domingo, 7 de enero de 2007

Cierra el Price para mejor arrancar


Después de estos días navideños, en los que la gerencia del nuevo circo estable de Madrid ha realizado en el espacio escénico lo que podría llamarse un rodaje general con todo, el Price cerrará sus puertas para ajustar las mecánicas y poner en planta los materiales aún no instalados, mientras la dirección analiza y extrae conclusiones acerca del comportamiento de los flujos de público en el recién inaugurado local con objeto de mejor preverlo para sucesivos eventos, a la vez que se terminan las plazas del anillo superior del anfiteatro.
Parece que está previsto reiniciar la andadura, con programación diferente y más ajustada a un proyecto estético de mayor calado y con un número de plazas cercano a las 2.500, para mediados o finales del próximo mes de marzo. Sigo alborozado las vicisitudes de este lugar que espero acabe resultando tan emblemático como el antecesor del que ha tomado el nombre.
Todavía recuerdo a aquella abuelita que lloraba a mi lado, mirando al cielo, en el curso de una matiné, mientras musitaba "adios, Pinito", que acabé creyendo que la anciana era miembro de la familia de aquella arrojada artista que se balanceaba en el trapecio, alla arriba, sentada en una silla que tan solo se apoyaba en el breve listón trasversal colgado sobre el vacío por una de sus patas, justo el día de su despedida de la escena, como siempre sin red debajo, ni sujección alguna de seguridad, artista brutal y arriesgada, Pinito del Oro.

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