sábado, 16 de junio de 2007

día lloroso


Plomizo es poco, el día está lloroso en Madrid, todo el rato, hora tras hora sin respiro, salmodias de lluvia resonando en mis oídos y yo paseo en esta tesitura por los alrededores del Círculo de Bellas Artes y un anciano intenta acomodar su paso al mío contándome que es saharahui, le digo que soy de la Asociación de Amigos y me abraza emocionado, así que le deseo suerte ya que no recibirá justicia y sigo mi camino para dar en Cibeles, donde contemplo los preparativos de la infraestructura para la celebración de la Liga del Real Madrid, aunque me parece advertir poco entusiasmo tanto en los viandantes como en los curritos, será porque llueve, pero yo, por si acaso, cruzo los dedos y detengo el curso de mis pensamientos, que en ese momento andaban dándole vueltas a cosas de mis limitaciones económicas, que son legión y me pongo a pensar en que montar esta cosa es un arma de doble filo ya que a mí me parecería mejor no hacerlo, por no mentar la bicha, pero luego vas y la ganas y te dicen de todo menos bonito por tu falta de previsión, así que la montas pero luego, si no la ganas, pues te sientes como un gil del candil sin contar con la cara que se te pone al desmontarlo todo, de modo que uno no sabría qué hacer, lo que consigue que sienta un atisbo de algo parecido a la felicidad al no haberme tocado a mí tomar una decisión tan complicada, aunque luego me pregunto por qué me iba a tocar a mí si ya hace cantidad de tiempo que no me dedico al montaje de eventos, con lo bien que lo hacía y cómo me lo pasaba cuando veo unos focos en el suelo apuntando al palacio de Correos, cubiertos de plástico porque llovizna y me digo que deben ser Fresnell de cinco mil vatios cada uno y me reconforta haberme acordado del nombre de estos focos porque lo del alemán me está poniendo de los nervios últimamente...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante todo lo que cuentas. No sé muy bien qué, pero creo que capto el mensaje aunque no nos quieras dejar ninguno... Serán cosas mías, pero desde luego, como narrador no tienes precio.

Antonio Piera dijo...

No había mensaje, sólo llovía.

Anónimo dijo...

En cualquier caso me acordé luego de esta entrada tuya, mientras mi padre veía las celebraciones, y no podía dejar de pensar "anda que, si no llegan a ganar..."