de precios exageraos

Diez euros. ¿DIEZ euros? No me lo puedo creer. ¿Les has
dicho que eran para el vecino Antonio, el de siempre? ¿Seguro que el que te ha cobrao sabía que eran papas? Al que nos
hizo el favor de bajar a hacer el mandao
se le subían y bajaban los colores. “Quillo, que no es por ti, es que no me lo
puedo creer”, tuvimos que rebajar el tono no se fuera a mosquear la criatura.
¡¡Diez eurazos por plato y medio de papas!! ¡Casi mil setecientas de las viejas
pesetas!
Me lo fueron contando. Y
yo, que estoy amagado en casita más todavía que en años pasados, tan al
margen de las peculiaridades que vive mi pueblo en julio y en agosto, pues no
me entero. “A 1,40 euros hora el mínimo, Antonio”. ¿La zona azul de Virgen del Mar?, me escandalizo. “Te lo
juro por Arturo, jefe”, me responde una amiga escandalizada (y empeñada, además, en que todavía mando
algo en alguien), palabrita del niño Jesús”.
“Pues ni te cuento las cañas en cualquier rincón del pueblo,
tronco”, apostilla Juan, que estaba calladito en su rincón hasta ese instante.
Ahí comenzó la debacle. Todos hablando a la vez. Todos, y eran unos cuantos mis
visitadores, aportando un ejemplo tras otro.
Precios de verano. De verdad, ¿es la única manera?
2 comentarios:
yo también me "escandalizo" del coste de la vida en Rota,no solo en restaurantes,chiringuitos,etc,etc, también en pequeños comercios donde los precios son abusivos en productos de primera necesidad.Y hago esta pregunta¿así incentivan que se compre en Rota? y muchas tienda aún no ponen los precios al público.
Pues no sé si será también por el verano, pero a mí por un billete de bus interurbano Madrid-Arganda me soplaron la friolera de 3.60
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