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miércoles, 9 de mayo de 2007

Da Vinci en la Red

Acabo de leer en 20 minutos una noticia que me parece podría interesaros. Desde ahora mismo, aunque se inaugura el sábado que viene, pueden consultarse y estudiar en Internet más de 6.000 manuscritos y dibujos de Leonardo Da Vinci (1452-1519), en alta definición y con traducción al italiano moderno de los textos que acompañan a sus dibujos. El programa, que es una maravilla, aunque haya que registrarse (gratis) para acceder a él y sólo se pueda consultar en italiano, se debe a una feliz iniciativa de la Biblioteca Leonardiana de Pisa, que aspira además a digitalizar y ofrecer al completo los manuscritos de la historia de la ciencia y la técnica del Medievo y el Renacimiento.
Pueden estudiarse al completo los códices de Madrid (I y II), así como el Códice Atlántico que se conserva en el Museo Ambrosiano de Milan. Este archivo digital contiene, además, un glosario y un índice semántico utilísimo para estudiosos de la muy particular manera de expresarse que tenía el genio renacentista.
Lo que no he conseguido, todavía, es averiguar cómo pueden bajarse imágenes de este programa, si es que está permitido hacerlo, aunque no pierdo la esperanza.
Por cierto, y aunque no venga al caso, recordadme que os cuente cómo en el archidenostado Código Da Vinci se encuentran los orígenes de la oleada de apofenia y magufería que luego nos invadió.
Termino con una cita escéptica, a modo de corolario traído por los pelos. La diferencia entre el genio y la estupidez es que el genio tiene límites. Albert Einstein.

jueves, 3 de mayo de 2007

apofenia, la enfermedad de los conspiranoicos

Lo tenemos claro. Pensábamos que las divagaciones conspiranoicas de gentes como Jiménez Losantos, Alcaraz, Pedro J Ramírez, Aznar, Vidal, Rajoy, Acebes, Zaplana y los demás (aunque algunos hagan ahora como si no hubieran roto un plato en su vida) eran fruto de su fervor de oposición o de su propia mala uva. Mas…, ¡hete aquí que no! Lo que les pasa, a los pobres, es que no están buenos. Simplemente, están enfermos.

Entendemos por conspiranoia la teoría que afirma que los atentados del 11-M fueron cometidos por ETA, conchabada con unos moritos emuladores de las acciones de Al-Qaeda y con el Partido Socialista Obrero Español, con la finalidad de que éste último accediera al poder. Para defender tal teoría, se han extraído conclusiones de una casete de la Orquesta Mondragón, alguna mochila desperdigada, una Kangoo, una nota con dos nombres, un informe que no se puede mostrar, un pantalón del revés, algo que uno dice que uno dijo…, vamos, de elementos incongruentes de este jaez.

Pues resulta que tal forma de proceder tiene un nombre. Se llama apofenia, αποφένια en griego. Consiste en ver patrones y/o conexiones en sucesos aleatorios o en datos sin sentido. En psicología, es una tendencia psíquica (innata al ser humano aunque agudizada en la psicosis), a percibir un sentido, relacionado con la distorsión de la realidad, en estímulos azarosos. La apofenia es grave si se manifiesta, como en los casos de esquizofrenia paranoica, cuando el paciente ve patrones siniestros donde no hay ninguno. ¿Os suena?
Es como cuando piensas en alguien y suena el teléfono y es ese alguien. Si eres apofénico, podrías creer que ha sonado porque estabas pensando en esa persona. En estadística, sería un "error de tipo 1", tipificado como ver patrones donde no los hay.
El término apofenia fue acuñado en 1959 por Klaus Conrad, quien lo definió como “visión sin motivos de conexiones” acompañada de “experiencias concretas de dar sentido anormalmente a lo que no lo tiene”.
Así que no les guardéis rencor. ¡Pobrecitos! Es que están malitos.