lunes, 14 de julio de 2008

argumento cornuto

Saludos desde mis días sabáticos.

Asuntos como el de la directiva europea que permite a los países miembros encarcelar a sus sin papeles durante dieciocho meses, denominada por ahí la directiva de la vergüenza, le hacen a uno hasta romper su silencio más celosamente guardado (por mor de un voluntario periodo de higiene mental, transitorio, eso sí) para alzar voz y denuncia contra esta barbaridad aunque sea con retraso, ya que la cosa se fraguó el pasado 18 de junio.

Pero, como lo malo resulta bueno demasiado a menudo, este retraso en el comentario que hubiera nacido a flor de piel permite ahora plantearlo no tanto como aberración legislativa, sino pudiendo agregarle en un exquisito revoltijo la crítica a su apasionada defensa por parte de Zapatero e incluso la del posterior congreso de su partido, en el que una ascendente Leire Pagín concedió que desde el PSOE "no se lo hemos explicado bien" a la ciudadanía. Explicar lo inexplicable es tarea de gurús más que de políticos, sospecho, de chamanes y de obispos. El presidente del Gobierno de España hizo algo más. Defendió la directiva que votó a favor tildándola de progresista y acusando de paso a sus disidentes de ignorancia supina y demagogia irresponsable.

¿Desde qué premisas se permitió estas acusaciones? Para el presi, según interpreto de posteriores aclaraciones, había algunos países europeos que podían retener en las mazmorras del estado a sus ilegales por tiempo indefinido y sin normas, qué barbaridad, por lo que lo progresista era, sin duda, poner coto a tamaños desmanes limitando el periodo de detención a dieciocho meses de nada, espacio de tiempo baladí ya que la humanidad de la directiva contempla que los inmigrantes sin papeles estén separados de los presos comunes, disfrutando su cautiverio de control judicial "tan pronto como esto sea posible" y hasta facilitándoles juegos y actividades recreativas adecuados a su edad cuando se trate de menores, para que así se les pase el rato en un pispás antes de largarles para casa. De encarcelar a gente que no ha cometido ningún delito, nada de nada. Ni rastro, oiga.

Vaya. No había caído en el calado progresista de la cuestión. Si en varios países europeos existiera la pena de muerte indiscriminada, lo progresista sería implantar la posibilidad de su aplicación en todos ellos pero, eso sí, humanizándola y/o circunscribiéndola a determinados casos flagrantes. Todos juntos es mejor, si con ello limitamos las exageraciones de algunos. Que se jodan, por borricos. Que aprendan a hacer las cosas comme il faut, es decir democráticamente. La mejor manera de solventar un dilema es, Zapatero dixit, integrarlo y generalizarlo.

Así desaparece el problema y se resuelve el dilema. Y yo que llevaba días buscando un buen ejemplo de lo que la RAE define como argumento cornuto...

1 comentario:

Más claro, agua dijo...

Cuando un político dice "no hemos sabido explicárselo bien a la ciudadanía", ¿por qué no despide a su jefe de comunicación? ¿por qué no dimite él?. En todo caso, hacen que me ponga en alerta porque lo que trasluce es que nos la están metiendo doblada...