sábado, 7 de julio de 2007

Ecuaciones escalofriantes

Suscribo de pe a pa la definición del concepto de terrorismo que ofrece Ernesto Garzón Valdés en su libro Calamidades. Terrorismo es el método que consiste en usar de modo imprevisible la violencia para provocar el temor generalizado con miras a influir en el comportamiento de terceros para obtener objetivos políticos.
Esquemáticamente, esta definición se podría escribir así:
Violencia + X = temor generalizado (paso 1) = influencia (paso 2) = objetivos políticos.
Si la definición es correcta, que lo es, el terrorista sólo pone el acto violento y se le supone la intención, pero nada más. El terrorista no controla la forma de provocar terror generalizado, ya que carece de los medios de publicidad, llamados X, imprescindibles para ello. Si no provoca terror, ¿cómo podría influir en el comportamiento de nadie?
Ecuación primera:
Terrorismo sin publicidad = cero.
Sin embargo, todos sabemos que cualquier cosa que tenga que ver con el terrorismo encuentra una tremenda repercusión en los medios de comunicación, sobre todo actualmente en los que dependen de la derecha española, resultando entonces necesarios y suficientes para conseguir que el acto terrorista alcance su primer paso (provocar terror), del que dependen en cadena los demás objetivos.
Ecuación segunda:
Terrorismo + publicidad = mayor sensación social de riesgo.
Pero no es éste el único objetivo que cubre el acto terrorista gracias a la publicidad, porque cuando se generaliza el temor (recordad dónde sitúan al terrorismo las encuestas entre las preocupaciones de los españoles, cuando el riesgo de que les afecte directamente es ínfimo), una sociedad desmovilizada y desinformada tiende naturalmente hacia la involución (crispación) y se despierta la agresividad de sectores antes neutralizados que van siendo cada vez más grandes cuanto mayor sea la percepción general del riesgo, aunque ésta haya sido inducida. Se cumple la paradoja de que una sociedad así maltratada por una información intencionada se va convirtiendo en beligerante frente a quien la ataca, hasta acabar siendo la sociedad violenta y sectaria que justifica los ataques que recibe. Diabólico, ¿no? Así se escribiría:
Ecuación tercera:
Mayor sensación social de riesgo = involución = justificación del terrorismo.
Con ser esto perverso, no es todavía lo peor. Lo peor es el uso de ese temor, que ha sido creado artificialmente, para obtener más votos. ¿A favor de quién? Pregunta ociosa. A favor de quienes dicen tener la llave para acabar con el terrorismo.
Ecuación cuarta:
Mayor sensación social de riesgo = + votos.
A este respecto, la alineación política de quienes se definen como representantes de las víctimas del terrorismo con estas tesis resulta, además de demostrar una manifiesta indignidad, un escalofriante ejercicio de maquiavelismo. Porque, si la ecuación cuarta es cierta, también lo sería esta quinta.
Ecuación quinta:
+ víctimas = Mayor sensación social de riesgo = + votos.
Y no sigo porque me da el canguelo. Quien así actúa sabrá por qué lo hace y asumirá plenamente las consecuencias de sus métodos. Lo mismo que quien bendice éstas y similares actuaciones. Con su podrido pan se lo coman.

Pero no me puedo hurtar a una reflexión dedicada al equipo que prepara la publicación de un diario de izquierdas de ámbito nacional.
Una vez dije que sería brutalmente progresista dar sólo noticias, y no declaraciones como si fueran noticias. Añadiremos ahora una segunda y muy personal propuesta a modo de coda de lo antedicho: un medio de izquierdas debería destinar al terrorismo nacional e internacional (y todo cuanto se relacione con él) el mínimo espacio posible. El lead de la información y punto. Todo lo demás es permitir que florezcan las escalofriantes ecuaciones aquí sintetizadas. Estoy deseando ver si puede existir un diario que se atreva a dar este paso.
Me parece.

(La lectura del espléndido artículo de Francisco J. Laporta, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, publicado en El País hace unos días, y que os recomiendo con la intensidad del recién iluminado, me ha inducido al desafío de reducir sus tesis acerca de los usos del terrorismo a fórmulas supuestamente matemáticas, a unas sencillas ecuaciones cuya formulación sintetice tan desarrollados razonamientos, con el fin de hacerlas asequibles para los que vamos a pie. Podéis encontrar este artículo, cuyo despacioso paladeo sugiero, en las síntesis diarias de Martínez Soler, donde viene acompañado por otro de Savater que, sin ser santo de mi particular devoción, también esta vez suscribo).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con esta entrada tan larguísima ¿qué es lo que sugieres?¿que la culpa de que todos sepamos que existe una banda terrorista llamada ETA, es de los medios de comunicación? ¿que el hecho de que sintamos miedo y, a la vez, repulsión hacia esa gentuza es del PP? ¿que cuanto más miedo sintamos más votos consigue el PP?
¿No te cansa el ser tan "listo"?¿No te aburre ser siempre quien lo sabe todo y tiene que contar al pobre ciudadano cómo están las cosas?
Que lástima...

Antonio Piera dijo...

Mira a ver si haces un esfuerzo, anónimo, y aprendes a leer. Ya sé que lo de entender y discutir razonamientos no es lo tuyo, pero al menos haz un esfuerzo por leer con atención, anda.