jueves, 13 de junio de 2013

verano de poniente

Me dicen las que entienden de vientos (que aquí, en Rota, sois legión las personas expertas en mirar los cielos y prever lo que darán quienes se supone que saben, pueblo de meteorólogos medio frustrados), que el próximo será un verano de poniente, de esos fresquitos y morigerados que gustan tan poco al turisteo y tanto, con perdón, al autóctono con achaques. Malas noticias para los hosteleros, me temo, que deberán buscarse de nuevo la vida retorciendo su ingenio un par de grados más.

Ignoro si tales predicciones son consideradas por el equipo de gobierno de nuestro Ayuntamiento mientras prepara su habitual y próximo pavoneo mediático y fotográfico entre banderas azules hábilmente negociadas y obtenidas a ciegas o si habrán sido valoradas y asumidas por ciudadanos ecologistas cargados de razones para enarbolar banderas negras a la nefasta gestión de nuestro mar, playas y costas convertidos en vertederos o depósitos de basura.

Probablemente no sea para ellos de capital importancia, y me temo que, al final, tampoco para los de a pie, ahora que la verdadera amenaza que contiene y desarrolla esa nueva legislación costera que se cierne sobre los seres humanos nos sitúa al borde de un futuro inmediato en el que la playa se llena de chiringuitos, los chiringuitos se hacen fijos para todo el año y de inmediato se convierten en permanentes focos de contaminación litoral por obra y gracia de un Rajoy que hace lo que le viene en gana como si no le hubiesen informado o no estuviese al tanto de que realmente no es él quien manda aquí, sino que está puesto en su puesto por una cadena de mando -poder financiero internacional/Club Bildenberg y similares/Partido Popular- al que estas veleidades para congraciarse con los poderes locales les traen al fresco.


Por cosas como éstas tiene, en un grito, Rajoy al señorito.

1 comentario:

EMILIA dijo...

ANTONIO, COMO SIEMPRE INCONMENSURABLE.