Tres magufos
¿Qué es un magufo? Un genuino neologismo. Se trata de un palabro acuñado en los muy interesantes círculos escépticos que andan por ahí y que cada vez está más extendido fuera de estos círculos, como podréis comprobar poniéndolo en cualquier buscador. Es un cuasi-sinónimo de engañabobos, pero mucho más rico en matices, al referirse explícitamente a quien ejerce o investiga una pseudociencia. Descubridlo vosotros mismos (3.000 páginas españolas me da el Google). Bueno, al tajo, que hoy vengo cañero.
Magufo número uno: Sánchez Dragó. Este presentador de la televisión más tendenciosa de España se acaba de descolgar con unas manifestaciones que no tienen desperdicio, entre las que subrayo las relativas a la suciedad del Metro de Madrid, con las que lamento estar de acuerdo. Aunque sería oportuno, quizá, recordarle al rastrero Dragó que, si el Metro de Madrid está sucio, la responsabilidad fundamental de esa suciedad es de su alcalde del PP, Gallardón, Ruiz, que es quien recibió de los ciudadanos madrileños el mandato electoral de mantenerlo como una patena, además del de educar a sus administrados en limpiezas y elegancias varias. Para mí que el susodicho soplagaitas está mordiendo sin querer la mano de la que se nutre, y eso no está bien. Por menos de eso hay un Yanke en el exilio.
Respecto al resto de sus deposiciones, xenofobias y manidos elogios de la aldea, ¿qué decir de quien, a la vez que así lo canta, vive de medrar en los pasillos urbanitas? ¿Que afirmar de uno al que le divierte prestar a la mujer tahilandesa que compró (sic) en su día para que sus amigos se diviertan con ella mientras mira. Pues eso, la cosa de la esquizo, o acaso sean indicios de locura senil.
Magufo número dos o, mejor magufa: la ministra Salgado, que acaba de retirar la mentecata y nonata Ley de Prevención del Consumo de Alcohol debido a presiones de instancias superiores. ¿Alguien podría explicarle a la ministra de Sanidad que los menores se emborrachan con todo menos con vino? ¿No se podría dar una vuelta por los botellones para comprobarlo? Sospecho de ella un apriorismo que quita el sentío. Y ahora, tras cagarla, va, se la envaina y además, no dimite. Vaya con la Salgado, nos ha salido trepa. ¿Y qué es eso de apartar el problema de la alcoholemia juvenil del debate electoral, que dice Zapatero, Rodríguez? Releches, qué trápala nos está resultando también el que no suda.
Magufo número tres: el abogado Abascal. ¿Quién paga la minuta del abogado José Luis Abascal, ese que se presentó voluntario cuando el acusado despidió al anterior por no poder sufragarlo, como defensor de Zougam y de Ghalyoun en el juicio del 11-M, para que haga tantas preguntas relacionadas con la paranoica trama de ETA? ¿Dónde se han elaborado las pruebas falsas que presentó, como la imagen manipulada de un temporizador? ¿Por qué el presidente de la sala del 11M permite las reiteradas insidias del picapleitos? ¿O por qué no sancionó el trámite de ese "documento" infecto?
Lo de hacer preguntas al viento me recuerda al viejo y añorado Hermano Lobo, donde tuve la fortuna de participar, cuando reproducía en portada todas aquellas preguntas sin respuesta. A lo mejor podríamos volver a utilizar aquí esa fórmula, sobre todo si me ayudais enviando las vuestras. Lo mismo, un día, alguien las responde. (Por cierto, bonita la ilustración de Arranz, ¿verdad?).
Aúúúúúúúúú!!!
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