viernes, 15 de junio de 2007

con la Iglesia topas, Amnistía

Era ya lo que nos faltaba para comprender la doctrina de Ratzinger el errático. Que la emprenda con Amnistía Internacional. Delito: apoyar el acceso a los servicios legales y seguros para el aborto a todas aquellas mujeres cuyo embarazo se deba a una violencia sexual o a incesto, o en caso de que conlleve un riesgo para su vida o su salud. Condena: suspensión de cualquier financiación a Amnistía Internacional por parte de organizaciones católicas y también de los católicos a nivel individual. Ponente: el cardenal y presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz del Vaticano, Renato Martino.
Sí, se trata de la misma iglesia que ha convivido, bendiciéndolas en muchos casos, con las más sangrientas dictaduras, la misma que sigue manteniendo relaciones con decenas de países en los que el aborto está permitido legalmente, pero de cuyos estados extrae pingües beneficios (lo de pingües me encanta) o en los que existe la pena de muerte. La medida, que va mucho más allá de una crítica todo lo dura que fuera, me parece de todo punto condenable, por el baboso rastro de hipocresía que destila, por la ingerencia en el honesto trabajo de una organización intachable a la que intenta torpedear bajo la línea de flotación y porque anuncia unas maneras dignas de la bien desaparecida Inquisición.
Porque, si tan seguros están de esta medida los prelados y el mismo Papa, ¿por qué no presionan a los católicos para que no paguen impuestos en los países en los que se permite legalmente el aborto? ¿Por qué siguen manteniendo relaciones diplomáticas y recibiendo millonadas de las manos de estos países sin que se les caiga la cara de vergüenza? ¿Qué razón existe para que no excomulguen a los fabricantes, vendedores y consumidores de preservativos?

Lo cierto es que esta medida no parece más que el síntoma de la evidente deriva en la que se encuentran el prestigio y la credibilidad de la institución, que no en vano se inclinó en su última fumata por el sector más retrógrado de los posibles.

Así les va, cada vez más apartados de la realidad del mundo, y bajando. Felizmente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es estúpido que quieran retirar la subvención a AI cuando ellos no reciben subvención de ellos como institución. Debe ser que no les gusta que les hagan la competencia en el campo de la defensa del hombre, que han descuidado y olvidado desde hace tiempo.

Barón d'Holbach dijo...

Hola, Antonio. He incluido la entrada en el Observatorio de la FIdA (www.federacionatea.org). Aparecerá también el el próximo boletín digital. Pásame tu email a coordinador(arroba)federacionatea.org y te lo enviaré. En cuanto a la condena a AI, no hay más que echar un vistazo hoy a la prensa católica para vislumbrar una incipiente campaña de Cáritas como la ONG más "efectiva". El alegato de Ratzinger, cuyo objetivo se configuró hace unos días en Australia por boca de un obispo cabreado con los de Amnistía, responde a la necesidad de un trasiego de los fondos económicos del voluntariado a las instituciones controladas por la ICAR. Esa millonada bien vale el riesgo publicitario de la fatwa vaticana...

Salud.