jueves, 19 de enero de 2012

de la inmovilidad del movimiento

Al 15M le salen padrinos teóricos como setas entre los pinos. Eso está bien. De algo hay que escribir. Mas, por mucho que leo, no encuentro quien le ponga el cascabel al gato gordo, que es la alarmante pérdida de numerario (primera acepción RAE: perteneciente o relativo al número) en nuestras filas. A fuer de originales, hasta se escuchan voces que auguran un renacimiento estacional, con la primavera. Ya decía, como las setas. Es romántico, sin duda, aunque me parece poco fiable como argumento, además de poco probable. Pero el caso es que, por todo el Estado, buena parte de las asambleas andan las pobres más vacías que el ojo de un tuerto, que se decía en mi barrio. Y muchos nos preguntamos por qué.

La explicaciones endógenas que se barajan no están exentas de razones. Que hay muy distintos niveles de compromiso, evidente, que muchos están siempre ahí aunque no vengan, me vale, que cuando haga falta de verdad estaremos todos, lo acepto con matices, que vamos lentos porque vamos lejos, jopé no solo porque vamos lejos, sino que vamos al paso de la uva porque nos hemos dotado del método más premioso que existe (aunque sea el más horizontal y correcto) para debatir y ni te cuento para tomar decisiones, y eso paga un precio en agilidades varias, que planteamos los cambios sociales que pretendemos desde nuestros propios modos de vida, nuestros hábitos de consumo o nuestra relación con los demás y que eso, obviamente, es a largo plazo... ¡Alto ahí! ¡Por aquí no paso!

Recuerdo bien los primeros momentos: "¡que no nos representan, que no!", "democracia real ya", "no hay pan para tanto chorizo" gritábamos por cientos de miles, con buena parte de la ciudadanía batiendo palmas con las orejas. ¡Cuánta felicidad, qué orgasmo de empatías varias, qué derroche de voluntad de cambio, de energías transformadoras, de originalidad, de pensamiento colectivo, de creatividad!, ¡Qué ejemplo para el mundo, tras Túnez y Egipto! Luego, pasadas las euforias de los primeros momentos, nos pusimos a trabajar como cosacos para trasformar el mundo.

Fue ahí cuando cometimos nuestro primer y muy grave error, cuando no nos detuvimos a pensar ni a escuchar lo que la ciudadanía entendía al secundar nuestros gritos de guerra. Ahora creo que lo sé. Entonces, solo lo intuía, cuando manifesté públicamente en Sol aquello de "lo importante son los millones de ojos que nos miran y esperan de nosotros soluciones, no es nuestro ombligo lo importante" (y perdón por la auto cita). Me temo muy mucho que, donde entendimos (nosotros, los que ahora quedamos y resistimos, los entregados a la causa, los casi-militantes) que el personal compartía nuestros deseos de cambiar el mundo conocido, lo que querían decir era: "no nos representan, ¡queremos que nos representen!". Que, cuando gritaban "democracia real, ya", estaban exigiendo medidas concretas que trasformaran la mierda de democracia que teníamos y tenemos. Entiendo yo ahora que las pancartas de "no hay pan para tanto chorizo" las aplaudían porque suponían que los allí presentes se las iban a arreglar para expulsar a los chorizos de la política y de los puestos de mando en los bancos, los partidos, los media y los sindicatos.

En lugar de lo cual, nos hemos puesto a cambiar el mundo, con la ayuda y el influjo de tantos teóricos iluminados para los que no dejamos de ser un experimento que confirmará o no sus teorías. Que tanto les da. Hemos minusvalorado a la ciudadanía, que desde su sabiduría marcaba claramente el principal camino a seguir, que no era la revolución, ni la reEvolución, sino el reformismo. Poco a poco, sin darnos ni cuenta, a medida que profundizábamos en la puesta en pie de unas muy correctas alternativas vitales encaminadas hacia el cambio en profundidad de nuestras escalas de valores, hemos olvidado sus aspiraciones y, en consecuencia, desplazado de nuestro lado a mucha, mucha gente. Hemos olvidado a toda aquella mayoría trasformadora que saltaba con gusto a nuestro lado entonces y que ahora nos contempla con cariño desde la lejanía, moviendo de un lado a otro la cabeza mientras piensa: "no era eso, amigos, eso está bien, parece bonito, pero no era eso". Al menos, añado yo, no era solo eso.

