lunes, 21 de enero de 2008

políticos

Con los idus de marzo, ¡guárdate, oh César!, llegan otras generales. Se escuchan cada vez más próximos los clarines que anuncian los cinco minutos de gloria del populacho, esos cinco minutos invertidos voluntariamente (hasta que Fraga se salga con la suya y sea obligatorio) por gentes como tu y yo, trescientos segundos malgastados en seleccionar en manos de quién, o quiénes, depositamos los próximos cuatro años de poder a cambio de nuestro muy disciplinado y pagano silencio. Debo confesaros, antes de nada, que no me pone nada, pero nada cachondo, el hecho de perder esos jodidos cinco minutos, (y eso, si descontamos la cola), porque me parece injusto y poco proporcionado lo que obtengo a cambio de ellos, sin hablar de la paliza que se nos avecina.

Hablando en general, no me gustan casi ninguno de los políticos que nos representan. Y no me gustan por una conjunción de factores que pueden resumirse en dos: a) Porque no son profesionales, sino arribistas, y que conste que ni siquiera utilizo tal palabra como un insulto, sino como una definición. b) Porque servir al ciudadano suele estar ubicado, en su orden de prioridades, muy abajo de la tabla, justo antes de donde figura pagar la factura bimensual del agua.

En un breve espacio de tiempo he hablado sobre nuestros políticos con dos personas de muy diversa índole, y he coincidido con ellos en sus crueles constataciones. Me decía Cruz que para un político español tipo, la ubicación de sus aspiraciones personales en el entorno del propio partido, más exactamente en las cercanías del magma donde se reparten las cuotas de poder, es la máxima prioridad. Y punto pelota, añadía. Para Juan Pedro, un muy reciente y grato descubrimiento surgido en el devastado erial de mis relaciones profesionales, todos (o casi) carecen de cualquier tipo de contacto congruente con los problemas, inquietudes y aspiraciones del ciudadano pedestre. Añadiré yo, de mi coleto, que actuan como si vivieran en un mundo-ficción tan independiente de la realidad como El País lo fuera de la mañana, considerando a las personas que formamos esta sufrida sociedad exclusivamente como entes votantes. Los tres hemos coincidido, además, en un factor agravante, y este tan general que tiene mando en plaza. En España, y en el resto del mundo, con mayor o menor descaro, es la Economía la que hace la Política. Lo demás, zarandajas y agitar el árbol hasta que caiga la fruta.

Sé que se trata de afirmaciones arriesgadas, que algunos podrían tachar de generalizaciones injustas y hasta filofascistas, pero me da igual. No es así. Lo que duele que te cagas es tener que alcanzar estas conclusiones después de haber depositado en ellos tanta confianza durante tanto tiempo. No hablo de buenos ni malos, los maniqueísmos me la refanfinflan, que creo que se decía así, sino porque considero que se trata de una clase política que ha perdido el norte de su naturaleza y que vive por y para sí, endógena, obsesionada por su individualidad, trepa, aprovechada y definitivamente ajena a lo que a mí, al menos, me preocupa. Mires hacia donde mires, con todos los matices que queráis, que los hay e importantes, es lo mismo. Luchas intestinas y frontalidad entre barrios, los unos contra los otros y la casa por barrer. Ellos y yo tenemos ideas enfrentadas sobre el qué hacer, que decía Vladimiro, y sobre el cómo y el cuándo, el dónde, el porqué o el cuánto, ni os cuento.

Parafraseando a Serrat, entre esos tipos y yo hay algo personal. Y vosotros, estimados visitantes, ¿qué pensáis? Debatamos, si os place. Sé de antemano que mi postura es radical y peligrosa, así que, si así os parece, saquémosle entre todos punta al lápiz.

Nota. Ilustración debida al genio de Antonio Fraguas, Forges, que abunda en cierta crítica, ya de partida, a lo que aquí parece haber sido afirmado.

15 comentarios:

Más claro, agua dijo...

