toda prisa no vaya a ser que la metástasis acabe hasta con el acero de la camilla.

Ahí, en ese momento justo, es cuando se persona en la causa el especialista en maquillajes y levanta en un pispás su cortina de humo y todos suspiran aliviados porque saben por experiencia que no hay nada que una buena teoría de la conspiración no pueda tapar, de modo que unifican sus mensajes al ritmo de Pedro José y salmodian todos lo mismo, que es útil y despista porque tiene mucho ritmo, conspiración, cons-pi-ra-ción, mirando para otro lado y señalando con el dedo al mensajero. Todos a una, porque todos saben que todos se la juegan porque ese irritante juez salió de caza un día sin saber que se metía en mitad del corazón de una selva en la que el más tonto hace relojes y se lo lleva crudo y que la cosa va de leonas bizcas, rinocerontes neocon, tigres de Castellón, víboras vallisoletanas, caimanes de la Sierra, pitones con gafas de pasta que aniquilan cuanto abrazan, bestias peligrosas que no se comen entre ellas, aunque sí muerden, por temor al Fantasma que camina, el que todo lo puede y lleva en la mano derecha un anillo americano de calaveras iraquíes y sobre el hombro un lorito con corsé, ese Fantasma que crearon Lee Falk y Ray Moore antes de que yo naciera.

Hagan lo que hagan, por lo menos ya sabemos que están muy malitos.

martes, 10 de febrero de 2009

por culpa de una foto

Ahora que Eluana duerme para siempre el sueño de los justos que comenzó en 1992, puedo ya decir al respecto lo que pienso. No lo he hecho antes, os lo aseguro, aunque se me escapaban las palabras y tuve que retenerlas a machetazos, por puro pudor. Porque el espectáculo de uno de los hombres más inmorales de la Tierra, el sucio Berlusconi, meándose en el poder judicial para conectar con lo más densamente oscuro de su electorado condenando y anatemizando un puro acto de piedad, unido al grimoso manifiesto papal de ese ex-soldado nazi que rige hoy los destinos de una Iglesia capaz de retorcerse hasta lo impensable antes de renunciar a sus privilegios de directora ideológica de un mundo que se diluye ante su propio anacronismo, ese Ratzinger al que sin duda ha ofendido más la hipótesis de la muerte inocua de lo que quedaba sobre una camilla de la pobre Eluana que la de seis millones de judíos gaseados y torturados bajo su nacismo originario o la de millares de civiles reventados por las ilegales bombas sionistas, el espectáculo del linchamiento moral, ético y mediático de un hombre, Beppino, el padre de Eluana Englaro, que era y es el único capaz por su cercanía física y química de valorar y entender y evitar, al fin, en qué cosa se había convertido su amada hija tras diecisiete años de coma irreversible, el indecente clamor de unos medios de comunicación rijosos capaces de invadir sin vergüenza y hasta el escándalo la intimidad de una familia abochornada y maltratada en su larga y penosa lucha por la dignidad de su ser querido -diez años hace que la empezaron, cuando tras siete de espera aceptaron el contenido real de la maldita palabra, irreversible, tras esperar el milagro de que no se cumplieran las propias palabras de su amada antes del coma "la muerte es parte de la vida"-, sólo para formar parte del movimiento eclesial anti-eutanasia y vender de paso ejemplares de su bazofia, no he escrito nada de ello, os decía, porque todo lo anterior, junto y por separado, me daba tanta rabia, tal subidón de vergüenza por ser humano y como tal tener que compartirlo, que preferí dejar llegar las cosas y hablar de esta dramática corte de los milagros con el sosiego de la distancia, a toro pasado.

Mucho me temo que no lo he conseguido, que aún se me encienden los adentros como el primer día, que el pornográfico espectáculo de tanta hipocresía me sigue acelerando el pulso y quebrando el ánimo. Pero, por lo menos, sí os lo comento cuando ya me siento tranquilo porque lo poco que quedaba de Eluana descansa, por fin, en paz.

