hartura
Joder, qué harto estoy de casi todo. Harto de clamar en el desierto; aburrido de este país de sangrante opereta; hastiado del Banco Mundial, el club Bilderberg, la Trilateral, los especuladores, los paraísos fiscales y la madre que les parió, que rigen desde el dinero las políticas económicas de los gobiernos; hasta los mismísimos de que los 10 millones de ricos que hay en el mundo ostenten riquezas en propiedad de más de 39 billones de dólares; de que el PSOE esté haciendo el trabajo sucio para que se mantengan los privilegios de los 143.000 supermillonarios españoles a costa de anular las conquistas arrancadas por los trabajadores a las patronales tras décadas de lucha obrera; cansado de que esta aviesa Ley Electoral siga impidiendo que en el Parlamento exista una representación realmente proporcional del espectro político español; repleto de que me pasen por los morros día sí y día también los hipotéticos beneficios de una monarquía innecesaria, obsoleta, cara e ilegal, heredada del franquismo; sobrado de que no se aplique la cacareada Ley de Partidos ni al PP ni a grupúsculos residuales como la Falange por no condenar expresamente los sangrientos crímenes de la dictadura de Franco tras su levantamiento armado contra la República; ahíto de las componendas y sucias maniobras de la injustamente llamada Justicia representada por el Tribunal Supremo y sus intervenciones revanchistas y teledirigidas; atiborrado del trágala informativo de los telediarios de cada día; empachado de nacionalismos trasnochados empezando por el español y pasando por el catalán, el vasco, el gallego y el gentilicio de las Islas Bermudas cuando el mundo apunta claramente hacia la disolución de las fronteras, fatigado de que nada de lo que se diga parezca servir de algo, fastidiado porque el arte, la literatura y la cultura en general no tomen sobre sus hombros la tarea de abrir los ojos de una sociedad que se tambalea; jodido cada vez que escucho proclamar las palabras libertad, justicia o democracia en boca de sus auténticos enemigos; empalagado de tantas escusas y razonamientos interesados y bien pagados que pretenden excusar lo inexcusable y defender lo indefendible hecho polvo ante la ausencia de perspectivas razonables de vida y felicidad de nuestros jóvenes y niños; lleno de tanta indignación como impotencia, de tanto pesimismo como recóndita esperanza; hundido cuando pienso que se podrían quemar todos los libros de mi biblioteca y no pasaría nada; pero, sobre todo, estoy profunda e íntegramente harto de que las palabras no sean arietes, sino solo eso, aire modulado, letras amontonadas, tan solo palabras.
Será que hoy ha amanecido cubierto por aquí.
6 comentarios:
Veo tu jartazgo y subo con el mío, junto a mi desprecio, hacia los intelectuales e intelectualoides, resquicios del más rancio y protoascista elitismo intelectual, que se reúnen en torno a los medios de comunic... manipulación aullando cual hienas en celo.
Mi "hartura" va más allá de Falange: también hacía quien olvida lo que la Transición singificó: olvido y perdón. Tanto para fascistas como comunistas.
es vd. genial, caballero. y traduce muy bien en aire modulado lo que sentimos algunos. arta!
Pues yo soy feliz, mi familia, amigos, estoy sano(creo),hace un dia precioso, el curro va, el portalillo de belen va cogiendo color,y creo que somos demasiado exigentes,estar por aqui ya es suficiente. Ademas ayer por la tarde, en la playita, sentadido en la arena, con grata compañia y charlando sobre la vida y el libro de Felipe Benitez, no podia pedir mas, asi que valor y cohones !!!!!!alegria que son dos dias!!!
S.I.
Eso habría que hablarlo, Adrián, que una cosa es la guerra civil y otra los crímenes planificados de la dictadura.
Gracias, S.I., por tu llamamiento a la cordura. Yo tb disfruto con las cosas pequeñas. Es que, cuando me pongo...
Yo estoy entre medio "de un tipo de política me ha tocado vivir", "en medio de nuevas tecnologías" y en medio de no se qué...
... cuando lo tenga claro estaré más harta o más satisfecha.
Saludos y encantada.
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