otro extraño compañero de cama

Decían en mi barrio, ante un desatino cualquiera: no sé si cortarme las venas..., o dejármelas largas. Tal que así me encuentro ahora, después de atravesar en solitario el desierto de la perpetua incomprensión por defender una idea particular (o tal vez sea una ocurrencia, a saber), al descubrirla ahora, de golpe y porrazo, en labios de uno de los seres a los que más he vilipendiado y despreciado a lo largo de mi infrahistoria como es Rodolfo Martín-Villa. Pero así ha sido.
Me he peleado con todos los progres habidos y por haber, me han dicho de todo menos guapo, he argüído hasta enronquecer ante amigos de toda la vida que meneaban la cabeza al escucharme en un no es eso que me dejaba a la altura del betún, no creo haber perdido supuestas lealtades pero poco le ha faltado, en fin, al afirmar a los cuatro vientos que uno de los errores crasos de la Transición española había sido la cesión en las comunidades autónomas de las carteras de Educación a los nacionalistas. Que de aquellos barros nos vienen estos lodos crispados y embravecidos, donde los españoles somos el enemigo. Que un país debe tener unificada la enseñanza, al menos en los elementos básicos, porque no tiene ningún sentido que españoles de Fuenterrabía estudien y aprendan una asignatura de Historia diferente de la que enseñan en Castellón o Almendralejo, mientras siga siendo un país. Luego, que cada cual piense como quiera mientras lo defienda dialécticamente y se meta violencia y pistolas donde le quepa, porque una cosa no quita la otra.
Releí la Consti para refrescar conceptos, y lo hice en galego porque me apeteció, y encontré esto: As Comunidades Autónomas poderán asumir competencias (...)no fomento da cultura, da investigación e, no seu caso, do ensino da lingua da Comunidade Autónoma. (Constitución Española de 1978, artigo 148). Con ello comulgo. Pero no pone nada de libros de texto diferentes en las Comunidades.
¿Que qué dijo Martín-Villa? Os lo leéis. Aquí. Que a mí me da mucha risa.