domingo, 13 de abril de 2008

croquetas

Hoy he hecho croquetas. De pollo y con un toque de huevo duro, por más señas. Mi chica y yo nos hemos puesto hasta las orejas. Nos habremos comido más de veinte entre los dos, y eso que venían acompañadas de una ensalada riquísima que ha preparado ella. Pero lo importante de esta historia es que yo, hoy, he hecho croquetas. Vale. Si yo estuviera leyendo esto mismo que ahora escribo, seguro que también me preguntaba, encogiendo los hombros: bueno, ¿y a mí, qué? No os creáis, pues, originales.

Al hacerlas me sentía como Zapatero preparando su Gobierno. Cuando compramos los esqueletos del pollo, compra pobre donde las haya -que cuando pasas por caja te sientes como si acabaras de robarle a una pipera- ya me daba a mí el flato de que iba a inventarme algo, un Ministerio nuevo o algo así. De modo que me puse a buscarle un nombre y me salió el de la Igualdad, que en francés sonaba mucho mejor al lado de la liberté. Compré también unos puerros y alguna zanahoria para que al hervirlos no se sintieran tan solos los cadáveres aquellos, no sé por qué me vendría a la cabeza Pilar Narbona. Sería por algo que se encontraba en medio, como el jueves, que es día de mucho ambiente. O acaso porque pensé si tiraba luego los huesos por la ventana...

Debo confesaros que si hay algo más pobre que comprar carcasas de pollo es irles quitando la carne con los dedos una vez cocidas. Primero, porque te quemas si careces de paciencia o la tienes en otra parte, y luego por lo parco del resultado, aunque todos sabemos que sabroso. Me acordé al hacerlo de Rubalcaba, vaya usted a saber por qué, y hasta me vino a la cabeza Bermejo y sus huelguistas, pobrecitos teniendo que sacar adelante expedientes tan abundantes, abultados de tanto cohabitar los unos con los otros. Puede que tuviera algo que ver que me resultara una tortura china.

Da igual. La noticia sigue siendo la misma. Zapatero ha nombrado Gobierno y yo no estoy en él, pero he hecho croquetas. Hacía más de seis meses que no cocinaba algo con más mimo. Y, por cierto, me han quedado de cine.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y aun así mucho me temo, D. Antonio, que a Zapatero no le quedará jamás tan sabroso su gobierno como esas croquetas de usted.

¡Dios mío!, que pinta tienen en la foto. Me está entrando un hambre...

Abrazos,
Pedro de Paz

Luna Carmesi dijo...

Croquetas o croquetes...???

Más claro, agua dijo...

Estoy seguro, amigo Antonio, de que usted, después de las croquetas, se abalanzó contra el colchón para disputar una merecida siesta. ¿Hará lo mismo Zapatero?...