viernes, 19 de diciembre de 2008

navidornos

Escuché este palabro en la tele y me ha encantado tanto que aquí os lo traigo, por su capacidad de síntesis y su voz sonora y rotunda. Es una palabra tan bonita que me hubiera encantado inventármela. Dices navidorno y te vienen de inmediato a la cabeza bolas doradas, estrellas del árbol, noeles rampantes, muérdagos con velitas, un caganer de Obama y hasta la burra que va hacia Belén cargada de chocolate lo que en estos tiempos tiene ya su mérito.

No sé a vosotros, pero a mí este año se me está haciendo la cosa navideña bastante más soportable que otros. Tal vez se deba a la crisis, esa tragedia que tanto juego les sigue dando a los humoristas con trabajo, pero tengo (y disfruto) la sensación de que hay algo en el aire, llámese pudor si bien se quiere, que está constriñendo que no impidiendo, faltaría más, las insoportables e interminables alharacas navideñas de otros años. Es como si los vendedores hubieran humillado la testuz ante la falta de su materia prima esencial, los compradores, o como si los voceros de la cosa hubieran comprendido que el personal no tiene precisamente el xoxo p'a ruidos, pero el caso es que suenan menos villancicos, sobrevuelan pocos pavos y pulardas, las lucecitas se han dividido por dos cual mitosis inversa y hasta parece que los jefes se han olvidado este año de la cena de empresa, sutil tortura malaya mejor muerta que viva, ¡qué cabeza la suya!

En todo caso, sea cierta o no esta impresión que me permite mantener un mínimo de fe en la capacidad de aprendizaje del género humano, los que no han olvidado su empeño son los fabricantes de colonias y perfumes, que siguen machacando desde todos los ángulos al espectador con su oferta interminable. Tanto aroma, tal derroche de fragancia por estas fechas era (y es, a lo mejor) uno de mis mejores argumentos a la hora de manifestar que, a mí, la navidad me huele mal. Algo deberá haber de hediondo en el entorno por estos días cuando la humanidad entera se abalanza sobre las más intrincadas fragancias en busca de bálsamo contra la fetidez navideña. O puede que esté traído por los pelos lo que digo y que la fabricación de estos pomos de diseño y de sus contenidos tan escasos como carísimos genere unos márgenes comerciales tan bestias que alienten y soporten con garbo ese insoportable gasto en publicidad.

Por mi parte, sigo creyendo que nada tengo que ver con lo que estas fiestas conmemoran y celebran.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa palabra.
Una vez, una niña, paciente de mi consulta, que estaba muy enfadada, me dijo que yo era "pilipollas". Me pareció otra palabra preciosa (teniendo en cuenta que ella se llamaba pili, no sé qué quería decir, pero estaba tan enfadada que me eché a reir y ella también. Desde entonces, para mí, es una palabra "quitaenfados").
Un beso

Anónimo dijo...

Cuando llegan las navidades, siempre pienso en "Plácido" de Berlanga; ahí está de lo que se trata realmente. Está claro que la navidad es consumismo, pero ¿no te irrita más la multiplicación de personas "solidarias", festivales televisivos, ONGs que sólo se publicitan en esta fecha? Eso es "plácido": se ha hecho mercado hasta con la solidaridad, como si sólo exisitera en la fecha sagrada de la venida del Señor al mundo (perdón).
Yo siempre he dicho que la navidad es para los cristianos practicantes, y sanseacabó. Pero mientras tanto, si nos regalan algo, dejémonos agasajar ¿por qué no? Aunque, para ello, no tiene porque ser navidad.
¡Feliz Chanukah! Shalom!

Más claro, agua dijo...

Querido amigo:

Yo no he notado cambio alguno. Como todos los años, cada vez que alguien me sale con un ¡Feliz Navidad! yo sigo respondiendo con un ¡Por el culo te la hinco!...

:-DDD

Y así vamos tirando, a ver si llega el verano de una maldita vez!!!

Anónimo dijo...

jajajajaja, Más Claro, me encantaría verte ¿te imaginas que llega tu anciana tía segunda a comer a tu casa y te dice: Feliz Navidad, Eduardito, guapo, estás hecho un ben mozo, lo menos tienes ya 35". Y tú le dices: querida tía Edgarda, por el culo te la hinco. Feliz Navidad.

Un beso, guapo

Más claro, agua dijo...

No has podido describirlo mejor, Oyana :-D Besos, guapa