martes, 2 de octubre de 2007

me sorprendéis, me colmáis

La verdad es que no esperaba que os gustara tanto lo de ayer. Lo escribí a toda prisa, porque tenía mucho y variado que charlar con mi dueña tras perder ¡otra vez! una de las postreras virginidades que me van quedando. Joder, me sentía como un chaval recién salido de la Facultad y estrenando mesa de las de verdad. Uno de esos que ahora llaman JPMMP, que viene a decir jóvenes pero muy mal pagados, o algo así.
He pasado dos días rehaciendo la comunicación de la empresa, que estaba escrita y planteada fatal (yo diría como el culo, pero puede que alguno lo lea y ya la hemos liado, bocazas). También estoy en comunicación con un tipo de Nueva York para definir y darle forma y uso a la página web, que muchas empresas la tienen porque hay que tenerla y no comprenden ni para qué sirve ni los beneficios que puede aportar. A ver qué tal me sale la propuesta.
La gente allí está bastante bien, incluso hay varios cuyas biografías laborales han pasado y estacionado algún tiempo en las Artes Gráficas, por lo que encuentro bastante tema de charleta. Por lo demás, como estoy en un polígono, he recuperado costumbres por no practicadas casi desterradas, como aparcar sobre la acera, tutear a las camareras del lugar, hablar alto, investigar los trayectos más cortos y menos frecuentados... En fin, esas cosas que te dan vidilla. Todavía no me he abalanzado sobre los huevos fritos con chorizo, panceta y patatas, pero todo se andará y al colesterol malo que le den dos duros, que vienen a ser al cambio seis céntimos, aunque no es lo mismo.

Nota: Desconozco el autor de el chiste que reproduzco. Lo he tomado prestado de una página llamada historias de Qena, que firma Qena Montalvo. Espero que no le importe.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Antonio, creo que no soy el único al que le están interesando mucho tus últimos artículos sobre tus "aventuras laborales" (y desde luego si no es así da igual): tú sigue escribiendo así, por favor, que a mí me haces pasar grandes ratos.
Muy bueno el chiste gráfico

Un saludo

Más claro, agua dijo...

El chiste gráfico confirma que siempre habrá alguien en peor situación que uno. Hay a quien le sirve de consuelo... Yo prefiero irme al bar del polígono a tutear a las camareras :-)

Suerte con el nuevo curro!

Anónimo dijo...

Estoy con David. A mí también me encantan tus últimas entradas. Lo primero que hago, cuando enciendo el ordenador, es irme a malablancayenbotella y así tengo, casi asegurado, un día de sonrisa y buen humor.

Antonio Piera dijo...

Anónimo, su comentario es de los que levantan el ánimo a cualquiera, a le vez que le cargan de responsabilidad.
Gracias Eduardo y David. A veces me parece que es preferible cierto equilibrio entre las biográficas y las políticas, críticas y sarcásticas, pero no siempre se acierta.
Por cierto, don Eduardo, creo que próximamente viajaré bastante por sus hermosas tierras, aunque sea de paso. Al final lo de las cañas va a ser más que una amenaza.