¿Sabéis una de las cosas que más me ha sublevado? La certeza de que han sido las fotos, esas fotos en las que aparecía la dolorosa antes de su fatal accidente, guapa, sonriente, llena de vida, feliz, esas imágenes del álbum de familia distribuidas sin duda por el propio Giuseppe Englaro también por pudor, por no resignarse a desnudar ante nadie los despojos en que su niña se ha convertido tras estos terribles diecisiete años de sufrimiento e inanición, por no distribuir ante la carroña la imagen real de su hija enchufada y mantenida artificialmente. Su propia decencia ha contribuido a engañar a mucha gente, ha actuado subliminalmente en su contra al permitir que el debate se falsee ante el enorme poderío de esas sonrientes imágenes de lo que fue su niña.

En este mundo tan jodido, queda claro que los sentimientos más nobles, la honradez, el amor y el pudor, no pagan a nadie.

sábado, 7 de febrero de 2009

oraciones

Visto desde la distancia, lo más paradójico y divertido que tiene el debate entre ateos y católicos acerca de los mensajes en un autobús es que, para exasperación del señor arzobispo, se está discutiendo sobre oraciones. No sé de qué se queja el prelado Rouco, probablemente ninguneado por el equipo púrpura Bertone/Cañizares/De la Vega y acaso escocido en lo más recóndito, si al fin y al cabo los dos carteles de autobús que concretan finalmente la disidencia son ambos oraciones, aunque en este caso ambas lo sean de las llamadas dubitativas. Vale que no todas las oraciones son exactamente rezos, pero..., con mucho menor equipaje se lanzó la Iglesia a las Cruzadas.

La oración resulta ser gramaticalmente una unidad de sentido con autonomía sintáctica, casi como España era antes teóricamente una unidad con destino en lo universal. En el hipotético caso de que cualquier hablante deseara dar a conocer su vacilación o duda respecto a un determinado acontecimiento, se inclinaría bien por una oración dubitativa, bien por una plegaria caso de ser el sujeto de advocación católica. Que un ateo se exprese mediante la duda parece decir mucho de lo relativo de su pensamiento y apunta cierta elegancia. En lugar de recurrir a la blasfemia que mejor representaría lo esencialmente radical de su pensamiento, el ateo se reviste de la expresión dubitativa que le sirve para comunicar al resto de la población una alternativa o un hecho de realización incierta, tal como se puede apreciar en expresiones como "Quizá Bertone llegue a tiempo de acallar a la COPE", "Tal vez la semana que viene se denunciará el concordato franquista", "Acaso el médico sepa cómo tratar lo de Losantos", "Tal vez Zapatero pueda resolver el conflicto", "Acaso la Vicepresidenta no esté al tanto de la situación", "Tal vez se arrepienta de lo que ha dicho y de lo que ha callado", "A lo mejor mañana vuelve Aznar a meter la pata", "Quizá sea cierto que a Rouco le huele el culo a pólvora" o "Probablemente Dios no existe ni se le espera", por poner algunos ejemplos.

Sin embargo, frente a tan cuidadosa selección de una terminología no terminante, habría cabido esperar de las jerarquías católicas bien una respuesta también dubitativa, del género "Probablemente Dios sí exista y a vosotros se os va a caer el pelo" o bien una humilde presentación de la otra mejilla y ponerse a musitar jaculatorias sin freno mientras los ateos, libres ya de ataduras, contratan para su campaña los costados de los aviones de Iberia que cubran el trayecto destino Roma/Fiumiccino. Lo que menos cabía era una airada reacción condenatoria preñada de aspavientos e inquisitoriales manifiestos acerca del mal uso ateo de los soportes públicos, lo que sin duda menoscaba la credibilidad de su mensaje, permítaseme el juego de palabras. Si yo no creo la milonga de su secta, pues no la creo, y si se lo quiero decir a otros previo pago, pues se lo digo y si alquilaran espacios en los bajos de sus sotanas pues me alquilaría las de los curas más gordos si pudiera y no hay más que hablar, lo mismo que ellos se creen y están en el derecho de comunicar en los medios publicitarios públicos o privados que la familia se tambalea, a campanazos que hay misa de once o desde su radio que se hunde España. Faltaría más.

