martes, 23 de enero de 2007

Cena a la expectativa

Ya os comenté no hace mucho que estamos a la espera de la gala de los premios Goya. Con un poco de suerte, jurado dixit, estos premios nos podrían deparar una ocasión para celebrar de nuevo otra fiesta y borrachera de recuerdos. Evocaremos entonces, si nos toca esa loto, que un evento teatrovital que unió a un grupo de indocumentados en los albores de los años 70 vuelva a la luz con tintes todavía vivos y pimpantes.
Pero, en el mientras tanto, enseñarnos los unos a los otros el cortometraje documental (que no cortomental, ¿eh?) que Manuel Calvo y Olga Margallo, segunda generación ya en vuelo, han realizado de aquella aventura, ha sido suficiente motivo para otro reencuentro que celebramos el lunes de esta misma semanita en un apañado recinto que nos cedió el Teatro Español. El corto se llama Castañuela 70, el teatro prohibido.



Asistimos al evento más de tres cuertas partes de los componentes de los dos grupos, Tábano y Las Madres del Cordero, que quedamos en activo relativo, y juntos dimos cuenta de algunas de las delicias de Montánchez que han hecho famoso este pueblecito extremeño, y que no son su castillo. Hablamos de lo divino, castigamos lo humano como se merece, algunos nos emborrachamos como marineros y hasta es posible que alguien perdiera los papeles. Peor para él, que no los hubiera llevado.
El caldo de cultivo presente demostró seguir vivo, y en buena forma, lo que no dejaba de admirar a los camareros y algún advenedizo de su edad que suponen que no hay vida en los planetas cercanos al geriátrico. Los hubo, incluso, que orbitaron peligrosamente cerca de las atmósferas más atractivas, con escaso éxito, todo hay que decirlo. Bueno, así transcurrió otra velada más en la que echamos de menos a los ausentes un ratito y seguimos adelante, que es lo que sabemos hacer bien y además nos gusta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tambien te felicito, amado amigo, porque lo preparaste todo con pasion y esmero, dos cosas hoy tan necesarias para seguir respirando. Pasion para seguir en rebeldia, y esmero para apreciar detalles de amistad y tiempo muerto, o sea, el mas vivo, el que dedicamos a los que disfrutan con nuestra compañia, sin calculos (este teclado se come los acentos)ni cal-culos, ni cal-precios. O sea, que sabes que te a-precio (sin precio, eso es)
Santiago Trancon

Anónimo dijo...

quiero ser la primera en felicitaros por vuestro goya.ves, hombre-invisible, cómo quien tuvo, retuvo?