jueves, 18 de septiembre de 2008

al desnudo

Otra de las cosas buenas que tiene Internet es que se convierte cada vez más en el espejo de todas las miserias de que adolece el ser humano, fundamentalmente debido a la extraña credibilidad que recibe precisamente un medio en que la mentira es lugar común y por culpa también de esa auténtica serpiente de verano que es el anonimato en la red. Cualquiera con dos dedos de frente y los mínimos conocimientos sabe que en la red se camina como los caracoles, dejando tras de sí la baba que garantiza que el que quiera y sepa puede seguir tus pasos con solo proponérselo. Pero da igual. En el país de tirar la piedra y esconder la mano Internet ha sido recibida y está siendo cada vez más usada como la panacea universal. Los muchos cobardes que en este sitio son se escudan en ese supuesto anonimato para largar las mayores ofensas e injurias sobre cualquiera que les apetezca y para torpedear iniciativas, escupir al cielo o hacer gala pública de rijosidades que escandalizarían a un camionero. Mucha gente tiene demasiado tiempo y lo utiliza en darse coba a los bajos instintos, masturbarse con la desgracia ajena o para levantar auténticos monumentos al mal gusto y a la moral de las almejas. Así han nacido los llamados trolls (por aquí se pasa más de uno), antes reventadores y los insidiosos profesionales que publican sin parar opiniones en todos los foros y campos abiertos, cada uno exudando más envidia y menos criterio que el anterior, entre otras figuras ya clásicas de la ventana cotilla en que se ha convertido la pantalla del ordenador. En este link podréis encontrar a una fulanita que aprovecha sus cinco minutos de gloria para subastar al mejor postor su supuesta virginidad (imagino que le habrá borrado el sello del matadero, que decía el viejo chiste). Es conocida la historia de un fulano que pretendía vender a su mujer por seis mil euros, la vendí porque era mía que diría el tango, por no hablar de hechos como la costumbre de colgar de la red grabaciones de palizas y de concursos de matar animales con ventaja, cuando no de asesinar y quemar mendigos o las no menos reiteradas de subastar en e-Bay un riñón, un ojo o la propia vida o retocar con Photoshop fotografías de famosos para atribuirles cualquier barbaridad u opción sexual que se les pase por la cabeza.

Lo bueno que tiene Internet, si te fijas bien, es que en su espejo deformante se puede ver también que hay casi mil millones de personas en el mundo que están, ahora mismo, retorciéndose de hambre y a punto de morir por ello mientras estos innumerables descerebrados hacen patética gala de las porquerías que anidan en su cerebro. Lo cual habla a su manera de la naturaleza del género humano. Menos mal que hoy me he levantado optimista...

Nota.- En la ilustración pueden apreciarse las virtudes del Photoshop para la propaganda política (antes y después de pasar por el retoque).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En internet hay muchas mentiras, como la supuesta virginidad de la maciza.
En internet hay porno, violencia y cosas muy desagradables, puesta ahí para el que las busca (allá él) y , a veces, para el que las encuentra.
También hay cosas buenas, como ésta, como la comunicación instantánea. Pero este tema, el de lo instantáneo, es un arma de doble filo, porque lo inmediato, como el móvil, impide que se dé un tiempo de espera (antes llamábamos a una casa y, si no había nadie, nos aguantábamos y llamábamos mas tarde. Ahora, si no contestas de inmediato, te cae una bronca por tener el teléfono cerrado). Y esperar, aprender a esperar nos templa el espíritu, n os estructura y nos yhace más reflexivos -ahora todo está orientado a la acción-
Y otro problema de internet es que informa, pero no forma. Los alumnos hacen los trabajos buscando en internet material sin contrastar, cortan y pegan y no elaboran nada.
El placer de ir a una biblioteca, buscar, pasar las páginas de los libros, tomar notas...es un placer casi desconocido.

Sé que me he ido del tema, pero es que la red da para muchas reflexiones.
Un saludo

Anónimo dijo...

Internet es como todo: tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Hay "fulanos", como dices, que abusan de lo que sea, y hay quien se lo toma en serio, como es tu caso.
Muchas de las mentiras acerca de política y de espectáculos vienen de cierto sitio, que es una especie de mafia de la información, cuyo apellido es "digital", dirigido por un mal alumno de Labordeta (no sé si me explico). A veces no son mentiras, sino hechos casi-olvidados de los que les gusta hacer sangre: la canción a Franco de un pimpollín asturiano actualmente conocido como Víctor Manuel, el supuesto falangismo de Jarcha... ¡Cosas y casos! Ni caso.