miércoles, 21 de noviembre de 2007

de la vida

Ayer me permití hacer una de esas cosas que se te meten en la cabeza y alrededor de las cuales acabas girando como una peonza. Ayer celebré una efemérides que tiene para mí trascendental importancia (y no me refiero ni al aniversario de las muertes de Franco ni de José Antonio, sino a otro tipo de celebración) y hubo en solfa aeropuertos, coches de alquiler, lluvia y viento hasta la médula, caladuras, expediciones rumbo a lo desconocido con un mapita en bandolera y la noche cerrada por único guía, adivinanzas en torno a un polígono industrial, inauguraciones, buena compañía..., pero, sobre todo y por encima de todo, ayer recibí a toneladas una de esas raras cosas que hacen que te confortes para el resto del camino. Hablo de amor, queridos, de esa inopinada química que todavía persiste entre las gentes de bien, como cantara Kazantzakis al decir, cuando lo dijo y por lo que lo dijo, soy amor de los pies a la cabeza. Ayer fui casi feliz, rocé el cielo con los dedos y follé como un chaval, que no es poco decir a las edades que calzo. Ayer me perdí una vez más en los ojos de mi amada y supe que seguía por allí, intacto, lo que siempre estuvo aunque a veces parezca perdido en los pliegues de la convivencia.

Hoy me siento satisfecho pese a haber pegado apenas medio ojo, con la satisfacción que da cumplir lo deseado, a la que cabe añadir la felicidad que une a la propia la ajena cuando proviene además del ser amado. En el aeropuerto, un gorrión del color del ripio de Serrat volaba de la puerta de embarque a la tele de salidas nacionales, anunciando con su áspero piar que llevábamos retraso, como siempre, mientras me vestía de nuevo tras haberme desnudado ante la guardia civil, pareja de hembras con más culo que celo, que ya es decir, ante las que casi me quedo en bolas porque otro gorrión, éste electrónico, piaba sin medida a mi paso como si quisiera llamar su atención ante mi evidente sex appeal.

Hoy va y se muere Fernán Gómez, harto supongo de revolcarse entre la mediocridad que tanto le afectaba, con un "a la mierda" más tonante que nunca, a la par que definitivo. Mi cultura llorará su ausencia mientras disfruta su herencia, valorando lo que puede llegar a ocurrir cuando viajan unidas, en la envoltura del talento, la inteligencia y la sensibilidad. Sea al fin feliz allá donde se halle.

¡Cómo coexiste el hoy con el ayer y el mañana!, ¿verdad?.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

"Ayer fui casi feliz, rocé el cielo con los desos y follé como un chaval"
Es una frase preciosa, casi lloro al leerla. Yo ayer, fui feliz. Y eso que no leí entrada alguna en mi blog favorito (ja, ja, ja) pero me reecontré con mi amor y me sentí super dichosa. ¡Que bonito es el 20-N! ¡qué de cosas tiene para celebrar!. Yo tb siento mucho la muerte de Fernán Gómez lo cual no quita para que el 20-N sea, que lo es, una de mis mejores fechas.

Luna Carmesi dijo...

Las palabras con las que has envuelto tu recurrente 'ayer' recalcado en negrita son hermosas. Positivismo para leer por la mañana e imaginar a la buena gente que construye nuestros dias.
Besos.

nata dijo...

y el hoy con el hoy mismo. un solo día puede dar para mucho y hay que saber disfrutar y estrujar lo bueno. me alegro por tí, "chaval".

un beso.

Anónimo dijo...

Yo, por estas fechas, conmemoro (que no celebro) otra efeméride: la del fallecimiento de ese luchador nato, hombre rudo y no siempre justo pero siempre honesto, que, a la contra incluso de su propio nombre, tan mala ventura tuvo en la vida.

Un abrazo, camarada Durruti. Y un trago a tu salud.

Una autentica lástima lo de Fernán Gómez.

Saludos,
Pedro de Paz

Más claro, agua dijo...

Yo creo que todo lo que hacemos, o intentamos hacer, tiene como objetivo poder algún día decir aquello de Neruda: "Confieso que he vivido".

FF-G lo podrá decir con mayúsculas y negrita ;-)

Browner...Seguro? dijo...

A mi tambien me ha impactado esa frase, genial.. ojala algun dia pudiera ponerla yo en mi boca.

Anónimo dijo...

Lo de follar a su amada lo dice en sentido figurado o literal?

Antonio Piera dijo...

¡Vaya coincidencia, shosho, su felicidad y la mía a la vez! Habrá que creer en la magia. Gracias por sus palabras y que viva el 20N.
Me encanta que las leas por la mañana, Luna, y que te acompañen en el día. Más que hermosas, sentidas. Así al menos me lo parece.
Que me llames chaval tu, nata, me pone como una amoto.
Ciertas las dos cosas, amigo Pedro. La primera, la de Buenaventura, me la recordó su libro. Bien traído.
Vuelves a dar en el clavo, Eduardo. Yo también lo confieso, pero lo de Fernán Gómez está a años luz. En su cara se llevó grabada buena parte de nuestra historia de las últimas décadas. A ver dónde nos miramos ahora. ¿A que sí, browner!
Grendel, con las cosas de follar no se hacen juegos florales. Más literal, imposible.