Con un sistema de listas abiertas evitaríamos, en gran parte, ese vergonzoso espectáculo de los políticos dándose de gorrazos por figurar como número dos en su lista.

En política hay de todo, como en botica: pero, sobre todo, alucinógenos ;-)

Anónimo dijo...

Bueno pues yo para empezar diré que no voto al que me gusta, sino al que me parece menos malo.

Browner...Seguro? dijo...

Pues yo estoy totalmente de acuerdo contigo, aunque me gustaría matizar que seguramente como en todos los sectores de la vida, alguno bueno habrá, seguramente mas a nivel local y que realmente quiera trabajar por su pueblo, a medida que van alcanzando cuota de poder se van olvidando de porque llegaron ahí, pero siendo que alguien tiene que gobernar esto yo siempre opto por lo menos malo y aun pensando que nadie realmente va a pensar mucho en mi, prefiero votar a unos que en un momento dado pueden estar mas por mis labores que por las de mi jefe, pongamos por ejemplo "pizarro"

Anónimo dijo...

Creo que el nivel de la clase política actual está en horas bajas, sobretodo comparándolo con otros momentos de nuestra Historia. Pero ese es un problema que, no votando, sólo se puede agrandar o cuando menos, mantener.
En los libros de Historia consta que, como Forges y tú habéis señalado de otras formas, el discurso de "todos son iguales: unos ladrones", desemboca en actitudes fascistas tipo "cuando llegue yo, tranquilos que no robaré". Por supuesto que no robará: todo será suyo.
Por último, tengo una mala noticia: te tengo que decir, y no te asustes, que con tu artículo he descubierto una idea en común entre Fraga y yo. ¿Adivinas?

Saludos y que vaya bien

DeRedes dijo...

Mira el jodio del David, con sus diezyalgunos años hablando de los tiempos pasados! este chaval se ve que está enterado y sobre todo informado.
D. Antonio, lo que usted manifiesta me resulta muy familiar. Esa forma de pensar, suya y de sus amigos, me es conocida, pero personalmente superada (quítele a esta expresión el posible aire prepotente).
En una etapa de mi vida (somos de la misma quinta, usted y yo) me vi inmerso en una situación laboral y personal muy jodida, le sonará la "reconversión naval" en Galicia (1978 hasta nuestros días), y fue el partido actualmente en el gobierno el que metió mano al tema, que se venía enquistando de años anteriores. Yo se la juré y se lo tuve en cuenta en sucesivas elecciones... Pero un día me encontré con que gobernaba el PP con Ansar al frente y vi lo que hacía la derecha por los trabajadores, con su España va bien, vi lo del Prestige aquí en Galicia, con lo de mandarlo al quinto pino y los hilillos de plastilina de Rajoy y lo del Yakolev y la "gestión" de los muertos que estorbaban, lo que trataron de colarnos después del 11 M y en los casi cuatro años sucesivos buscando los autores intelectuales que no les interesó buscar para lo del Yakolev, ahí si era facil encontrarlos, y lo de las Azores y lo de Irak y lo de.... y llegué a la conclusión de que "NUNCA MAIS"
volvería a gobernar esa gente si de mi depende.
Que conste en acta que nunca voté PP, si bien me abstuve erradamente (casi herradamente) en aquellos momentos.
Por eso ahora defiendo que hay que votar siempre y si además eres asalariado no te corresponde votar a la derecha, ¿o no es así?.

PD. Me tomo ciertas confianzas, si me lo seguís permitiendo, porque me asomo a diario a la ventana de vuestros blogues, aunque no entre.

Anónimo dijo...

