sábado, 5 de abril de 2008

a veces, la vida

A menudo escribimos recto con renglones torcidos. Es frecuente descubrir que donde menos se piensa salta la liebre y también que una mala noticia resulte ser el pórtico de alguna otra inmejorable.

¿De qué habla éste?, os preguntaréis sin duda con cierta conmiseración asomando al lado del colmillo que se enseña cuando la sonrisa es mueca. Pues no lo sé a ciencia cierta. Algo tenía que poner para no comenzar dando de sopetón la noticia que me llena de gozo y me pone a la vez los pelos como las escarpias de las que acabo de colgar mi sombrero.

Amigos, me he largado de Madrid.

Amigos, estoy viviendo desde ayer con la mujer que amo, mi adorada, en las costas de la vieja Gadir, en un pueblito donde cada vez que el sol no asoma es noticia, arrimado al mar que me rompe al lado cuando paseo por la playa, enfrente del viento, en un lugar donde crece la vida a raudales, el pescado es exquisito, los niños gritan y corren, la gente te da los buenos días, la compra sale barata, la gasolina parece un recuerdo, escribir, un reencontrado hallazgo y caminar, la mejor manera de llegar a tiempo a todo.

Queda atrás el hollín, con sus malos humos, los ciento y pico kilómetros diarios de coche y gasto estúpido e improductivo, las prisas que hicieron de mí el conejo de Alicia, mis costumbres de okupa bien educado, el endiablado círculo cama-coche-trabajo-coche-cama, que ni tiempo me dejaba para compartirlo con vosotros, el cyberavecesexo con ella (qué piel, qué tacto, cuántos besos porque sí, ahora y más aún), el monótono traqueteo de un trabajo desquiciante..., pero, sobre todo, atrás queda sin respuesta todavía la eterna pregunta del millón, que cabría resumir en un ¿para qué? repleto de perplejidades.

Se acabó.

Vuelvo a ser vuestro, vuelvo a ser profunda y definitivamente mío y de los míos, vuelvo a recuperar la sonrisa, la capacidad de leer y de observar y de pensar y de vivir y de ser de nuevo como quiera, sepa y pueda, vuelve la burra al trigo, el saber donde solía, la cabeza a su lugar y mi sexo al rincón que más desea.

Me empadrono en la vida, queridos, y que la calidad se me suponga.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi querido D. Antonio, no me queda por menos que felicitarle por esas fantásticas perspectivas que le augura el reciente cambio de aires. Les deseo de todo corazón, a usted y su Shosho, que disfruten de su nueva situación de forma duradera y gratificante. Si algo bueno queda de todo esto es que, al parecer, lo recuperamos para la causa de la inserción de entradas certeras, ingeniosas y siempre anheladas. Si algo malo, esas cervezas, eternamente postpuestas, que nos quedaron por tomar. Si antes estaba difícil -por horarios y obligaciones respectivas, no por falta de ganas-, ahora va a resultar hartamente complicado. Pero lo envidio, D. Antonio. Lo envidio de veras por haber cogido el toro por los cuernos y haber tenido los cojones suficientes para recuperar su vida. No todos nos atrevemos a tanto.

Que los vientos le sean propicios.

Un fuerte y sincero abrazo,
Pedro de Paz

nata dijo...

sin esperar a mañana, nos das la noticia hoy, será que te puede la emoción. pues yo, sin esperar a mañana, te felicito ahora mismo.

a disfrutar, antonio. y a vivir.

un beso.

Corpi dijo...

Pues nada, que me alegro y que ojalá sea usted muy feliz en su nueva vida ¡Y al carajo la capital!

Juan Pedro Ayllón dijo...

Y yo que me alegro por partida doble:
Por su felicidad.
Por la felicidad que me procura cuando le leo.

Cualquier día de estos voy y sigo su ejemplo... y no tardando mucho al paso que voy.

Un placer leerle de nuevo.

Anónimo dijo...

Antonio, felicidades. Contagias con tu entusiasmo y da la impresión que ese lugar maravilloso lo quieres conservar en secreto aunque la foto sea una buena pista.

Lo dicho, ¡felicidades y a vivir que son dos días!

RGAlmazán dijo...

Muchas felicidades D. Antonio. Sin saber las causas su decisión ha sido sabia, como no podía ser menos. Verá usted que a pesar del cambio, también ahora, le faltará tiempo, sólo que para vivir. ¡Qué gustazo!

Salud y República

Anónimo dijo...

Da gusto leer lo que escribes, Antonio. Por lo que veo, el cambio de aires trae consigo un cambio en la estética del blog. Mucho más playero y mediterráneo, he de decir. Muy inteligente.
Sólo me queda, como ya han terminado de hacer mis puntuales compañeros, felicitarte por tu decisión que, resulte como sea, parece tuya, y eso merece felicitación en los tiempos que corren.

Saludetes

Más claro, agua dijo...

Felicidades por la decisión, amigo Antonio. Frecuento las costas de Gadir con indisimulable felicidad. Así que esas cervezas pendientes quizás puedan ir ya enfriándose en un chiringuito con vistas a la costa africana. ¿Hace? ;-)

Browner...Seguro? dijo...

Mi mas sincera felicitacion por ese cambio, que se nota que verdaderamente es algo bien pensando.. lo dicho, felicidades

Anónimo dijo...

Te felicito por tal cambio, a la vez que te envidio sobremanera.
Lo único que lamento es que se nos quedan pendientes un par de cañas/ cafés... ¡Lástima! Pero ya sabes: cuándo tú quieras. Abrazos.

Anónimo dijo...

Joder! Eso quería hacer yo y las circunstancias cabronas me lo chafaron; tenía planeado irme aun "pueblito" tinerfeño sin demasiados turistas.
Que suerte tienes cochino, disfrútala con salud.

Antonio Piera dijo...

Gracias a todos por vuestros ánimos y felicitaciones. Esas cervecitas que parecen ser el lugar común de todos nosotros, habrá que trasegarlas cualquier día en cualquier chiringuito, como ya hiciéramos cierta vez con don Pedro. Por cierto, Eduardo, en esta página figura el emilio por el que podrás decirme cuándo vienes por estos lares para así cumplir a plena satisfacción las amenazas proferidas, dando cuenta de cuantas acedías o melvas se pongan a tiro. Lo mismo que os digo a todos. Ozú.