martes, 3 de septiembre de 2013

cosas de estas tierras

A mi compañero de excursiones le acaban de dar una placa en la que se le consagra como el mejor esparraguero que hay en Alcalá de los Gazules, en cuyas máximas alturas (y puedo jurar que cuando hablo de alturas allí abundan) le recojo todos los días camino de radioterapia. Va tan orgulloso José González con su inesperada placa plateada a cuestas y se la enseña feliz a todo el mundo, que no es cosa que suceda todos los días ser distinguido oficialmente por hacer bien aquello que más te gusta, que ya querría yo, y más en plenas fiestas del pueblo.

Dispone Alcalá de un espacio caprichoso, en el que me comenta Pepe -cuando ante él pasamos- que se han perdido y ganado muchos dineros jugando al tute o a la brisca. Se trata de una caseta de breves dimensiones, hecha con maderas y cartones, con dos ventanucos, ahí plantada al borde de la carretera, desde la que se ven las aguas, que es como mi casi amigo llama a las derivaciones  penúltimas del pantano de Barbate, según he podido averiguar se llama el sitio.

Me cuenta que ahora suele ir la gente mayor, incluso la muy mayor y que ya más se habla allí que se juega.  Imagino yo que hablarán de arreglar España, por lo que entiendo bien a quienes hayan colgado sobre el umbral de la puerta el cartelillo en el que se puede leer, sencillamente: LA MONCLOA. Para lo mismo, desde luego, parece que sirva.

En Rota anida los veranos un poeta de Arcos de cuya producción sobre el vino ando enamorado. Acaba de escribir unos hermosos versos sobre la Tintilla que me gustaría compartir con vosotros. O alzar una copita de esa del Gato mientras los decimos juntos en voz alta. Cosas de esta tierra nuestra, como la placa de don José.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mucha fuerza en esta lucha. ¡Abrazos!