viernes, 16 de mayo de 2008

Mariano botafumeiro

Este Rajoy no deja de sorprenderme. Ha mutado a dialogante desde el señor NO sin apenas temblarle una ceja. El que todas las mañanas de la anterior legislatura recibía los recados del envolvente, sombrío, repelente y eterno aspirante Aznar, notas escritas a vuelapluma en servilletas de restaurantes caros, imagino yo, o recados verbales que le desayunaban los angelitos o Eduardos de turno, y con eso y un bizcocho echaba las patas por alto y culpaba a ZP de la subida del pan, de la derrota del Depor, de las machadas venezolanas, del descenso censal de los inuí en Groenlandia, de la mortandad creciente del quebrantahuesos subsahariano en extinción y de las malas notas de la hija de su sobrino de zumosol, que sería su nietastra o algo así, aquél que no parecía tener más criterios que los mandados, va ahora y planta cara a los capos de su partido con dos de pipas.

Le llamo Mariano botafumeiro porque le pasa lo mismo que al enorme incensario, que cuanto más le mueven mejor arde. Será que le va la marcha, será que ha aprovechado estos cuatro años de poder para organizar y disponer en la sombra un ejército de tecnócratas que le respaldan ciegamente, que ha trabajado en las agrupaciones, o como coño se llamen los grupos de base en ese partido, repartiendo promesas o prebendas, sembrando filias y recogiendo partidarios o será que dispone de apoyos inquebrantables, inconfesos y desconocidos aunque eficaces o que los hados le están siendo propicios, pero lo cierto es que se ha quitado de en medio a Acebes, a Zaplana, al peluquero de la AVT, al mismísimo Aznar y a Mayor Oreja, lo lleva claro la San Gil y andan puestas a remojar las barbas de Aguirre o la cólera bizca de Clarence. Y que se guarde también de los idus de junio Rouco Varela, que le quedan dos padrenuestros si Mariano sigue en sus trece.

Le llamé hace poco Mariano el breve, y no descarto haber acertado y que no quede mucho para presenciar su ambigua figura caída a los pies de los caballos del nuevo amanecer de la extrema derecha triunfante, pero ahora mismo, aunque sólo fuera en el interim, disfruto de mi error como un Ronaldinho lesionado al verle paseando sus nuevos modales, toreando su donde dije digo y haciendo oposición calcada de la de los mejores tiempos del pesoe. Con el inquebrantable Fraga a su vera.

¿Fraga? ¿Botafumeiro? ¡Oh, dioses, otro gallego!

4 comentarios:

Más claro, agua dijo...

Supongo que conoces la finalidad original del botafumeiro... Pues no te digo más... ;-)

Tesa dijo...

quitarse a Acebes y Zaplana (si es que la decisión ha dependido de él) ha sido lo mejor que ha podido hacer
y si consigue deshacerse de Cruela Aguirre, igual hasta recupera los votos de esos indecisos de centro, que se inclinan hacia un lado u otro de la balanza según como soplen o prometan los vientos.

Corpi dijo...

En el PP va a ser más emocionante hacer una quiniela para ver quien saca el uno que en las de fútbol.

Antonio Piera dijo...

Ya veis cómo se van cumpliendo paso a paso mis premoniciones y Fraga consigue vencer las resistencia natural de Rajoy y le impone a su valido Gallardón, tirándole de paso de las orejas al desbigotado Aznar con la referencia al "centro reformista" que nunca se debió abandonar.
Cosas veredes.
Por cierto, don Eduardo, ¿cuál era la finalidad última del botafumeiro? ¿Tapar los nauseabundos olores de la peste?