sábado, 19 de abril de 2008

Adios, Chacha

El pasado miércoles, el día 16 de abril, moría en Madrid una anciana. Se llamaba Rosario Sánchez Mora, y este lunes que viene habría cumplido los 89 años. No llegó a verlos, aunque sí a festejar, por poco, el aniversario de su querida República. Fue estanquera, aunque antes había vendido tabaco de estraperlo en Cibeles, donde se convirtió en una clásica. Era manca. Le faltaba la mano derecha y por eso a Chacha la conocía todo el mundo. ¿O no era por eso sólo?

A veces, un poema parece algo abstracto. Incluso lo es, a menudo, aunque no siempre. Yo conocí la canción antes que el poema. La cantaba un tipo cuya voz desafinaba en general, salvo cuando elevaba el tono y se arrebataba. Se llamaba Pedro Faura pero todos sabíamos que era un alias. En aquellos tiempos de lucha antifranquista, casi todos escondíamos el nombre, como si nos lo fueran a quitar. Cantaba Chicho donde podía y cantaba Julia León donde la dejaban, en el Madrid de los sesentaytantos, hasta que fueron apareciendo los Adolfo Celdrán, Hilario, Las Madres... Pedro Faura no cantaba en directo en España, sino que grababa discos "en el extranjero", discos que venían envueltos en un halo clandestino y muy secreto porque era "el cantante del FRAP". Alguno de sus temas sí lo canté yo en aquellos tiempos, cuando hacía horas de cantautor militante al margen de Moncho y compañía. No recuerdo haber llegado a cantarlas en Lady Pepa, un café teatro que estaba en la plaza de Santa Ana donde alternaba con Hilario en la ocupación (remunerada) de divertir al personal en los entreactos de una obra donde recuerdo que actuaba Juanjo Otegui.

Más tarde, a Faura le conocí en París, y grabamos juntos algunas cosas. Por allí andaba a nuestro lado una cantante isleña, Mara, que tenía un restaurante precioso (le Maravedí) en la rue de la Montagne de Sainte Geneviève o algo así. Pedro se llamaba en realidad Bernardo, y así le sigo llamando hoy en día, aunque nos vemos poco porque la vida así lo impone o porque es famoso. Bueno, más una canción suya que él mismo. Se llama La puerta de Alcalá.

La anciana mujer que ha muerto hace nada en Madrid, también tenía un alias. Era Rosario, dinamitera. Con 17 años, era su mano derecha / capaz de fundir leones / la flor de las municiones / y el anhelo de la mecha, se fue a defender Madrid con la brigada de El Campesino, y acabó formando parte del grupo de dinamiteros que preparaban botes de leche condensada repletos de carga porque no había bombas de mano. Hasta que un día, su uña no sintió la llegada del fuego por la mecha, y un cartucho le explotó en la mano. En el hospital, fueron a visitarla Ortega y algunos poetas, entre los que se encontraban Vicente Aleixandre y otro que le llevó un poema que le había dedicado, un tal Miguel Hernández.

En ella inspiró estos bellísimos versos que yo conocí como canción y que os invito a buscar y leer completos, o a escucharla si nuestro amigo Gustavo nos la manda, cosa que me encantaría. Decían así, ¡Bien conoció el enemigo / la mano de esta doncella, / que hoy no es mano porque de ella, / que ni un solo dedo agita, / se prendó la dinamita / y la convirtió en estrella!

7 comentarios:

RGAlmazán dijo...

Precioso homenaje, con vivencias personales, a una gran señora con dos webos y una mano.

D. Antonio espero que le vaya a usted bien cercita del mar.

Salud y República

Antonio Rodriguez dijo...

Que pena que estas grandes personas no hayan podido ver hecho realidad, el ideal por el que lucharon y pagaron por ello con la carcel, la III República.
Y que mezquinos todos aquellos que han intentado negarles su dignidad, poniendo travas a la ley de Memoria Historica.
Salud, República y Socialismo

Antonio Piera dijo...

Me va de vicio, don Rafael, gracias. Espero contarlo (eso y más cosas) de nuevo a menudo, que andaba yo muy descuidao.
Qué pena, en efecto, don Antonio. Gracias por su opinión y por las bellísimas fotos de Tanger que publica en su blog (entre otras cosas). Gracias tb por recomendar en él la lectura de esta página. Un saludo.

Antonio Piera dijo...

El amigo Gustavo, fiel a nuestra convocatoria, me ha pasado este link ante la imposibilidad de su máquina para ponerse en contacto con la mía (será que no se entienden). Espero que, al picar en esta conexión, podáis escuchar la canción de Pedro Faura y que os guste a pesar de su carácter y limitaciones propias de una grabación clandestina. http://www.goear.com/listen.php?v=46e6586

Anónimo dijo...

Rosario la Dinamitera. Uno de los personajes con mayores arrestos de los que poblaron el imaginario de nuestra guerra civil. Sé que es ley de vida pero no deja de ser deplorable que ese tipo de vivencias amenacen con perderse en el tiempo por la simple y mera desaparición de sus protagonistas.

Menos más que le tenemos a usted por aquí, D. Antonio.

Abrazos,
Pedro de Paz

Antonio Piera dijo...

¿Habéis escuchado la canción? El sonido es nefasto, la grabación infame y Bernardo desafinaba pero..., ¿no os huele divinamente a verdad verdadera?

Antonio Piera dijo...

Otra terrible sospecha me acecha (gracias de nuevo, Molina). Creo que el café teatro donde actuábamos se llamaba Ismael y no era el Lady Pepa. Joder con el alemán de los cohones.