libertad y símbolos
Asistimos con cierta impavidez no exenta de culpa, a la total mixtificación de los conceptos. La bellísima palabra libertad ha perdido plenamente su sentido, sucia entre las babas de algunos profesionales de la peor de las políticas. Ya con Milton Friedman (a quien demasiados llamaban Freeman) comenzó el apogeo de la prostitución del término, cuando los monetaristas y neoliberales defendieron sin pudor el darwinismo social, rastrera teoría según la cual la especie humana se selecciona a sí misma a través de las mismas leyes que caracterizaron la evolución de las especies, es decir, lisa y llanamente, que los pobres pueden extinguirse para que los mejores, los ricos, se reproduzcan y sucedan mejorando de paso a la sociedad que explotan.
Ahora, a tipejos como ese Alcaraz le rebosa tan bello concepto y él, precisamente uno de los más genuinos representantes de lo más añejo de las teorías facciosas, se cree con el derecho de esgrimir la "libertad de expresión" para defender su supuesto derecho a afirmar con publicidad cualquier barbaridad sobre cualquiera sin someterse en cambio al reinado de las leyes. Igual que ese blandito señor NO al que también se le llena la boca día sí y día también con un concepto tan sagrado como mal utilizado.
Decía Tierno, en su momento, que libertad sin igualdad era palabra vacía y presta a ser utilizada bastardamente por cualquiera, y no le faltaba razón. La revolución francesa añadía a la pareja mencionada el complementario concepto de fraternidad, ahora rotundamente sustituído por el de solidaridad, y yo me atrevería a recomendar a cuantos no nos consideramos oportunistas ni ilusionistas del lenguaje que jamás utilicemos la palabra libertad sin sus dos genuinos apellidos, que deben formar parte inseparable del primero si queremos respetar y darle su auténtica dimensión a tan hermoso, como decía al principio, concepto.
Lo mismo sucede con los símbolos, tan tranquilos ellos en su esencia, que cualquiera se los apropia y genera esperpentos infumables, ganándose de paso unos euros. Pobre tío Ernesto, al servicio de cualquier fascismo encubierto.
8 comentarios:
No se como cajones se las arregla usted para tener siempre la razón y verme obligado a estar siempre de acuerdo con lo que escribe!
Ese sujeto, como otros que sabemos, es de los que en lugar de usar abusan de la libertad de expresión.
Servidumbres de la democracia.
Don Antonio, creo que es por textos como este que desde hace ya algún tiempo tengo a su blog como visita diaria obligatoria.
Más de acuerdo no puedo estar. No sabéis la lástima que me da ver al Ché (por poner un sólo ejemplo) utilizado para según qué cosas.
Lo de Alcaraz ya es otra cuestión. Presiento que de este individuo aprovechado aún nos quedan por conocer más de dos trapos sucios.
Salud
"Hoy que te amo dejará de ser la libertad una palabra escrita en la pared" ("Hoy que te amo", Pablo Guerrero)
En fin, no me uno a los halagos porque lo mismo se le suben, pero es una entrada completa.
Es verdad que en nombre de la libertad los ricos se hacen más ricos y los terroristas y los estados matan. Por lo tanto, es una palabra que debe ir acompañada, si no puede utilizarla hasta FJL para en su nombre crear LD, que ya tienen webos.
Salud y REpública
Pie de foto para terminar de joderlo: "¡Gora el Txe!" :-)
deredes, Jaime, me se quiebran las orejas de tanto halago. Es lo que tiene que le claseifiquen a uno de librepensador, que dice en cada momento lo que le canta, eso sí, con argumentos.
Apreciado David, de ese como del Pío del que se píe en su página, más de dos y más de tres trapos se saben ya. Y lo que te rondaré..., salvo que FJL nos llame enemigos de la libertad de expresión, que a su entender consiste en decir cualquier cosa al margen de las represivas leyes vigentes, ¿o no, Rafa?
Gustavo, bellas palabras de Pablo, pero..., ¿para ser qué?
Sólo faltaba, Eduardo, hastacalcuta.
"¿Para ser qué?" Supongo que para dejar de ser idea a ser hecho.
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