martes, 28 de mayo de 2013

desde mi sonrisa etrusca

Pues eso. Que no estoy bien. Que ando tocado del ala, escorado, fastidiado, jorobado, débil, que hablo con la ronquera del padrino pero sin su profundidad y estilo furioso-reprimido, un poco amanerado, que no estoy regular ni católico, que se decía antes, sino antes bien jodido.

Ya está, ya lo he dicho. Qué tranquilo se queda uno tras un arrebato sentimental de sinceridad avasalladora, la autovacuna de la confesión, qué bien se lo supieron hacer los católicos, para amansar conciencias y serenar los ánimos. Pero luego está, por otra parte, el contrasentido, la parajoda que decíamos ayer, la otra cara de la moneda, la frase lapidaria con que se despidió de mi humilde persona el único sabio al que he tenido el placer de conocer y tratar en la corta, mi amigo Juan Villarín, ya fallecido hace años pero cuyas palabras perduran para siempre en mi memoria, “a los amigos no les cuentes tus penas, Antonio, ¡que les divierta su puta madre!”, me decía repleto de cordura, conocimiento de la vida y mala leche de la que presumimos en esta página.

Los que nos vemos día sí día también por Rota estamos acostumbrados a unos ritmos que parecen inamovibles, pausados pero sólidos. O nos encontramos paseando por el marítimo o recorriendo la playa persiguiendo nuestra sombra, o haciendo los mandaos menos sofisticados que imaginar se pueda, o en tal cantidad de convocatorias y reuniones que es imposible no reparar en que alguien ha desaparecido momentáneamente del paisaje común, como es ahora mi caso, por lo que mejor será comentarlo en directo y por las buenas, que es justo lo que estoy haciendo ahora mismo. Confesar mi ausencia, que no acudo, que he dejado de pasearme, que me tengo que cuidar un poco, comunicaros que, como decía al principio, pues eso. Que no estoy bien. Que ando tocado del ala, escorado, fastidiado, jorobado, débil, que hablo con la ronquera…


Pero que sigo con la misma fuerza de siempre.

8 comentarios:

Bego dijo...

Hay un tiempo para cada cosa. Si ha llegado el momento de mirar por ti pues así debe ser al igual que el tiempo de mirar por otros también lo fue.
Cuidate
Un afectuoso saludo
Bego

Anónimo dijo...

Killo, quería comentar tu escrito pero me ha salido un anuncio de un coche con toda su casta y me ha desconcentrado. Así que ya no me acuerdo que te iba a decir. Bueno, pñues eso, que te quiero un huevo, compañero.
Manolo A.

Anónimo dijo...

Fuerza, no te mandamos, que y la tienes; nuestra compañía, si.
Mamen y Germán

Euplinio dijo...

Aunque no nos conocemos en persona (quizás tampoco haría demasiado falta, pues la tecnología nos ofrece otras posibilidades), la verdad es que no me aburro leyendo tus parrafadas...

Pues eso, cuídate. ;)

arranz dijo...

Sácale el mayor partido a esta nueva situación, seguro que sabes como hacerlo, con la misma fuerza de siempre.
Salud-os!

Anónimo dijo...

¿Te he dicho que te quiero? Pues eso, has sido, eres y serás siempre el amor de mi vida...
¡Fuerza, niño! Como siempre, yo estoy contigo y juntos podemos con todo...

arranz dijo...

¿Necesitais algo?. de momento os mando muchos ánimos por que la fuerza ya la tenéis.Y un besazo gordo.

Antonio Piera dijo...

Gracias, Jorge. Desde tu atalaya sabes bien ver cuándo los cosas se ponen feas, cuestión de experiencia, y qué hacer en esos momentos, cuestión de sensibilidades. Abrazos para todos en casa y ya os diremos algo, si acaso. Por el momento, todo controlado.