el paripé de la grúa
Quienes aún conservamos dos dedos de la frente independiente de lo políticamente correcto observamos ayer con consternación y cierta vergüenza ajena el numerito de la grúa.
Si tiras por lo bajo, parecía un gasto suntuario, dificilmente justificable, usar una grúa de las caras para que el capitán del Real Madrid no tuviera siquiera que tocar a la estatua al cumplir con el gesto tradicional de poner madridista a la Cibeles, tras un cuarto de hora de aproximación que más parecía el acoplamiento del Discovery.
Si te pones exigente, aquello era una gilipollez para la galería, una confesión pública de la autoridad municipal del género miren ustedes, mundo, cómo tratamos aquí a los monumentos. Y aprendan. Hasta pudimos comprobar cómo el pobre Raúl, lógicamente acojonado por su propia desfachatez, inusitada por trasgresora, pedía permiso al operario o al inventor del asunto para besar a la diosa en plena pétrea frente. De traca.
Si rozas lo exquisito, aquello era un puñetero paripé.
Hoy, lunes, he podido contemplar cómo un operario municipal, con casco, chaleco reflectante y todo, se subía a pata hasta la cabeza del monumento para retirar los gloriosos añadidos. En veinte segundos completó la operación, trepando, escalando, bajando con calma, respeto, eficiencia y rigor proletarios. Pisando la estatua, cumpliendo órdenes.
Tras la cara A, monumento a la necedad, la cara B de la moneda nos devuelve a la normalidad secuestrada.
A ninguna autoridad municipal le importa un ardite la estatua de los huevos, sino su propia imagen. El símbolo. Y, como todos los símbolos que conforman su discurso político, también con dos caras:
la bandera, la unidad, España, el himno..., la estatua.
3 comentarios:
No me gustaría parecer un radical traga-litronas y arroja-ladrillos, pero eso que dices es verdad. A mí no me va el fútbol -excepto el día que el Trujillo suba a primera-, pero mucho menos me va la parafernalia madridista patriotera: dan una imagen muy anticuada de Madrid y de los madrileños. Ahora, que tampoco me gusta el nacionalismo de la hinchada catalan, que roza el racismo: pero es que eso me toca menos.
En mi opinión si que resulta algo disparatada esa imagen, pero en vista de los numeritos que se montan cada vez que el cub merengue obtiene un triunfo creo que ha sido la mejor forma de resguardar o proteger tan respetable monumento.
Sobre que dan una imagen anticuada no sé yo... la visita a la Cibeles es tradición, no creo que esa opinión sea compartida por la mayoría de madrileños, los seguidores de un equipo son los que fomentan ese patriotismo no, el equipo en sí.
"Sobre tu nueva imagen te ha quedado genial, chico listo y aventajado"
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Saludos cálidos ;)
A lo mejor no ha quedado claro, pero yo de lo que hablaba era de la hipocresía de usar la grúa para no mancillar el monumento delante de las cámaras y que al día siguiente un operario trepe por la Cibeles para quitar las banderas. Me parece que denuncia cómo algunos (creo que en este caso el ayuntamiento del PP) utilizan los símbolos en su beneficio.
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