El "jodío" David con sus pocos años ya tiene la madurez de un "Gran Wyoming" escribe de puta madre, me gusta su estilo (estoy cerca de los 60), o yo me he quedado en los 16, mentalmente, o David ha envejecido demasiado de prisa y ya piensa como los "artistas" que creen que se van a jubilar gracias al canon. David no te "mataremos" ya que, aún yendo en contra de tus convicciones (actuales según tú mismo), nos diriges a unas fuentes de información que a mi me han resultado muy valiosas. Tus enlaces http://blogs.publico.es/asuntosycuestiones/68/defender-el-canon-un-suicidio-social/ http://blogs.publico.es/asuntosycuestiones/70/defender-el-canon-2/ me han confirmado en mis convicciones, así como al G.W. le ha resbalado el inmeso chaparrón que ha desatado incluso en sus incondicionales.
Qué ¿por qué digo esto aquí en el blog de mi amigo Antonio?, bueno no sé si él me considera amigo después de treinta y tantos años de haber trabajado juntos, y no haber vuelto a vernos hasta el 2005.
Lo digo aquí porque hace poco le tiré un guante a Toñito sobre el tema del canon y no lo recogió. Y ¿qué tiene que ver el canon con tema de las elecciones?. Pues para mi bastante, es algo así como el crisol donde se concentran las "corrientes socio-políticas" maduras y un poco podridas quizás y las emergentes sostenidas por la juventud, ¡qué casualidad!, la historia... erre que erre, siempre la juventud mientras lo es. Y es que el tema, que no quiero que se interprete como lo único que me interesa, me ha hecho perder la “ilusión” por votar, hasta Llamazares ha apoyado el canon, por favor, ¿a quién voto yo ahora?.

Anónimo dijo...

Por alusiones, os agradezco a deredes y a xan "el gallego" el piropeo. Ningún sitio mejor para hablar de lo que sea que el blog de Antonio, xan.
Repito que os doy las gracias pero Wyoming es demasiado. No merezco tanto halago, de verdad.

Saludos

Juan Carlos Latxaga dijo...

La época de los dirigentes políticos con liderazgo y ascendiente sobre las masas se ha acabado. Ahora, quedan políticos burócratas salidos de las juventudes de sus partidos. Apenas conocen la "vida civil" y no tienen más conocimientos que los que han adquirido en la universidad y los que mitin tras mitin, charla tras charla, han metabolizado de los antiguos líderes.
Lo de arriba no es mío, es de Unai Ziarreta, el secretario general de EA, la escisión del PNV, en una entrevista radiofónica. Creo que el autorretrato queda bastante convincente.
Por cierto, un saludo a todos porque soy nuevo aquí opinando, aunque ya llevo un tiempo leyendo este blog

Luna Carmesi dijo...

¿Por qué tanto temor a las listas abiertas? Les costaria mas ganar un escaño a los mediocres???

Anónimo dijo...

Estimado Antonio:

Lo prometido es deuda y me acerco a tu espacio, con la curiosidad y el respeto que tu persona me merecen.

Te diré que los políticos actuales, son fiel reflejo de la sociedad a la que representan. Superficiales, materialistas y poco dados a la discusión intelectual y a utilizar la oratoria como vehículo para exponer sus ideas.

Yo como tantos otro de mi generación, aborrecimos de los políticos con la traición del PSOE durante la legislatura del 82.

Estoy de acuerdo con los que comentan que algo mejoraría si hubiera listas abiertas.

Saludos

Antonio Piera dijo...

