martes, 12 de agosto de 2008

ciclistas yonquis

El espectáculo de directivos, patrocinadores y periodistas rasgándose las vestiduras ante el reciente caso de doping de la ciclista Maribel Moreno, una más de la larga lista de casos EPO, me produce más ganas de vomitar que los propios hechos. Mantengo la teoría de que la incultura y el desconocimiento no debieran nunca sentar cátedra y, puestos a sostener, sostengo que cuando lo hacen es más peligroso para la mayoría, para las gentes de a pie, que cuando un deportista profesional deriva por la senda de lo prohibido. Por eso, escuchar los comentarios de las docenas de periodistas simplones e incultos destacados en Pekin me abre las carnes en canal, lo mismo que cuando oigo a los Matías confundir a la opinión pública a sabiendas al equiparar ebriedad con superar la tasa de alcoholemia. (Conductor borracho atropella a una anciana, -Prats dixit).

Quien profundice un poco en el deporte profesional sabe a ciencia cierta que todos los deportistas de élite se dopan. Los dietistas, los médicos y los investigadores farmacológicos trabajan sin descanso para encontrar productos capaces de aminorar unos excesos "deportivos" que en una persona normal, de la calle, serían imposibles e insoportables. De morirse, vamos. Estos especialistas encuentran siempre más de lo que buscan, y sus hallazgos se traducen en glucosas extradigeribles, geles proteínicos, estimuladores de masa muscular, antioxidantes, fitonutrientes, concentrados salinos, vasodilatadores y un larguísimo etcétera de los que se atiborran todos y cada uno de los deportistas, sean de la disciplina que sean.

Si llamáramos doping a ingerir productos no producidos por la naturaleza en las cantidades y proporciones que ellos los consumen, es decir, a tomar de un trago la glucosa que endulzaría los cafés de una orquesta sinfónica, que eso es lo que es, tengo la certeza de que habría que suspender toda competición profesional. Cada día, los encargados de la cosa descubren nuevos elementos que añadir a esa larga lista de productos capacitadores, por llamar así a los que contribuyen a hacer posible el antinatural y continuado esfuerzo al que son sometidos los cuerpos de estos modernos gladiadores, a mayor gloria, eso sí, de esos clubes, patrocinadores, prensa, radio y televisión tan hipócritamente afectados y a mayor ostentación, si me apuran, de los miles de chupópteros que viven del cuento en las mal llamadas estructuras deportivas, incluidas las oficiales. Que, por cierto, viven bien.

Lo que, sin embargo, llaman ellos doping es el consumo de algún producto cuya detección en sangre u orina esté concretamente prohibido. Se trata, pues, de una línea artificial de prohibido el paso que trazan los mismos,en definitiva, que permiten lo antes descrito y que se renueva o actualiza según evoluciona el mercado. Salvando las hipótesis de riesgo individual (que digo yo que tanto azúcar tampoco será bueno), el asunto es nada más que una mera frontera administrativa.

¿Creéis que los que tanto se escandalizan ignoran lo que acabo de escribir? No hay nada más perro que un cómplice convertido en acusica.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En efecto, D. Antonio. Completamente de acuerdo. Jamás he entendido ese desmedido esfuerzo en defender la natural pureza de medios necesaria para alcanzar resultados tan antinaturales. Por que ya me diran que tiene de "natural" levantar unas pesas de 250 kilos, chuparse 100 Km de bicicleta o correr 100 m. en 10 segundos. Quien diga que no necesita ayuda "extra" para esos fines, o es un fariseo o miente como un bellaco. No hay cuerpo que soporte de forma continuada y reiterativa un esfuerzo como ese. Y con ayudas "extra" estoy hablando del uso (o abuso) de productos controlados, exentos de riesgos para la salud y, sobre todo, perfectamente legales en otros contextos -como la glucosa-. No hablo de drogas ilegales, esteroides o anabolizantes.

Abrazos,
Pedro de Paz

Anónimo dijo...

¡Pues vaya una! Entre lo de la niña que al final no es cantante, los fuegos que son más artificiales de lo que corresponde y esto... ¿el deporte (también, como otras tantas actividades humanas) es un timo?
Que sepas, admirado Antonio, que esta sensación no la tenía desde lo de los Reyes Magos.

Saludos

Antonio Piera dijo...

Gracias por vuestros comentarios, porque estaba teniendo la impresión de ser la voz que clama en el desierto desde que comenzó el ferragosto. Es un tema que me trae a mal traer, porque cualquiera de las formas de la hipocresía me subleva, pero sus expresiones públicas...
Siento mucho tu perdida virginidad, David, pero es ley de vida, los Reyes son los padres, menos en Marivent que son los abuelos, los deporistas se dopan y a la última cigüeña que se vio en Paris le habían roto el pico al pasar por Osetia del Sur.
Q lástima...

Anónimo dijo...

"...estaba teniendo la impresión de ser la voz que clama en el desierto desde que comenzó el ferragosto..."

Ej que es un mes mu malo.

Abrazos,
Pedro de Paz