una lágrima fría

Una lágrima fría, helada, asoma por mi lagrimal derecho y se
desliza despacio, muy lentamente, mejilla abajo. Me sorprende, me inquieta y me
abruma, aunque, sobre todo, me asusta. ¿Qué pinta ahí esa lágrima, heladora
como aquellas angulas de Trebujena que me descubrieron amigos nuevos de esta
sorprendente tierra andaluza y que me enseñaba el hijo del Litri en el frasco
donde las acababa de guardar antes de darle el acomodo gastronómico definitivo,
orgulloso el buen hombre de su recolección y de su oferta?
¿Cuál es su papel? ¿A qué se debe su nacimiento y aparición?
¿Por qué narices está tan fría? ¿Qué significa?
Hasta donde mi conocimiento alcanza, no se llora porque sí.
Y digo llorar porque ya son muchas las lágrimas que asoman y siguen idéntico
camino que esta hermana que os escribo. ¿Lloro de pena silenciosa e ignorada?
¿Tan estúpido estoy siendo que siento secreta pena de mi enferma condición y os
lo cuento a lagrimazos? ¿Será que me
duele España?
No, si acabará siendo eso. O acabaré creyéndomelo, que es lo
mismo para el caso. Mi cuerpo, definitivamente libre de ataduras y, por lo
tanto, capaz de expresarse a su manera, habrá elegido el camino para expresar así
su descontento y malestar general, lo que no deja de ser original, aunque me
sorprenda.
También es posible que mi lágrima fría contenga y desvele
otro mensaje concretísimo que me provoca la gran mentira generalizada que se ha
apoderado de España, esta enorme traición al conjunto de los que habitan e
intentan sobrevivir sobre esta tierra que adoro perpetrada por los amos de la
economía gracias al sucio trabajo colaborador de los partidos políticos tanto
en el poder como desde buena parte de la oposición.
Un frío y líquido mensaje de VERGÚENZA y ASCO
1 comentario:
Comparto tu orgullo y enminismamiento.
Lo curioso son las lágrimas calentitas que juguetean por mi rostro al ver que por fin, algo te cae por lado derecho.
Besos soñados
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