Me halaga que consideréis esta vuestra casa un buen lugar para charlar de forma distendida. Hay quien aboga por las listas abiertas. Estoy de acuerdo, pero solo a medias. Algunos, incluso, que pretenden que votar sea obligatorio. Discrepo plenamente. Para Xan, viejo amigo, la clave está en la postura frente al canon. Estoy totalmente contra el canon, aunque no recogiera su guante. Tiempo habrá. Lo que pasa es que me importa más lo que va a pasar con Internet cuando le pongan rejas, y de eso el canon es apenas un pálido inicio.
Vale, lisas abiertas. Pero..., y los mensajes? Es decir, ¿quién tiene algo diferente que comprometer? ¿Quién puede realizar lo que prometa, sea lo que sea, si se sale de las normas diseñadas e impuestas por el poder económico? ¿Creéis de verdad que una subida suficiente del salario mínimo sería posible? ¿Lo sería la automatización de esa subida en +2 puntos al coste anual de la vida? ¿Se lo permitirían a cualquier gobierno? Me pasa que rechazo al PP incluso por estética pura, pero no advierto realismo en las contrapropuestas, ni demasiada diferencia entre las políticas económicas de los partidos grandes.
Bienvenidos los nuevos. Hola, José Luis: yo tampoco les perdoné que tiraran a la basura nuestro aluvión de votos destinados al cambio de verdad.
Bien traída la cita, Juan Carlos. Son funcionarios, pero no son mas que profesionales en tanto que viven de ello desde siempre, pero no lo son en tanto en cuanto no se han preparado correctamente para ser políticos, sino para, insisto, vivir de la política.
Tengo que mirar lo de Wyoming y nuestro David, a ver si me cosco de lo que habláis.
Nunca mais, deredes, tienes razón.
Odio los mítines, me asquean. ¿Iríais a escuchar a quien os vendió unos pantalones para que os cuente lo buenos que eran? ¿No somos adultos como para saber si han resultado de calidad o encogieron con el primer lavado? ¿No somos adultos como para comprender sin más las ofertas que nos quieren vender los aspirantes?
¿Tanta pasta sobra en este país?

Anónimo dijo...

Yo creo que debería ser obligatorio que los partidos políticos mandaran a todos los que constan en el censo electoral sus programas para las elecciones. Que lo que se prometa en estos programas fuera de obligatorio cumplimiento. Y que en caso de no cumplir con el programa, les fuera de todo punto imposible, volverse a presentar a cualesquiera otras elecciones.

Saludos

Anónimo dijo...

Pues como saque usted a la palestra el tema del canon, la vamos a liar y gorda. Porque yo soy de los que están a favor.

A ver por donde sale esto, pues.

Abrazos,
Pedro de Paz

Antonio Piera dijo...

José Luis, no me parece mala idea para un país de ciencia-ficción.
Ataque, don Pedro, ataque. Por mi parte, la presunción de delincuencia que se esconde detrás del famoso canon me abre las carnes. Lo malo de la libertad es que exista, pero sus consecuencias suelen ser que hay que demostrar los delitos, y no ganar dinero con la posibilidad de que se cometan.

Anónimo dijo...

El problema, D. Antonio, es que del canon, como de muchas otras cosas, se habla desde el desconocimiento presumiendo incluso que en ocasiones no se haga de mala fe. Ese ataque contra la presunción de inocencia que usted menciona no es tal por mucho que tres exaltados se hayan empeñado en propalar la idea de que nos castigan con antelación por si pecamos (sic).

El Canon por Copia Privada es una forma de contraprestación legítima destinada al autor para compensarle por el uso del derecho (licito, legitimo y recogido por la Ley de Propiedad Intelectual) a la copia privada para uso propio de cualquier bien de caracter intelectual, derecho al que todo el mundo puede y debe tener acceso. Según dicha ley en su artículos 14.1 y 17, el autor SIEMPRE alberga el derecho a determinar si su obra ha de ser divulgada y en qué forma a excepción del concepto de copia privada sobre el que el autor no tiene potestad alguna. Para compensar esa merma en el derecho del autor, se crea el canon por copia privada. Por lo tanto, ni pirateria supuesta ni presunción de inocencia vulnerada ni delito anticipado ni gaitas. Sólo ganas de mezclar las churras con las merinas.

Otra cuestión es: ¿qué es exactamente la copia privada y dónde se encuentran los límites del ejercicio de ese derecho lícito? Ese si que sería un debate que daria mucho de sí pero me temo que el Canon propiamente dicho, correctamente entendido en su concepto, no tiene más vuelta de hoja: al usuario se le concede por ley un derecho, mermando con ello los del propio autor por lo que, en justa lid, a éste se le compensa de alguna manera, es decir, el canon.

Abrazos,
Pedro de Paz