a la calle
Sin trivializar afirmo que ya es hora de pasearnos a cuerpo. Este sábado tenemos una cita en la puta rue, a la vieja usanza, si no queremos que nos birlen ese exiguo patrimonio que aún nos queda, y que lo hagan precisamente los mismos que no tienen vergüenza en robarnos la palabra libertad después de habernos despojado durante tantos años de su contenido.
Que este país es lo que es, y dentro de lo malo aún resulta vivible, porque muchos nos la jugábamos en la calle cuando otros, muchos más, los demás, los que ahora tanto cacarean porque les sale gratis, permanecían sentados, complacientes con la dictadura y aferrados al pasado franquista para que no se removieran sus culos almorranados cómodamente sobre el cojín de sus privilegios.
Los mismos que ahora viven de tergiversar el sentido de las cosas sin la menor vergüenza, los que han hecho del descaro una forma de vida, de la doble moral una conseja directriz y de la patraña soez el pan nuestro de cada día.
Los que repiten con Goebels una mentira cada vez más grande hasta hacerla creíble para los débiles mentales y los desmemoriados.
Los aprendices de brujo-funambulistas-jugadores con fuego que alientan el despertar de la derechona del palo y tentetieso, los que oxigenan las catacumbas y espantan a golpes a los periodistas, los exégetas del racismo, que hacen uh, uh cuando la toca otra vez un negro, Sam.
Los indecentes voceros de nadie como ese impresentable Alcaraz, que se permite acusar a esta mani de partidista, él, precisamente él, que hace política vergonzosa de extrema derecha cada vez que abre el pico, que vive de sus muertos, que aunque no tan cercanos también son míos, pero que no murieron para que un badulaque como ese se permita manipular su dolorosa pérdida como si ser su hermano, o su tío, le otorgase patente de corso.
Ese tipo, cuya plataforma apenas alcanza con sus menos de tres mil afiliados la cuarta parte de las 18.000 víctimas del terrorismo que hay censadas, y al que se le pudrirá la boca manipulando la realidad en beneficio propio y de sus jefes de filas en nombre de las víctimas.
El más intolerante se dice contra la intolerancia, él que es del ojo por ojo hasta que (aunque) la humanidad se quede ciega, ¿verdad, Mahatma?, ¿cómo se va manifestar por la paz un beligerante, rodeado de fascistas, apoyado por nostálgicos, aclamado por derechistas, alentado en los ecos de los viejos himnos, ese novio de la muerte gracias a la cual vive que te mueres?
Casi mejor que no vengan a nuestro lado el sábado. No se ha hecho la miel para la boca del asno.
7 comentarios:
Lo de la AVT no tiene nombre. Y lo del PP, tampoco.
Antonio, no ha pasado un año por tí. Veo que conservas esa cabeza cañera. Tienes razón, ¡qué oportinidad perdida para el PP!
Polemizaban dos conejos
a la puerta de su madriguera:
uno que si los que venían eran galgos,
el otro que si los que venían eran podencos...
y no tengo nada más que decir
Os contestaré a todos en una nueva entrada. Manolo, ¡cuántos años! Te leo y tu también llevas lo tuyo.
Bien, bien, coño, bien. Esa es la realidad. La AVT es un grupo de extrema derecha. Lo es hoy y lo ha sido siempre. Por eso ha tenido como abogado al defensor de Tejero.
Piera, gracias por incluir el apartado de recomendaciones. Dá gusto con los amigos del alma, amigos.
Hasta mañana, en la mani. Al final, los peperos y sus secuaces no estarán. Pues, mejor.
Si no tenéis nada mejor que hacer, seguid con atención la/s entrada/s que vienen, porque atisbo la presencia de alisios que soplan en otras direcciones y que pueden dejar al AVeTe y compañía con el culo en un columpio.
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