viernes, 16 de agosto de 2013

una lágrima fría

A veces, cuando estoy reposando en vanos intentos de no hacer nada, me refugio en mí mismo (ignoro si se puede decir me enminismo y no tengo ganas de investigarlo) y me quedo como in albis, abobao, no me avergüenza reconocerlo. Suele ser justo entonces. Me puede ocurrir viajando, en el sillón de preferencia que he instalado en casa y que se pone horizontal a mis deseos o en cualquier lugar o momento. Simplemente, sucede.

Una lágrima fría, helada, asoma por mi lagrimal derecho y se desliza despacio, muy lentamente, mejilla abajo. Me sorprende, me inquieta y me abruma, aunque, sobre todo, me asusta. ¿Qué pinta ahí esa lágrima, heladora como aquellas angulas de Trebujena que me descubrieron amigos nuevos de esta sorprendente tierra andaluza y que me enseñaba el hijo del Litri en el frasco donde las acababa de guardar antes de darle el acomodo gastronómico definitivo, orgulloso el buen hombre de su recolección y de su oferta?

¿Cuál es su papel? ¿A qué se debe su nacimiento y aparición? ¿Por qué narices está tan fría? ¿Qué significa?

Hasta donde mi conocimiento alcanza, no se llora porque sí. Y digo llorar porque ya son muchas las lágrimas que asoman y siguen idéntico camino que esta hermana que os escribo. ¿Lloro de pena silenciosa e ignorada? ¿Tan estúpido estoy siendo que siento secreta pena de mi enferma condición y os lo cuento a lagrimazos? ¿Será que me duele España?

No, si acabará siendo eso. O acabaré creyéndomelo, que es lo mismo para el caso. Mi cuerpo, definitivamente libre de ataduras y, por lo tanto, capaz de expresarse a su manera, habrá elegido el camino para expresar así su descontento y malestar general, lo que no deja de ser original, aunque me sorprenda.

También es posible que mi lágrima fría contenga y desvele otro mensaje concretísimo que me provoca la gran mentira generalizada que se ha apoderado de España, esta enorme traición al conjunto de los que habitan e intentan sobrevivir sobre esta tierra que adoro perpetrada por los amos de la economía gracias al sucio trabajo colaborador de los partidos políticos tanto en el poder como desde buena parte de la oposición.


Un frío y líquido mensaje de VERGÚENZA y ASCO

1 comentario:

Anónimo dijo...

Comparto tu orgullo y enminismamiento.
Lo curioso son las lágrimas calentitas que juguetean por mi rostro al ver que por fin, algo te cae por lado derecho.
Besos soñados