En lugar de una afirmación categórica del tipo "Dios no existe, pringaos. Sed felices y que les den dos duros" (acaso mejor sería decir que les den 6 céntimos de euro, aunque menos rotundo), los ateos nos hemos inclinado por una fórmula gramatical de las que reflejan dudas por intermedio de una serie de adverbios y expresiones adverbiales que se ubican antes de un determinado verbo en modo subjuntivo o indicativo, un poco como respondió Jaimito cuando le preguntaron por qué su abuela cruzaba el patio con el Marca bajo el brazo: "Probablemente irá a cagar, porque no sabe leer"...

jueves, 5 de febrero de 2009

temporal

Por aquí llevamos ya varios días sin apenas salir de casa. Los grandes ventanales, a través de los cuales casi siempre entra el sol con tal vigor que me lloriquean los ojos y bizqueo incapaz de procesar su luminosidad, nos traen ahora día tras día la imagen de las fuerzas oscuras de la naturaleza presumiendo de poderío. Cielo permanentemente encapotado, negrísimos nubarrones con brillantes boquetes, a veces, que permiten les atraviesen unos rayos impotentes, desesperados por acariciar la tierra tanto tiempo olvidada, rachas brutales de vientos huracanados, palmeras humillando la cabeza cada vez más calva ante ese implacable ímpetu, el mar desconocido, embravecido, alto y gallardo como nunca, atrás su apacible imagen de charquito retozón que juega con los niños y sus hinchables como si fuera incapaz de otra cosa que mecerlos y acunarles...

Nada hay tan fuerte y poderoso que la naturaleza bravía. Ante su pujanza nos encojemos los humanos hasta alcanzar nuestra verdadera dimensión de enanos inermes. Ante su enorme capacidad de destrucción, que se percibe, sospecha y teme desde lo profundo, se desvanecen los orgullos y emprenden su vuelo al país de nunca jamás esos absurdos criterios que sitúan al hombre en el centro del universo conocido. Ja. Aún el hombre no ha construido un muro capaz de resistir el empuje real del mar, ni un castillo que sobreviva un sunami, ni tan siquiera un polideportivo impasible frente a una ciclogénesis explosiva cualquiera.

Es ella, la naturaleza, la reina solitaria de nuestro mundo a pesar de que parezca asistir en desdeñoso silencio a las ceremonias destructoras del calentamiento global y apenas comience su lánguida protesta frente al desequilibrio al que pretendemos forzarla como si pudieran pelear en el tatami mil pulgones verdes contra una elefanta. No vamos a tirarla a la lona, pero estamos consiguiendo con nuestra estupidez irritarla, a pesar de que el hombrecillo insufrible lo niegue con el dinero de la Exon en el bolsillo. Y eso no es bueno. Nada bueno. Porque ella estornuda un instante y paraliza Barajas o Heathrow, eructa por una mala digestión y deja Barcelona a oscuras o se le escapa un pedete y un tifón destroza media flota pesquera gallega. Parece como si no supiéramos con quién nos la estamos jugando. Como si la ciega soberbia de quienes no ven más allá de sus narices se impusiera a la certeza de quién manda aquí. Como si los que tienen a su dios domesticado creyeran que igual pueden con ella. Error. Inmenso error. Dramático error de cálculo.

Todos estos días de temporal me han dejado impotente, sin ganas de escribir de nada porque todo carece de importancia ante la contemplación absorta desde los temblones ventanales del supremo poderío de la naturaleza, de su fuerza ilimitada, una sola idea flotando en mi cabeza, yendo y viniendo, rebotando de neurona en dentrita o algo así. ¡Joder!, que no se vaya la luz.