miércoles, 15 de abril de 2009

ética contra Ministerio

Parece que está siendo una constante de la actualidad política que el presidente Zapatero elija para encabezar los Ministerios del Gobierno de esta nación nuestra a presuntos implicados. Sin ánimo de globalizar y sólo a modo de ejemplo, me refiero hoy a los nombramientos de Cristina Garmendia en Ciencia e Innovación y al reciente de Ángeles González-Sinde para Cultura. Ambas dos comparten una trayectoria empresarial específica interrumpida el día en que el cartero motorizado llamó a su puerta. En los dos casos, cabe suponer que ambas reanudarán esta trayectoria en la empresa privada tras el paréntesis de mandamases en el que se encuentran ahora y esto es lo que me da pie para plantear la cuestión que figura en el título de esta entrada.

Se podrá argumentar, desde luego, que es buena cosa que cada departamento esté dirigido por un conocedor de la materia específica que atiende. Yo opino que no es así por innecesario, aunque entendería este argumento si no fuera porque implica otro género de fisuras que pueden ser peores que la relativa ignorancia de los contenidos que les son propios. A mí me parece que cada Ministerio debe regirse conforme a principios políticos e ideológicos, más que estrictamente técnicos, y que se debe obrar en ellos con la eficacia como obsesión y la precisión, la contención en el gasto, el equilibrio y el avance hacia los objetivos como elementos inspiradores de su metodología. El Ministro o la Ministra son, en esta democracia que tenemos, el brazo ejecutor de la política del Presidente en cada campo, siendo éste, a su vez, supuestamente, quien aplica la política del Partido al que pertenece. Todos ellos, claro está, al servicio de los ciudadanos que les votaron para que cumplieran los compromisos contenidos en su oferta electoral, en concreto, y ese otro tipo de compromisos morales adjuntos a las siglas, colores y banderas de cada uno, una política progresista en el caso de unos o conservadora en otros.

Por lo tanto, para ese viaje solo serían necesarias alforjas de buenos gestores, gente con las ideas claras, los objetivos concretos y los asesores necesarios, cual es el caso de la Chacón en Defensa o el más reciente de Salgado en Economía, por seguir de ministras. Lo demás, la excesiva especialización en la materia, me parece un engorro que es aconsejable evitar.

Todo Ministro ha de tomar continuamente decisiones en el terreno de su jurisdicción, promoverlas, concretarlas, firmarlas y conseguir que sean decretadas. Si eres del oficio, no podrás evitar conocer de primera mano y después valorar a ciencia cierta en qué o en cuánto estas decisiones que tu mismo debes tomar favorecerán o no tu futura trayectoria empresarial. Es evidente. Que las saques adelante, las promuevas, te las inventes o las rechaces si te peta es igual porque el conocimiento exhaustivo de las interioridades de cada disposición te colocarán siempre en situación de privilegio para posteriormente aprovecharlas en beneficio de tu gestión particular cuando vuelvas a ser de a pie. ¿O vamos a creer de golpe ahora en la esquizofrenia ministerial?

Al margen de que nos parezca posible o imposible que sean a la vez juez y parte escrupulosamente objetivas en cada cuestión, es innegable que a las Ministras especialistas de este cuento se les plantearán sin duda por esta causa problemas añadidos (impensables para cualquier otro "no-especialista") susceptibles de nublar su objetividad a la hora de tomar decisiones, me es lo mismo si las toman, finalmente, a favor o en contra, si las potencian o las paralizan.

Cualquier Ministro establecerá por su cargo cientos de relaciones con empresas y dirigentes del sector en que trabaja. A unos para consultarles, a otros para favorecerles, a otros para... Si éste sector coincide con el profesional, es absolutamente congruente que dichos "conocimientos" sean posteriormente puestos al servicio del empresario que seguirán siendo cuando cuelguen la cartera. Por no presuponer lo que una mente rebuscada podría elaborar para que lo plantado hoy obtenga sus efectos a largo plazo.

Todo empresario, antes de ser Ministro, tiene además una trayectoria profesional que se demuestra en sus gestiones, opiniones y manifestaciones públicas. Cuando alguien así es nombrado a encabezar su sector no cabe pensar que deja de existir su pasado, ni que carece de importancia su trayectoria previa. Nadie como Ministro va a hacer en su puesto lo contrario de aquello por lo que lleva peleando años sin entrar en conflicto y salir por la tangente de la dimisión, ergo si no sale por ella es porque sigue aplicando desde su cargo público las mismas premisas que cuando era un civil cualquiera, salvo que tenga tragaderas de ballena y moral de almeja.

...

Que dice la Sinde que "los internautas no tienen que preocuparse o tener miedo", porque internet es "imparable". Ya te digo.

Además, no duele nada, le dijo el lobo a la oveja...

pie de foto al modo del que se fue.- adiós saliente silente, hola reciente sin demora, dijo este paciente intransigente, ¡que sea en buena hora!

2 comentarios:

Lúzbel Guerrero dijo...

¡PLÍÑ!, inaugurando los comentarios (espero)
¿Tiene algo que ver MAESE PIERA esta entrada con el famoso: "piensa ml y acertarás?
De no ser así, quiero dejar constancia de mis sospechas al respecto
Cada vez que oigo a alguien duplicar los géneros, estoy convencido que ha sido elegido más por su mansedumbre que por sus capacidades; estaré atento al discurso de madame Sinde; en cuanto hable de las "miembras", le pondré mi carimbo de acólita sin más, de momento le doy mi aprobación en el sentido de lo que mencionó como su peor defecto y mejor virtud simultáneamente:
Eludir el enfrentamiento
Un ministro debe gobernar para todos, y yo le deseo que lo consiga
me gustan sus "analis" MAESE

Antonio Piera dijo...

Gracias por su opinión, aunque tenga cuidado, amigo Lúzbel, con la especie de esquizofrenia que le afecta al saltar de una a otra de sus bien compuestas personalidades.
Que le vayan bien esos quehaceres que tanta vitalidad le están aportando. Sospecho que ha resuelto usted por fin las "limitaciones" tecnológicas que nos privaban de la deseada frecuencia de sus visitas. Si es así, me alegro.