domingo, 26 de agosto de 2007

rebelión editorial

Preparaba yo otra entrada, que publicaré más adelante, cuando un correo de mi amiga Ana y una visita a uno de los escaparates de lo que más se mueve por la red española me han puesto sobre la pista de una interesante iniciativa. El escritor Alberto Vázquez-Figueroa, que asegura haber vendido veinticinco millones de libros, ha decidido que, a partir de ahora, cada libro que publique se editará a la vez de tres maneras: en tapa dura, en edición de bolsillo a mitad de precio y gratuitamente en Internet, además de permitir a cualquier periódico que lo desee ofrecer a sus lectores la novela por entregas sin pagarle derechos de autor.

Uno puede gustar o no de la literatura de don Alberto, que para eso se hicieron los colores, pero no cabe duda de que esta iniciativa traerá cola ya que supone una propuesta revolucionaria en el mundo de la edición de libros que, si prospera, se multiplica y gana adeptos, podría hasta replantear las relaciones entre el autor y su público, así como, de paso, influir razonablemente en el futuro de la cultura literaria en España.

Si interesante, de partida, resulta esta decisión que ya ha tomado carta de naturaleza con su última novela titulada Por mil millones de dólares, no menos curiosas y atractivas resultan las razones que arguye el escritor tinerfeño en su página web. Podéis leerlas al completo aquí, pero me gustaría destacar de entre ellas un par de curiosas joyas. Copio y pego: de todo el dinero que gané, la mitad se lo llevó Hacienda. Sin embargo, Hacienda aun no ha logrado arrebatarme un solo lector. O estas otra: En Inglaterra, país culto donde los haya, los escritores no pagan impuestos por el fruto de su trabajo, pero en España, pese a pertenecer también a la Unión Europea, cada año debo entregar la mitad de mis ingresos a Hacienda o me embargan. Eso significa que un escritor inglés cuenta con el doble de medios económicos que yo para viajar o investigar a la hora de encarar un nuevo trabajo.

Para terminar con un disparo bajo la línea de flotación del actual gobierno: Por lo visto, un gobierno que se autodenomina socialista considera que es preferible proteger al que se beneficia económicamente de la cultura que al que la crea.

Ahí queda eso.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Muy buen disparo este último! Me parece una idea genial, pero a la vez bastante arriesgada: por eso, si él puede permitírselo, este hecho le honra por su generosidad.

Anónimo dijo...

No seré yo quien niegue el mérito y la valentía de su acto al Sr. Vázquez-Figueroa pero no es menos cierto que:

1) Actos como el mencionado sólo pueden permitírselos autores del calibre -cuantitativo o cualitativo- del Sr. Vázquez-Figueroa. Y no me refiero al aspecto estrictamente monetario. El bagage profesional de Vázquez-Figueroa arrastra un poso de lectores fieles que conocen sus escritos y que le aseguran una cierta repercusión de sus trabajos (que es lo que, amén de vivir de ello, busca en definitiva cualquier escritor). Es decir, a Vázquez-Figueroa lo van a seguir leyendo 100.000 personas en este país, cobre o no por sus libros. Y el día que decida volver a cobrar por ellos, esos 100.000 lectores continuarán estando ahí. ¿Que se lo puede haber ganado a pulso? No lo niego pero el dato ahí está.

2) Encontrar en este país una editorial que se preste a determinada estrategia es harto complicado y sólo lo haría con figuras del calibre del que hablamos. A una editorial no le importaría respaldar una propuesta en la que, de 100.000 lectores, tan sólo 15.000 paguen por el libro. Máxime teniendo en cuenta que hay best-sellers que no superan los 10.000 ejemplares. 15.000 ejemplares vendidos de un libro marcado por tal acto de solidaridad siempre será mucho más de lo que algunas editoriales (y autores) sueñan en vender. Pero, salvo casos muy puntuales como el que nos ocupa, la propuesta no deja de ser una utopía. Estando el patio editorial como está (y algo conozco del caso), me gustaría ver las consecuencias de un acto de similar calado llevado a cabo por un escritor novel o de escasa trayectoria. Las carcajadas del editor suscitadas ante tamaña propuesta iban a escucharse hasta más allá del Wadeltessas sur Mer. Y el autor (sin repercusión, no lo olvidemos) quedaría inédito ad eternum.

Un abrazo,
Pedro de Paz

Anónimo dijo...

Off topic: he seleccionado tu blog para el Blogs Day, jornada mundial de conocimiento mutuo internacional entre blogs,http://blogday.org

Anónimo dijo...

Estoy con mi tocayo D.Pedro, en que esas hidalgias sólo las pueden hacer gente consagrada y con las espaldas muy bien cubiertas.

Yo que me considero muy cabroncete (y orgulloso de serlo), veo en el aplaudible y "generoso" gesto de D. Alberto, una maniobra marketiniana retorcida e inteligentísima; los gestos "populares" y tan a tiempo como este, dan repercusión, fama, prestigio y caballo de batalla. Desde ahora, siempre que nos acordemos de la madre de Teddy Bautista, el pseudointelectual y tabiquedeplatino Ramoncete y el pelanas chundachundero del Cobos, nos vendrá la imagen virginal, santificadora y martir del Figueroda... Me gustaría saber la opinión del que se deja los cuernos durante meses con los folios en blanco versus la literatura de usar-tirar del tinerfeño.

Antonio Piera dijo...

Gustavo, don Pedro, Némesis, gracias por vuestros comentarios. A mi entender, el fondo de la cuestión está en los argumentos que ofrece, en imaginar si sería posible que se planteen algo así otros autores, dinamizar la edición y el mundo editorial. Porque no es menos cierto que, para vender 700 ejemplares y no ganar un duro, tal vez esta alternativa sea incluso mejor, no sé.
Gabriel, un honor que hayas seleccionado este lugar entre tus preferencias.

Anónimo dijo...

Lo cierto es que yo no pretendo desmerecer el gesto ni la propuesta del Sr. Vázquez-Figueroa que me parece muy loable en su planteamiento más puro. El quid de la cuestión, apreciado D. Antonio, es que ese tipo de propuestas, amén de ser muy oportunamente citadas y publicitadas como comenta Némesis, ni son nuevas ni deberían ser noticia. Así, a vuelapluma, puedo ofrecerle en este mismo instante al menos la dirección de diez páginas webs en las que sus autores, a falta de editor, oportunidades o por amor al arte, ofrecen descargarse su obra de forma gratuita.

Claro, ellos no tienen el respaldo ni el apoyo mediático de Vázquez-Figueroa (al que, repito, no niego el mérito del gesto ofertado). Pero, ¿alguien ha escuchado alguna vez glosar algún tipo de loa en favor de, por poner un sólo ejemplo, María Covadonga Mendoza por el hecho de ofrecer la descarga gratuita de su novela "Regina Irae" en su página web? Por que lleva cuatro años haciéndolo.

Repercusión, querido D. Antonio. O como dicen en mi pueblo "con buen bolo, bien se jode". Esa es la clave. No sólo el gesto en sí.

Un abrazo,
Pedro de Paz