martes, 22 de mayo de 2012

Postre roteño

Cada semana escribo, en el único periódico de papel que se vende en Rota, una breve columna, de nombre genérico LA TERRAZA. Hoy he caído en la cuenta de que no queda recuerdo de ella en ninguna parte de la red, de modo que, para evitarlo, se me ha ocurrido colgarla aquí cada viernes, que es cuando el ROTA INFORMACIÓN sale a la calle. Hoy, como no es viernes, pues voy a colgar la de la semana pasada. Cualquier otro día meteré las cinco anteriores, desde que comencé esta aventura. Pero, así, ya rompo el fuego. Espero que no os parezcan demasiado locales.






A las puertas del verano, que suele traer por estos pagos la tan necesaria inyección de dineros y recursos para todo el año a costa del visitante, no estaría mal potenciar y desarrollar algunos elementos diferenciales de la oferta turística de Rota. En un mundo cada vez más globalizado, a menudo parece lo mismo estar en Singapur que en Ceilán, Ciudad del Cabo o Albacete. En cualquier destino encuentra el viajero las mismas marcas y  tiendas en una casi idéntica oferta masificada. Aburrida, vamos.
Precisamente por ello, el turista adora los hechos diferenciales y prefiere cada vez más disfrutar de lo que encuentra en un lugar y no en otro. La diversidad, la distinción, lo propio y autóctono prevalecen en las opciones de los viajeros. Estos eligen antes los lugares con personalidad, los que ofrecen particularidades atractivas, sobre aquellos donde todo es más de lo mismo. Esta es la tendencia que se impone con claridad en el turismo moderno.
Sería bueno para Rota desarrollar sus particularidades. No es de recibo que en buena parte de los bares de Rota no haya tintilla, o que no se ofrezca con carteles, promociones o directamente de palabra al visitante, tanto como aperitivo moderno, maridado con el queso “de aquí”, como al lado de un café acompañado por un par de deliciosos pestiños locales. ¿A qué espera el Ayuntamiento para potenciar estas o similares ofertas en todos los bares y restaurantes de Rota?
Otra posibilidad sería recuperar el excelente tomate autóctono, del que apenas pueden encontrarse, por desgracia, vestigios. ¿No sería imprescindible destinar algunos recursos a potenciar su renacimiento y comercialización, al menos local? ¿O inventar un “postre roteño” presente en todos los restaurantes? Propongo éste: crêpes de mousse de calabaza con helado de tintilla. O un moderno helado de arranque. A mí, al menos, me encantaría disfrutarlos.

1 comentario:

Más claro, agua dijo...

Yo me apunto: al tintilla (en sus variadas formas de presentación) y a la lectura de tus columnas, faltaría más!

Un abrazo!