viernes, 9 de mayo de 2008

que la, que la-la, que la-la-la

Ayer se emitió el pretendidamente polémico documental de la sexta acerca de la España del 68, en el que se desvelarían por fin las trampas que permitieron que María de los Ángeles Santamaría, más conocida como Massiel o la tanqueta de Leganitos, se trajera para España el festival de Eurovisión, y debo deciros al respecto que me pareció de lo más flojo que he visto en muchos años, en cuanto al documental en sí mismo se refiere, y una vergonzosa operación de mercadotecnia para promocionar el hallazgo verbenero que mandarán a competir este año a esa cencerrada en cuanto atañe a las ocultas razones de la sexta para encargarlo y promocionarlo. No se me ocurre, y mira que hago gala de un derroche de inventiva con alguna frecuencia, una panoplia de entrevistados con menos que decir sobre lo que pasaba a finales de los sesenta en España que la que presentaba este trabajo. Conocer la clandestinidad desde la opinión de Eduardo Bautista (Teddy) o las ínfulas revolucionarias parisinas a través de los inconexos escritos de Emma Cohen es tan cercano a la realidad como las opiniones sobre el franquismo de Villar Palasí y Manuel Fraga, pero igualmente desacertado. Un enorme monumento elevado a la falsía y la mediocridad, presentado por la voz de un Juan Diego al que me gustaría preguntarle qué coño hacía ahí.

Aunque de hecho me da en la nariz que no debía importarles mucho ni a los autores ni a la cadena la precisión o el rigor del entorno sesentayochista social o político, ya que evidentemente se trataba tan sólo del soporte o la envoltura de lo que buscaban en realidad, que era despertar polémica alrededor de Eurovisión a beneficio de inventario, polémica que ya habían provocado previamente con las apropiadas filtraciones de fragmentos convenientemente editados, léase arteramente capados, de algunas de las entrevistas del documental. Asquea presenciar la maniobra, aunque asquea también y no menos comprobar que ha tenido tanto éxito que tabloides ingleses andan reclamando que se le devuelva el premio al bobo de Cliff Richards y que docenas de periodistas coprófagos han obtenido alimento para rato, mientras mi amiga Mariángeles se saca unos buenos duros con exclusivas y eso.

Para unirse a esta oleada de erotismo, aparece el Ildefonso María Ciriaco Cuadrato Ussía de turno dando cuenta, con algún retraso, de unas supuestas confidencias que Rosón le hiciera hace 28 años en una comida con Capmany. "Ese festival lo ganamos en los despachos. Se necesitaba una victoria en un evento internacional, y sobornamos a varios jurados", dice que le dijo. Lástima que los muertos no hablen. ¡Qué bien elige comensales el noble nieto de Muñoz Seca! Sobre este deleznable personaje no me resisto a reproducir aquí, para vuestro solaz, el soneto que le dedicara, en respuesta palabra por palabra a los epítetos que Ussía le dedicó, el amigo Joaquín Sabina. No tiene desperdicio:

¿Ramplón? ¿No es esa la autobiografía
de un lameculos a un borbón pegado?
¿Ordinario? Su pluma de lenguado,
y cursi, ¿no es sinónimo de Ussía?

¿Pelma oficial?, la caspa de su seda,
¿tópica?, su alitosis perfumada,
¿boba?, su sopa, rancia, su cruzada,
buen gusto…,¿usted?…, don Mendo no se hereda.

¿Esteti…, cuálo?… Chatín, más le vale,
antes de sus eructos semanales,
lustrarse los colmillos con lejía.

Deploro que se pudra usted de celos
viéndome derrochar (sírvanse frías)
las gracias que no quiso darle el cielo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo grabé el documental, pero no por Eurovision, sino porque dijeron que iban sacar escenas inéditas del recital de Raimon: sacaron 4 y a mi admirado Raimon (al que subtitulaban como Raimón, igual que en otro subtitulaban a Labordeta como miembro del PAR)resumiendo el recital en 30 seg.
Lo bueno es que sacaron canciones francesas de la época que yo no conocía. Una de las cosas malas es que los sucesos españoles eran adornados con canciones extranjeras o con los éxitos de Fórmula V: ¿Y Llach, y Aute...?
Y sobre Massiel, persona a la que respeto por su trabajo fuera del "la-la-la": sí es verdad que sentenció que a Serrat le sobornaron.
Flojo flojísimo, compañero.
En otro orden de cosas: el Plómez y yo te dejamos un mensaje de bienvenida.

Tesa dijo...

Estoy de acuerdo, el documental fue bastante flojo y, descaradamente, una artimaña para promocionar su canción aspirante, Chiki-chiki.
Geniales los versos de Sabina, muy del estilo duelo verbal Góngora-Quevedo.
Me gusta tu Blog.

Antonio Piera dijo...

A aquel recital llegué tarde porque tenía un examen, pese a dejarlo casi en blanco. No lo hice por salir el primero, que también, sino porque en verdad no tenía ni puta idea. ¡Ibamos a estudiar los rojos..! Pero estuve a tiempo de escuchar el final y de salir en la manifestación posterior, que fue de órdago. Luego miro lo de Plómez y lo tuyo, gracias.

Tesa, bienvenida. He pasado por tu casa y me ha gustado lo que he leído, incluso mucho, de modo que, si no te importa, voy a recomendar tu blog a mis amigos visitantes.
Si tienes algun inconveniente, házmelo saber.