oraciones
Visto desde la distancia, lo más paradójico y divertido que tiene el debate entre ateos y católicos acerca de los mensajes en un autobús es que, para exasperación del señor arzobispo, se está discutiendo sobre oraciones. No sé de qué se queja el prelado Rouco, probablemente ninguneado por el equipo púrpura Bertone/Cañizares/De la Vega y acaso escocido en lo más recóndito, si al fin y al cabo los dos carteles de autobús que concretan finalmente la disidencia son ambos oraciones, aunque en este caso ambas lo sean de las llamadas dubitativas. Vale que no todas las oraciones son exactamente rezos, pero..., con mucho menor equipaje se lanzó la Iglesia a las Cruzadas.
La oración resulta ser gramaticalmente una unidad de sentido con autonomía sintáctica, casi como España era antes teóricamente una unidad con destino en lo universal. En el hipotético caso de que cualquier hablante deseara dar a conocer su vacilación o duda respecto a un determinado acontecimiento, se inclinaría bien por una oración dubitativa, bien por una plegaria caso de ser el sujeto de advocación católica. Que un ateo se exprese mediante la duda parece decir mucho de lo relativo de su pensamiento y apunta cierta elegancia. En lugar de recurrir a la blasfemia que mejor representaría lo esencialmente radical de su pensamiento, el ateo se reviste de la expresión dubitativa que le sirve para comunicar al resto de la población una alternativa o un hecho de realización incierta, tal como se puede apreciar en expresiones como "Quizá Bertone llegue a tiempo de acallar a la COPE", "Tal vez la semana que viene se denunciará el concordato franquista", "Acaso el médico sepa cómo tratar lo de Losantos", "Tal vez Zapatero pueda resolver el conflicto", "Acaso la Vicepresidenta no esté al tanto de la situación", "Tal vez se arrepienta de lo que ha dicho y de lo que ha callado", "A lo mejor mañana vuelve Aznar a meter la pata", "Quizá sea cierto que a Rouco le huele el culo a pólvora" o "Probablemente Dios no existe ni se le espera", por poner algunos ejemplos.
Sin embargo, frente a tan cuidadosa selección de una terminología no terminante, habría cabido esperar de las jerarquías católicas bien una respuesta también dubitativa, del género "Probablemente Dios sí exista y a vosotros se os va a caer el pelo" o bien una humilde presentación de la otra mejilla y ponerse a musitar jaculatorias sin freno mientras los ateos, libres ya de ataduras, contratan para su campaña los costados de los aviones de Iberia que cubran el trayecto destino Roma/Fiumiccino. Lo que menos cabía era una airada reacción condenatoria preñada de aspavientos e inquisitoriales manifiestos acerca del mal uso ateo de los soportes públicos, lo que sin duda menoscaba la credibilidad de su mensaje, permítaseme el juego de palabras. Si yo no creo la milonga de su secta, pues no la creo, y si se lo quiero decir a otros previo pago, pues se lo digo y si alquilaran espacios en los bajos de sus sotanas pues me alquilaría las de los curas más gordos si pudiera y no hay más que hablar, lo mismo que ellos se creen y están en el derecho de comunicar en los medios publicitarios públicos o privados que la familia se tambalea, a campanazos que hay misa de once o desde su radio que se hunde España. Faltaría más.
En lugar de una afirmación categórica del tipo "Dios no existe, pringaos. Sed felices y que les den dos duros" (acaso mejor sería decir que les den 6 céntimos de euro, aunque menos rotundo), los ateos nos hemos inclinado por una fórmula gramatical de las que reflejan dudas por intermedio de una serie de adverbios y expresiones adverbiales que se ubican antes de un determinado verbo en modo subjuntivo o indicativo, un poco como respondió Jaimito cuando le preguntaron por qué su abuela cruzaba el patio con el Marca bajo el brazo: "Probablemente irá a cagar, porque no sabe leer"...
5 comentarios:
Un amigo mío me propuso el otro día un lema para los autobuses, para que lo pusieran los creyentes (no los ateos). Me lo propuso a raíz del caso destapado de pederastia en Bolonia. El lema es : "Precisamente porque Dios existe, dejad de follaros a los niños, señores del clero", dirigidos a los que lo hacen, claro, que no son todos. Hablando de pederastas y demás carroña, los Legionarios de Cristo han repudiado a su fundador, el padre Marcial Maciel (que inevitablemente siempre me recuerda al chiste de Macías Pajas), pero no por pederasta, sino por "tener una amante". Decid que además de pederasta era drogadicto.
Yo propongo un lema que decía un obrero francés (visto en un documental de Francia de los años 70) durante una huelga: "Si el Cielo existe, vosotros no vais a ir a él".
Por cierto, que ojalá Maciel se hubiera amado más a sí mismo y no a la fuerza a los muchachos.
Es lo mismo que le pasa a buena parte del clero: que, probablemente, van a cagar, porque no saben amar y respetar al prójimo...
;-)
Gracias, María, por tu ilustración biográfica. La verdad es que siempre se cumple lo de "deja de preocuparte y disfruta de la vida", aunque a mí me gustaría añadirle un "sin hacer mal a nadie".
Don Libertario, bienvenido por esta su tierra de libertad. No me tire de la lengua, porque llegaría tarde. Ya estoy preparando algo sobre el fatídico Maciel aunque a mí me interesa más su "derivación" española que sus gustos pederastas. Y en el marco de esas legiones de cristo carpetovetónicas, he encontrado más de una sorpresita que estoy cocinando. Ya verá, ya...
Gustavo, estate seguro de que ese lema es más cierto que cualquier otro, aunque se exprese en forma también condicional cuando no dubitativa.
Gracias, Eduardo, por verle su puntito de coña al texto, que pretendía ser más gracioso de lo que me ha salido, al parecer, y lo concebí repleto de coñas paradójicas y juegos de palabras. Acto fallido, creo que se llama esta figura.
Antonio, gracias por tu bienvenida. Comentar que el amigo que me sugirió el lema que he expuesto es otro lector de tu blog y amigo mío, Yuki. Fue él el que me contó la oscura historia de Marcial Maciel, que me dejó muy indignado. Por eso la saqué a colación en tu post. Estamos deseando leer lo que tengas que contartos sobre este elemento.
Por favor, no me hables de Vd. Yo me tomo la libertad de tutearte. Gracias.
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