jueves, 27 de enero de 2011

con espuma

Por aquí, a veces, el mar se pone como una batidora y arroja a la orilla, incansable, las espumas de la barba de Neptuno o del capuccino de alguna sirena con ínfulas de exquisita. Me encantan esos días porque es cuando no hago otra cosa que mirar al mar, casi nunca tan presente. Muy a menudo, cuando le da la timidez y permanece callado y quieto, es como si no estuviera ahí o se hubiera largado a dar una vuelta amparado en la discreta coartada de la noche. "Ahora vuelvo", habría dicho al salir, bajito para que nadie repare en su marcha pero no tanto como para ser acusado de descortés y maleducado por irse de farra sin despedirse. Hoy no es así, hoy reclama con su presencia furiosa y su batido de espuma blanca, a todo lo ancho de la playa, un lugar bajo el sol templado de este invierno que nos tiene ateridos y pasados por agua pero que, a veces, nos regala por sorpresa días tan bonitos como éste, de caramelo y nata, tan dulce.

Entonces me apetece escribir y os lo cuento, aunque sea para decir cuatro tonterías, que es lo habitual, mas cuatro tonterías esta vez serenas y optimistas, sin acidez ni melancolía, cabales, equilibradas y, sobre todo, dulzonas como el capuccino aquel que se tomaba la sirena enamorada de las delicatessen para culminar una buena panzada de plancton y camarones, que debe ser parte de la dieta atlántica de las sirenas de por aquí, me imagino, al principio de este texto redondo y cíclico como las trasparentes esferas que componen, a millones, la naturaleza inasible, evanescente y voluptuosa de la misma y propia espuma de la que os escribía antes, cuando sólo tenía para deciros que ha amanecido por Rota un día delicioso y que el mar rompe en la playa como una batidora y las olas espumosas me inducen a sentarme al ordenador y comentarlo a toda prisa, antes de que baje la marea.

3 comentarios:

Más claro, agua dijo...

No son cuatro tonterías: son cuatro envidias, a cual más gorda!!!

;-)

beatriz dijo...

Tu entrada ha sido un bálsamo de dulzura y de ternura para mi. Hoy estoy especialmente hecha polvo, por circinstancias que no vienen al caso y, leyéndote, he recordado de que se pueden tener sensaciones placenteras, como las que describes. Se puede estar sereno y optimista. Espero que me lleguen días dulces... Y me alegro infinito, por ti, de que tú puedas sentirlos y disfrutarlos.
Un beso

Antonio Piera dijo...

Te tengo perdida, Bea, apenas sé nada de ti, y lo que dices me preocupa. Tal vez me quieras hablar de ello por los cauces habituales. Me encantaría.