Acerca del uso de esta página
Me dicen algunos, vaya, ya veo que vas quitando cosas de la página... Y voy y caigo en la cuenta de que no está tan claro que no haya quitado nada, sino que la propia mecánica de la página no es tan fácilmente comprensible para el lector primerizo como a mí me parecía.
No. Aquí no se borra nada. Todas las entradas siguen visibles en la página, igual que se parieron desde el primer día. Lo que pasa es que, a medida que va habiendo más accesos, los anteriores se van escondiendo en páginas segunda, tercera y hasta cuarta o quinta, que ya ni lo sé. Pero se pueden invocar de dos maneras. O bien activando el link que aparece abajo a la derecha de cada página, donde dice Entradas antiguas, o bien mirando en la columna de la izquierda, el espacio llamado Archivo del blog, donde figuran todas las entradas dispuestas por fechas e incluso con sus títulos y todo si se trabajan las flechitas.
De esas dos maneras podéis degustar el historial completo de este titánico (es broma) esfuerzo, que ya da hasta vértigo y eso que todavía no hemos alcanzado el primer cumplemés.
Al hacer lo que aquí mismo predico, repasando lo publicado, me doy cuenta de que últimamente derivo en exceso hacia la noticia y su comentario, dejando de lado una de las razones por las que empecé este blog, que era hacer llegar a quien pudiera interesar tanto mis puntos de vista personales sobre la vida y cuanto le confiere gusto por vivirla, como la pura expresión literaria, aunque sea más abstracta, desde la intimidad, el ángulo subjetivo, le mera lectura biográfica, testimonial y profunda.
Prometo volver a ello con alegría, y/o alternar ambas del modo más eficaz que me sea posible...
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