Pensemos con lo de pensar, abandonemos esta especie de grupalismo encerrado en sí mismo y corramos al encuentro de nuestra gente de nuevo, porque os aseguro que ellos siguen creyendo ahora, hoy, en lo mismo que creían entonces. Los que hemos cambiado hemos sido nosotros.

6 comentarios:

Amigo de la Dialéctica dijo...

Mi enhorabuena amigo Antonio. Lo dejas clarísimo en un párrafo, es el siguiente:

"No nos detuvimos a pensar ni a escuchar lo que la ciudadanía entendía al secundar nuestros gritos de guerra. Ahora creo que lo sé. Entonces, solo lo intuía, cuando manifesté públicamente en Sol aquello de 'lo importante son los millones de ojos que nos miran y esperan de nosotros soluciones, no es nuestro ombligo lo importante'."

Eso era lo que se esperaba del 15M: Soluciones.

Por eso nos atrae tanto el llamamiento ¡Unidad, AHORA! de la CIAPA 15M de Andalucía. Es una solución. Al menos un intento de solución eficaz a algunos de nuestros problemas. Mientras esto acontece el resto de partitocracias y movimientos andan desorientados. Cada cual a lo suyo. Como siempre mirándose el ombligo mientras los de arriba tienen un plan minuciosamente diseñado para liquidarse todas las conquistas sociales.

Recibe un abrazote amigo Antonio, y lo dicho, enhorabuena por esta reflexión.

Anónimo dijo...

Genial, sublime, porque estoy leyendo un libro del Poe, sino te adularia mas si cabe.
Si lo hacen bien servira de algo,si vuelve con la primavera....
sera como la romeria del Rocio.
Toootaaaaa que sigas asi, dale un besote a Paty, y harte der atlietiiiiiiiiiiiii.
Besoooooooossssssssss

Euplinio dijo...

Comparto. Y digo más, por experiencia propia en las elecciones nacionales pasadas, incluso hasta afiliados, votantes y simpatizantes del psoe, creen que "ya no sirven" (ni pp ni psoe), que ellos "votarían al 15M y ya" :|

Así de claro y tajante.

Ojalá también fuera así de fácil y rápido. Me temo que la realidad es distinta. Tiempo al tiempo, para lo que tenga que pasar... aunque tb es verdad que por el "otro bando" siguen actuando y organizando el cotarro a su antojo...

Javy dijo...

Suscribo lo dicho hasta ahora y añado que estamos en el peor de los ombliguismos: el ombliguismo digital.
http://mandomando.com/2010/05/12/7dias-el-twitter-out-y-los-ombligos-digitales/

Antonio Perea dijo...

Gran entrada, enhorabuena. Yo creo, querido tocayo, y me gustaría equivocarme, que el problema con el que ahora se enfrenta el movimiento es que muchos de los que lo integraban ya han visto cubiertas sus expectativas, que eran sólo una: descabalgar al PSOE del poder. El hecho de que sólo siga latiendo el movimiento en Andalucía, tal como se dice en otro comentario por aqui arriba, lo confirma: en Andalucía hay todavía socialistas por descabalgar. Sé que esto no va a gustar a la parroquia, pero voy a abusar de tu hospitalidad libertaria y lo digo: el 15-M seguirá embarrancado mientras no se desembarace de la funesta influencia sectaria de Izquierda Unida.

BESOS dijo...

buen post saludos