martes, 8 de abril de 2008

elogio de la memoria garrapata

Humilde parásito éste, tan asquerosito él con su repleta mochila de sangre ajena a lomos, que está poniendo al Europeo de fútbol en un brete. Todos a vacunarse, con dos meses de antelación, y los secretos del Zapatones desvelados antes de tiempo, (caso de que los tenga, que no me lo creo yo del todo porque guardarlos es atributo de gente complicada y Aragonés me parece a mí simple como una mata de habas). Será el 2008 otro año de la garrapata como el que inspiró a Jorge Coira su película de estudiantes aferrados cual arácnidos hematófagos a los duros de papá, creo recordar que allá por el verano de 2004.

Curioso cómo un minúsculo animalito chupóptero, que tiene por costumbre fijarse a su huésped entre los pelos, como bien saben los que tienen en casa perros que les esclavizan y por culpa de los cuales no pueden dejar de fumar, ya que el remedio más común contra este artrópodo cabrón, me acuerdo bien, sigue siendo quemarle con la colilla del cigarro para que se suelte, ¡coño! de una vez y podamos reventarlo contra el suelo con el tacón del zapato produciendo ese gozoso siseo inconfundible que quien lo ha probado tan bien conoce y recuerda..., curioso, decía muy arriba, cómo este diminuto bastardo activa mi memoria.

No son garrapatas, pero bien pudieran serlo, los tres soldadotes yanquis que dispararon desde su carro de combate a un periodista corresponsal nuestro de cada día cuando su cámara testificaba una vez más la barbarie del trío de las Azores, sonrientes ellos en la perenne foto pese a la enorme gravedad de lo que maquinaban. Un millón de muertos creo que van en Irak y ni aún así se les ha borrado la sonrisa de estadistas mediocres y dirigentes chapuceros e inmorales. No está demostrado que sean ácaros, pero esos tres soldados llevan parasitando a su gobierno desde entonces, escondidos en sus madrigueras para que la orden de caza y captura que pesa sobre ellos no les alcance porque en USA hacen con la Ley internacional lo que les canta. Por estas fechas hace cinco años que segaron la vida de José Couso, y ellos siguen chupando del bote, no lo olvidéis.

Ni olvidéis, tampoco, a una de las más grandes garrapatas de nuestra política, rubia y bizca por más señas, que acaba de representar una genuina sesión de magia de salón, nada por aquí, nada por allá, ante la mirada cómplice de sus adláteres y la suspicaz de la nomenklatura actual de su partido, dicha la breve, haciendo desaparecer de un plumazo la memoria entera de toda su gestión política. Que es que no os acordáis, pazguatos, de que ella es liberal de toda la vida, que no hay más que haber seguido Telefacha para coscarse de ello, o tirar de hemeroteca antes de que la arrase, o evocar sus apuestas por los deportes de masas como demuestra, a un año vista, la vacuidad perpetua de su campo de golf sobre las aguas. Ella será la que traiga de la mano el Centro a nuestra España. Arriba.

3 comentarios:

Más claro, agua dijo...

La garraPPata más que al centro nos llevará al epicentro del terremoto... Que el dios de los ateos nos pille bien bebidos ;-)

Luna Carmesi dijo...

Genial como siempre.
:-)

Hmmm
Le presento para proximas entrada otro parasito: La Lamprea... Me encanta hasta decirlo... Da una sensación viscosa solamente decirlo...
Luego la interrelación se la pone a quien corresponda... Que lo hará muy bien.

Un beso.

Anónimo dijo...

Esa es una de las cosas por la que envidio tu nueva vida: por ahora (Dios lo quiera) te has librado de Iron Maiden II, maidin Espain. Lo dicho: ¡qué envidia!